Historia del ¡®selfie¡¯: de MySpace a la Casa Blanca
Sasha y Malia Obama cumplieron con el nuevo rito de pubertad, la autofoto, durante la toma de posesi¨®n de su padre
Nueve de cada diez personas que vieron im¨¢genes de la segunda toma de posesi¨®n de Obama, es decir, una importante porci¨®n del planeta, hicieron alg¨²n tipo de comentario sobre "lo que han crecido Malia y Sasha". No se notaba s¨®lo en su estatura ni en el corte de sus vestidos adultos; tambi¨¦n en su comportamiento que ahora es 100% adolescente. Las hijas del presidente pasaron parte de la ceremonia y del desfile inaugural sac¨¢ndose selfies, autofotos hechas con el m¨®vil, incurriendo as¨ª en un rito b¨¢sico de la pubertad contempor¨¢nea.?
Aunque el selfie tiene antecedentes hist¨®ricos, como este precursor australiano del "selfie con espejo" tomado en 1918, o esta autofoto de 1839, se puede decir que la preeminencia social de la autofoto empez¨® con MySpace y alcanz¨® su nivel actual de permeabilidad cuando todos los tel¨¦fonos m¨®viles pasaron a tener c¨¢mara. En 2012, Time la escogi¨® como una de las palabras que marcaron el a?o, junto a otras como peplum o YOLO.
Como observ¨® el artista Brian Droitcurt en la revista especializada DIS, "el selfie que ha proliferado en Instagram y otras plataformas revela que las redes sociales son literalmente un h¨ªbrido de tel¨¦fono y espejo y contin¨²an la estetizaci¨®n de la vida diaria que ha arrebatado la autoridad para crear im¨¢genes que antes ten¨ªan los medios y el arte". En otras palabras, todo el mundo es su propio autorretratista.?
Aunque algunos padres de adolescentes, que quiz¨¢ recuerdan su propia pubertad como una ¨¦poca de ponerse tanto pelo en la cara como fuera posible y huir de las c¨¢maras, asisten con inquietud a las pr¨¢cticas narcisistas de sus hijos (el tema es muy frecuente en los foros de padres), hay expertos que creen que el selfie es un arma ¨²til a la hora de aceptar el propio cuerpo. La reina de la terapia colectiva, Lady Gaga (en su pr¨®ximo tour habr¨¢ autobuses llamados BornBrave buses en los que se dar¨¢ atenci¨®n psicol¨®gica gratuita a los Little Monsters) se tom¨® una autofoto en ropa interior cuando los medios empezaron a hablar de que hab¨ªa ganado peso y anim¨® a sus seguidores a que hicieran lo mismo. "Sed valientes, postead una foto vuesta y celebrad que hab¨¦is vencido vuestras inseguridades", les alent¨®.
"El selfie dice: estoy aqu¨ª solo. As¨ª es como me presento al mundo", seg¨²n la periodista Ann Friedman, que escribi¨® un ensayo sobre el tema. "Es por eso que las fotograf¨ªas de Lady Gaga son tan poderosas. Est¨¢n mal iluminadas, montadas por ella misma. No s¨®lo no hay Photoshop, tampoco una luz favorecedora ni poses estrat¨¦gicas. Dicen aqu¨ª estoy, s¨®lo yo".
Que las de Lady Gaga fueran m¨¢s o menos naturales no quiere decir que no proliferen los tutoriales para sacarse partido con un selfie. El Washington Street Journal pregunt¨® por el tema a la egobloguera Tina Craig (al fin y al cabo, un egobloguero se gana el pan selfie a selfie) que dio los siguientes consejos: apuntar directamente a la foto con la aplicaci¨®n autofoto, mejor que usar un espejo, hacerlas preferentemente frente a una ventana con luz natural y ladear la c¨¢mara ligeramente hacia el "lado bueno" de cada uno. Para parecer m¨¢s delgada en un selfie de cuerpo completo, Craig recomienda inclinar un poco la cadera del lado en el que se sostiene el tel¨¦fono y adelantar el hombro contrario. Los tobillos siempre deber¨ªan estar juntos, avisa Craig, que dice que ha sacado estas conclusiones tras "leer muchas entrevistas con supermodelos de los ochenta y los noventa".?
Craig no se pronuncia sobre ese efecto secundario de la autofoto: la cara de pato. D¨ªcese de la cara con morritos, pensada para marcar p¨®mulos a lo Mario Vaquerizo, y que casi siempre acaba en cat¨¢strofe. Como dice este blog:?"no pareces sexy, pareces est¨²pido".?
Dos veteranas que se sumaron hace poco a la pr¨¢ctica del selfie (confirmando que es ya una tendencia multigeneracional), como Hillary Clinton y Meryl Streep evitaron la cara de pato y optaron por francas sonrisas cuando se tomaron su autofoto. As¨ª que Sasha y Malia no han inventado nada en Washington. T¨ªa Hillary lleg¨® antes.?
Meryl y Hillary sonr¨ªen al iPhone: la prueba de que la autofoto ha cruzado el umbral generacional.
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