De los a?os cincuenta a Bridget Jones: historia del ¡®jersey navide?o feo¡¯ que se ha convertido en tradici¨®n
Ya no hay Navidad sin eso que los anglosajones llaman ¡®ugly christmas sweater¡¯. As¨ª es como llegaron a nuestras vidas.
La Navidad no es Navidad sin Pap¨¢ Noel, el ¨¢rbol brillando en el sal¨®n y un buen panetone de postre. A esta lista de tradiciones importadas podemos a?adir la de ponerse un jersey con motivos navide?os cuanto m¨¢s evidentes y llamativos, mejor. El conocido como ¡®ugly christmas sweater¡¯ (o jersey navide?o feo) empez¨® a ganar popularidad en Espa?a hace casi una d¨¦cada y, con sus m¨¢s y sus menos, ha logrado convertirse en una costumbre que, como el c¨¦lebre turr¨®n, vuelve a casa (o al armario y las tiendas) por Navidad.
Decoradas con renos, grecas, mensajes y hasta luces, estas prendas de dudoso gusto est¨¦tico dan lugar a d¨ªas tem¨¢ticos en la oficina, sirven para salir del paso en el amigo invisible o como uniforme familiar en esas comidas y cenas tan copiosas en las que no est¨¢ dem¨¢s contar con la elasticidad de un jersey grueso y amplio bajo el que camuflar los excesos. M¨¢s a¨²n en aquellas en las que la tensi¨®n se puede cortar con un cuchillo y ese reno con gafas de sol en mitad del pecho se convierte en el ¨²nico resquicio de humor.
Si bien la moda de plantarse un su¨¦ter navide?o para quedar con los colegas empez¨® en el nuevo milenio (el libro The Ugly Christimas Sweater Party sit¨²a el inicio de estas fiestas/reuniones de jers¨¦is feos all¨¢ por 2001), hay que retroceder unos cuantos a?os para dar con el origen de esta prenda. Fue en los cincuenta, d¨¦cada en la que la Navidad empez¨® a convertirse en una temporada comercial para alegr¨ªa de los grandes almacenes, cuando aparecieron los protojers¨¦is navide?os. Eran menos horteras y mucho m¨¢s discretos que ahora (de ah¨ª que no se llamaran ¡®ugly¡¯ sino ¡®jingle jell sweaters¡¯), pero ya presum¨ªan de copos de nieve, grecas y renos.
La tendencia entonces no fue tal y su popularidad no pas¨® de lo anecd¨®tico, pero en los a?os ochenta resucitaron de la mano de las sit-com y los especiales televisivos propios de finales de a?o en Estados Unidos. Fue entonces cuando los m¨¢s m¨ªticos humoristas de la ¨¦poca como Chevy Chase o Bill Cosby (defenestrado tras ser condenado?por abusos sexuales) los pusieron de moda en ?Socorro! Ya es Navidad o El show de Bill Cosby, respectivamente, convirti¨¦ndolos en s¨ªmbolo indiscutible del padre entra?able y un poco bobo.
Tras a?os relegados al trastero o el altillo, lleg¨® el culmen de su ¨¦xito cinematogr¨¢fico y el que muchos citan como germen del furor que siguen causando hoy. Y no es otro que el personaje de Colin Firth en El diario de Bridget Jones y sus ic¨®nicos jers¨¦is con renos y mu?ecos de nieve. En los primeros dos mil fue tambi¨¦n cuando el d¨²o c¨®mico Chris Boyd y Jordan Birch organizaron la primera fiesta de jers¨¦is feos de la historia inaugurando, sin querer, una tradici¨®n que sigue vigente dos d¨¦cadas despu¨¦s.
Y claro, las pasarelas se hicieron eco. Stella McCartney en su colecci¨®n oto?o-invierno 2007, Givenchy en 2010 o Dolce & Gabbana un a?o m¨¢s tarde apostaron por versiones a medio camino entre el jersey navide?o hortera de manual y la est¨¦tica apr¨¨s ski. Jean-Paul Gaultier, Chanel, Louis Vuitton o Max Mara har¨ªan lo propio despu¨¦s introduciendo las grecas y los copos de nieve en la moda de primer nivel.
Las grandes cadenas han sido, sin embargo, las que m¨¢s y mejor han sabido explotar el fen¨®meno. A?o tras a?o las colecciones del universo low cost se llenan en esta ¨¦poca de motivos navide?os que invitan a la compra divertida e ineficaz (raramente se utilizan en m¨¢s de una ocasi¨®n). Tanto es as¨ª que, seg¨²n la organizaci¨®n medioambiental brit¨¢nica Hubbub, solo en Gran Breta?a hay 65 millones de su¨¦teres navide?os. Es m¨¢s: una de cada tres personas menores de 35 a?os compra uno cada a?o y dos de cada cinco de estos jers¨¦is se usan solo una vez durante la temporada. A estos n¨²meros hay que sumarle que la mayor¨ªa de ellos contienen alg¨²n tipo de pl¨¢stico en sus adornos por lo que no se pueden reciclar.
Sin embargo, como escribe la cr¨ªtica de moda Vanessa Friedman en The New York Times, es probable que el jersey navide?o feo ?haya llegado para quedarse como ese pastel de frutas que no le gusta a nadie o como el Monopoly que a menudo acaba en l¨¢grimas?. Celebridades de todo pelaje como Taylor Swift, Kanye West, Miley Cyrus, Rihanna o el presentador Jimmy Fallon lo han convertido en un elemento de la cultura pop y Brian Miller, uno de los autores del libro sobre fiestas de jers¨¦is navide?os anteriormente citado, lo definen como ?el mu¨¦rdago de nuestra generaci¨®n?. Y en unas navidades que, desgraciadamente, est¨¢n siendo empa?adas por la sexta ola de coronavirus, parece mucho m¨¢s sensato celebrar plant¨¢ndose un jersey navide?o bien feo que salt¨¢ndose las medidas de distancia social bajo el mu¨¦rdago.
x
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.