Las ins¨®litas motivaciones de la cient¨ªfica Shannon Walker para irse al espacio exterior con 55 a?os

¡°Por las vistas¡±. Como si de la compra de un ¨¢tico en el centro de la ciudad o de una exigente excursi¨®n senderista se tratara, Shannon Walker decidi¨® volver a subirse en una nave espacial, a los 55 a?os, por el paisaje. ¡°S¨¦ que suena muy clich¨¦, pero ver la Tierra y el universo es algo precioso y fascinante, as¨ª que estoy deseando hacerlo otra vez¡±, ratific¨® al Houston Chronicle la astronauta, la ¨²nica mujer entre los cuatro tripulantes de la primera misi¨®n de la compa?¨ªa privada Space X, que acaba de llegar a la Estaci¨®n Espacial Internacional. Aunque su nombre no resuene en la opini¨®n p¨²blica, la historia de la segunda mujer con m¨¢s edad en viajar al espacio y que a buen seguro copar¨¢ alg¨²n d¨ªa alg¨²n guion de Hollywood, es la culminaci¨®n de un sue?o infantil y de una carrera brillante.

¡°Siempre quise ser una astronauta. Ten¨ªa cuatro a?os cuando aterrizamos en la Luna y guardo recuerdos muy claros de c¨®mo mis padres nos sacaron a mi hermana y a m¨ª al jard¨ªn, apuntaron a la Luna y dijeron: ¡®Tenemos gente ah¨ª¡¯. Con solo cuatro a?os ya pens¨¦ que esa era la mejor idea de la historia¡±, defiende en el v¨ªdeo oficial de la misi¨®n Shannon Walker, que medio siglo despu¨¦s va a hacer honor a ese pensamiento pasando seis meses a bordo del Crew Dragon, en el que es su segundo viaje tras el que realiz¨® en 2010.

Nacida y criada en Houston, ciudad tejana que aloja el Centro Espacial de la NASA como el c¨¦lebre mensaje de alarma del Apolo XIII se encarg¨® de mitificar, desde la secundaria ya ten¨ªa la mirada puesta en conquistar el espacio. ¡°Sab¨ªa que quer¨ªa ser una astronauta, pero no sab¨ªa qu¨¦ se necesitaba para poder serlo¡±, confes¨® en una entrevista. Finalmente apost¨® por especializarse en la F¨ªsica, adem¨¢s de un doctorado en Filosof¨ªa que quiz¨¢ sea producto del desasosiego vital inducido por el malvado Hal 9000 en la odisea cinematogr¨¢fica de Stanley Kubrick. Walker es considerada como una de las mentes m¨¢s ¡°prodigiosas¡± que jam¨¢s han pasado por la Universidad de Race, finalizando su m¨¢ster y su doctorado en apenas tres a?os, cuando la mayor¨ªa de estudiantes tardan m¨¢s del doble en hacerlo.

¡°No esperaba la llamada para encargarme de la misi¨®n, pero cada vez que te encomiendan volar es tremendamente excitante¡±, reconoc¨ªa Walker, que asegura que aquella sentencia de que el nacionalismo se cura viajando ¨Catribuida a Baroja, Cela o Unamuno, entre otros¨C se ratifica conviviendo durante meses en una nave espacial con compa?eros de otras nacionalidades. ¡°Puedes ver c¨®mo lo que pasa a un lado del planeta afecta al otro, porque nuestra atm¨®sfera es muy peque?a¡±, afirma. ¡°Al formar parte del programa de la Estaci¨®n Espacial Internacional me he dado cuenta de que al final, tanto mis colegas rusos, como japoneses, europeos o canadienses, todos compartimos los mismos objetivos y las mismas pasiones¡±.

