?Por qu¨¦ ¡®La libertad guiando al pueblo¡¯ de Delacroix lleva los pechos al aire?
La tetas de la Marianne del cuadro m¨¢s c¨¦lebre del romanticismo franc¨¦s causaron un monumental revuelo ya en 1830. ?Son solo un c¨®digo art¨ªstico?
Cuando en 2016 en Francia se desat¨® la pol¨¦mica por el uso y prohibici¨®n del burkini en las playas del pa¨ªs, el entonces primer ministro, Manuel Valls, invoc¨® a la Marianne que lidera al pueblo con los pechos descubiertos en el famos¨ªsimo cuadro de Delacroix de 1830 para argumentar su postura en una reuni¨®n del Partido Socialista. En opini¨®n de Valls, la desnudez de esa mujer que dirige a las masas de todas las clases sociales hacia la libertad era la representaci¨®n definitiva de los valores republicanos entre los que se contaba, por supuesto, la libertad de expresi¨®n (que incluye la de mostrar el cuerpo). Esta misma met¨¢fora era la que buscaba la cantante Rigoberta Bandini cuando el a?o pasado se present¨® en Eurovision reivindicando las tetas (con una canci¨®n en la que hac¨ªa alusi¨®n directa a la pintura en cuesti¨®n); y, una vez m¨¢s, este simbolismo era el que buscaba Eva Amaral el fin de semana pasado en el Sonorama cuando, con los pechos al descubierto apel¨® a ¡°nuestra revoluci¨®n¡± invocando a la vez el nombre de compa?eras de profesi¨®n que hab¨ªa sido vilipendiadas por mostrarse desnudas de cintura para arriba.
En 2016 no falt¨® quien le afease la supuesta osad¨ªa de usar ese cuadro como argumento a Valls: Mathilde Larrere, historiadora experta en la Revoluci¨®n Francesa, le dijo p¨²blicamente que el uso de Marianne como s¨ªmbolo feminista era ?est¨²pido? porque, seg¨²n ella, Marianne era una alegor¨ªa y sus pechos descubiertos un ?c¨®digo art¨ªstico? que no ten¨ªa nada que ver con la libertad femenina. ?La Marianne con los senos desnudos es una alegor¨ªa del siglo XIX,?un siglo en el que el C¨®digo Civil reduc¨ªa a las mujeres a un estatus menor y les prohib¨ªa el voto?, expres¨® en su momento Twitter. Esta semana ha sido la escritora Carmen Domingo quien ha sostenido p¨²blicamente que mostrar las tetas no es un gesto que represente en ning¨²n caso la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos.
Pese a la postura de Larrere y Domingo, lo que est¨¢ claro es que ya en el siglo XIX la decisi¨®n de un pintor rom¨¢ntico de poner a una mujer a liderar al pueblo y hacerlo adem¨¢s con el torso libre de toda atadura? gener¨® enorme pol¨¦mica. Y los argumentos contra esta representaci¨®n no ten¨ªan en cuenta precisamente consideraciones relacionadas con ¡°c¨®digos art¨ªsticos¡±. Eran objeciones simple y llanamente machistas. A saber: el cr¨ªtico del peri¨®dico parisino L¡¯Avenir calific¨® a esta representaci¨®n femenina como ¡°repugnante¡±; ese mismo a?o, el Journal des Artistas dijo: ¡°Esa mujer representa el m¨¢s bajo tipo de prostituta¡±; en general, la comunidad art¨ªstica despleg¨® su furia: Delacroix se hab¨ªa atrevido a humillar y manchar no solo un s¨ªmbolo gen¨¦rico de libertad sino a la hembra que representaba a Francia. Es posible que en el siglo XIX no existiese el t¨¦rmino ¡°feminismo¡± como lo entendemos en el siglo XXI y es absolutamente cierto que el voto femenino no estaba permitido porque en general las mujeres eran consideradas ciudadanas de segunda, pero hace doscientos a?os hasta las mentes m¨¢s retr¨®gradas eran capaces de comprender que una mujer que ense?a las tetas cuando le da la gana, es una mujer que hace exactamente lo mismo que un hombre y por lo tanto, m¨¢s libre.
El algoritmo de Facebook que censura los pezones por considerarlos ¡°escandalosos¡± tampoco fue capaz de identificar el supuesto ¡°c¨®digo art¨ªstico¡±: en 2018 cancel¨® una campa?a de publicidad de una obra de teatro de la directora Jocelyn Fibrina que usaba la pintura rom¨¢ntica. Al final, la red social de Mark Zuckerberg tuvo que disculparse cuando se le argument¨® que esa se?ora desnuda no era solo una se?ora.
Julio Carlo Argan, uno de los historiadores del arte m¨¢s relevantes del siglo XX dijo que ¡°La libertad guiando al pueblo¡± es el primer cuadro pol¨ªtico de la pintura moderna, pues toma partido por la libertad. La obra representa las tres jornadas gloriosas, la insurrecci¨®n burguesa que puso fin al terror blanco tras los diecis¨¦is a?os de restaurada la monarqu¨ªa borb¨®nica, encarnada en el ultraconservador Carlos X; y Delacroix no fue un espectador m¨¢s: estuvo del lado de los revolucionarios y ¨¦l mismo sale representado en el cuadro como quien lleva el sombrero de copa negro y que se encuentra entre los combatientes, en primera fila. Para empeorar las cosas, aunque no se sabe a ciencia cierta qui¨¦n es la mujer que Delacroix pint¨®, algunos historiadores del arte, como Etienne Julie, han defendido que la Marianne de esta m¨ªtica pintura es una lavandera llamada Anne-Charlotte que lleg¨® a las barricadas en busca de su hermano, un revolucionario que muri¨® en manos de soldados reales. Es decir: la Marianne no va solamente mostrando las tetas, es que encima son unas tetas obreras.
Lo curioso es que la libertad que gu¨ªa al pueblo no es el ¨²nico personaje que aparece desnudo en este cuadro: abajo a la derecha se puede ver a un hombre con el pubis desnudo. A ¨¦l no le vemos el pene.
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