?Han vestido siempre tan bien las m¨¢s estilosas?

A la pregunta de si la estilosa nace, o se hace, lo m¨¢s acertado es afirmar que, como todo vicio o virtud adquiridos en la vida, se va puliendo con el tiempo aunque existen diamantes en bruto a los que no se les atraviesa ni la m¨¢s absurda de las modas. De hecho hay quien baraja, sin base cient¨ªfica ninguna, que lo del estilo es cuesti¨®n de ADN y viene transmitido por gen. Estos d¨ªas se ha discutido el asunto en varios medios internacionales tras la publicaci¨®n de una art¨ªculo en el New York Times sobre ni?os con una sensibilidad especial a la hora de elegir ropa ¨Cyoungsters que sin balbucear apostar¨ªan por lo nuevo de Burberry o gatear¨ªan instintivamente hacia los estantes de la l¨ªnea infantil de Dolce & Gabbana¨C desde muy temprana y no adulterada edad -su sentido de la est¨¦tica no habr¨ªa sido todav¨ªa viciado por las costumbres de su entorno o modelado en funci¨®n de su capacidad para interiorizar las influencias externas-; dicho incluso por una estudiosa de los h¨¢bitos de consumo, son muchos los pipiolos que nacen con el gen del estilo -?ser¨¢n como los que pueblan blogs de streetstyle como Children With Swag?- e incluso influencian, en este sentido, el comportamiento de sus familiares m¨¢s cercanos. Tom Cruise ha manifestado en varias ocasiones que su hija Suri es precisamente de esas y adem¨¢s de crear sus propios conjuntos?les dice a ¨¦l y a Katie Holmes lo que deben ponerse a diario. De todos modos, ?y sirva como muestra este bot¨®n, lo m¨¢s normal que puede pasar en casa de los Cruise, cuyo sistema de creencias se asienta en una doctrina que considera que Xenu, un extraterrestre genocida, es el responsable de los males de la humanidad, es que la que mande sea una cr¨ªa de seis a?os.

La "c¨¢tedra" estil¨ªstica de Suri est¨¢ por ver c¨®mo evoluciona pero ni?as prodigio con el perfil de Kirsten Dunst, Drew Barrymore o Chlo? Sevigny, especialmente esta ¨²ltima, han seguido una raya de estilo continua en su camino hacia la vida adulta. Todas ellas han sabido adaptar como pocas c¨®digos est¨¦ticos de la adolescencia a la madurez a pesar del cambio generacional. Nada que ver con jovencitas cuyo inquietud por la moda ha nacido trazada de antemano por expertos como puede ser el caso de las hermanas Fanning, Hailee Steinfeld, Abigail Bresling o Chlo? Moretz.

Y es que ya no vale tirar por tierra la reputaci¨®n de nadie por la particular coyuntura estil¨ªstica de los ochenta?ni especialmente?los noventa. Porque el factor clave a la hora de determinar si alguien tiene estilo es, justamente, haber sabido lidiar con la moda imperante en cada momento independientemente de lo horrorista o imposible que fuera.

Aunque mucho tiene que ver en el pelechar de la mayor¨ªa de?celebrities?el trabajo de los estilistas, muchas han sido cocineras antes que frailes y llevan el chip incorporado por mucho que el servicio de estos profesionales se necesite por defecto y como parte de estrategias publicitarias.?

Sarah Jessica Parker tuvo en Patricia Field una tutora en la sombra y prueba de ello es que se llev¨® puesto el traje de Carrie en?Sexo en Nueva York y todav¨ªa no se lo ha quitado. Lo de Diane Kruger no es todo natural, es orquestado, pero al menos no es de las que pierde el rumbo cuando su estilista mira hacia otro lado, vamos, que no es de las que punt¨²a sobre la alfombra roja para luego hacer que se caiga un mito en cuanto pone un pie en la calle para hacer los recados (ese s¨ªndrome lo padecen, por ejemplo, Pen¨¦lope Cruz o Eva Mendes).?A Gwyneth Paltrow le suelen llover cr¨ªticas cada vez que abre la boca pero si hay algo en ella que no irrita es justamente el vestir?(y todo empez¨® con un esmoquin de terciopelo rojo dise?ado por Tom Ford para Gucci y un Ralph Lauren rosa que ha ido convenciendo con el paso de los a?os).?

La teor¨ªa de la evoluci¨®n en este sentido vienen a confirmarla, de todas maneras, las blogueras de moda m¨¢s seguidas y veteranas, abanderadas del estilo supuestamente espont¨¢neo: Gala Gonzalez, Rumi Neely, la francesa Betty, Hanneli Mustaparta, Andy Torres o Chiara Ferragni han ido depurando el suyo hasta poder rentabilizarlo.