La cient¨ªfica empez¨® a trabajar en la NASA con solo 22 a?os, como controladora de vuelo rob¨®tico para el programa del Transbordador Espacial, y en 2004 fue seleccionada para entrar en el programa de astronautas. ¡°Para m¨ª ser una astronauta significa ser una exploradora del universo, as¨ª que pens¨¦ en convertirme primero en f¨ªsica para entender c¨®mo funciona el universo y despu¨¦s ser exploradora para salir ah¨ª fuera y verlo de primera mano¡±, sostiene, haciendo realidad su sue?o en 2010. Para poder cumplirlo, Walker tuvo que superar un entrenamiento digno de deportistas de ¨¦lite. La estadounidense se enfrent¨® a dur¨ªsimas sesiones de fuerza y resistencia de hasta seis horas de duraci¨®n, bajo el agua y llevando un traje espec¨ªfico que pesa m¨¢s de 130 kilos. La astronauta tambi¨¦n tuvo que aprender a la perfecci¨®n el idioma ruso para viajar en la nave Soyuz.

Casada con el tambi¨¦n cosmonauta Andy Thomas ¨C¡°est¨¢ content¨ªsimo por m¨ª¡±, declara¨C, su perfil en la p¨¢gina web de la NASA sostiene que entre sus aficiones favoritas est¨¢ la cocina, el camping, el running y los viajes. Tambi¨¦n ha hecho gala de su activismo feminista, manifestando la importancia de ense?ar a los m¨¢s j¨®venes lo que mujeres y hombres pueden hacer cuando trabajan juntos y, sobre todo, cuando cuentan con las mismas oportunidades. ¡°A pesar de que me gustar¨ªa decir que hemos llegado a una ¨¦poca en la que no hace falta subrayar y destacar los logros de las mujeres, nuestra sociedad todav¨ªa no est¨¢ en ese punto. Debemos mantener en los titulares los proyectos y las consecuciones femeninas para seguir dando pasos en adelante e inspirar a los ni?os¡±.

Shannon Walker ejercer¨¢ como ingeniera de vuelo en la expedici¨®n del Crew Dragon, en la que est¨¢ acompa?ada por los astronautas Mike Hopkins y Victor Glover de la NASA, y Soichi Noguchi de la agencia espacial japonesa. La c¨¢psula despeg¨® desde Cabo Ca?averal el pasado 15 de noviembre para erigirse en la primera misi¨®n oficial de la NASA en colaboraci¨®n con una empresa privada, SpaceX. Tanto la c¨¢psula como el cohete son operados y propiedad de la compa?¨ªa del controvertido magnate Elon Musk (Tesla, PayPal), que ha probado as¨ª su capacidad para realizar con ¨¦xito viajes espaciales comerciales desde Estados Unidos. El pr¨®ximo a?o, el mism¨ªsimo Tom Cruise formar¨¢ parte de una misi¨®n tur¨ªstica de SpaceX para grabar la primera pel¨ªcula espacial de la historia, junto al director Doug Liman.

Para Walker, que alg¨²n d¨ªa podr¨ªa ver c¨®mo su historia llega tambi¨¦n a la gran pantalla, quiz¨¢ este no sea el ¨²ltimo y m¨¢s significativo hito de su carrera, ni el cl¨ªmax dram¨¢tico del hipot¨¦tico biopic sobre su figura. La NASA confirm¨® el pasado a?o el desarrollo de la misi¨®n bautizada como Artemis, que pretende volver a colonizar la Luna m¨¢s de 50 a?os despu¨¦s del Apolo XI y Walker es una de las grandes favoritas para convertirse en la primera mujer en pisar la superficie del sat¨¦lite. Jim Bridenstine, administrador de la agencia estadounidense, afirm¨® que la elegida ser¨ªa una astronauta que formara ya parte del cuerpo, ¡°alguien con experiencia, que haya volado y que ya haya estado en la Estaci¨®n Espacial Internacional¡±. Solo hay ocho mujeres vivas que cumplan tales criterios, siendo la de Houston una de ellas. Quiz¨¢ aquella ni?a que apuntaba a la Luna desde el jard¨ªn de su casa pueda tocar el sat¨¦lite con sus propias manos.