Las claves de estilo de Katharine Hepburn
Una exposici¨®n y un libro analizan c¨®mo influy¨® en la moda el vestuario de Katharine Hepburn, la actriz cuyo estilo traspas¨® la gran pantalla.
La pelirroja indomable combati¨® contra los arquetipos femeninos dentro y fuera de la pantalla durante toda su vida. Su estilo fue una de sus mejores armas para declarar su independencia, subvertir las normas y alzarse antes que nadie como la reina del casual chic. Una exposici¨®n y un libro le rinden homenaje. A los ocho a?os, Katharine Hepburn se cort¨® el pelo y declar¨® que deb¨ªan llamarla Jimmy. A los 12 acompa?aba a su madre, una distinguida sufragista, a las manifestaciones a favor de que las mujeres solteras tuvieran acceso a contraceptivos. Y unos a?os despu¨¦s, una espigada joven, reci¨¦n graduada del exclusivo college Bryn Mawr, acud¨ªa a sus primeras audiciones con un calculado desali?o: despeinada y con un imperdible a modo de cierre en su abrigo de tweed. ?Era una maniobra pensada para llamar la atenci¨®n y dar la impresi¨®n de que no le importaba si obten¨ªa el papel o no?, explica Jean Druesedow, directora del Kent State University Museum y comisaria de la exposici¨®n Katharine Hepburn, Dressed for Stage and Screen (hasta el 12 de enero de 2013 en la Public Library for the Performing Arts del Lincoln Center de Nueva York).
Hepburn dej¨® de ponerse imperdibles, pero nunca renunci¨® a su aire despreocupado, una de las claves para entender su estilo. ?Tiene que parecer que no te importa, pero es una pretensi¨®n escandalosa. Una vez le dije a Garbo que estaba segura de que a nosotras nos lleva m¨¢s tiempo un look que parece que no nos ha costado ning¨²n esfuerzo que a otra mujer vestirse maravillosamente?, declar¨® la actriz en una entrevista al final de su vida. Lo cierto es que su ropa, por muy sport que pareciera, estaba hecha a medida y, aunque nunca fue amiga de un exceso de maquillaje, una capa extra de pesta?as postizas result¨® el truco al que nunca se resisti¨®.
Hepburn hizo patente su preferencia por los pantalones y su aversi¨®n a las faldas. ?Era una batalla intelectual que emprendi¨® contra los arquetipos femeninos de su ¨¦poca?, subraya Kohle Yohannan, autor de uno de los ensayos reunidos en Katharine Hepburn. Rebel Chic (Skira/Rizzoli). El armario de la actriz puede dividirse en tres apartados: los trajes que usaba en funciones y pel¨ªculas, los pantalones y camisas con los que posaba para las fotos de promoci¨®n y en sus salidas, y la ropa que manten¨ªa en el ¨¢mbito privado. Ah¨ª se escond¨ªan una suntuosa colecci¨®n de lencer¨ªa de seda, vestidos y faldas de las que p¨²blicamente renegaba. Cuando la periodista Barbara Walters le pregunt¨® a la septuagenaria Hepburn si ten¨ªa alguna, la actriz asinti¨® antes de disparar: ?Tengo una. Me la pondr¨¦ para tu funeral?. Franca, osada, directa y con un punto impertinente, quer¨ªa libertad de movimiento, real y figurada. Una actitud que tradujo en pantalones de perneras holgadas, chaquetones de manga ancha y camisas remangadas. Por el camino defini¨® el estilo de la dama moderna e independiente. ?Muchas de las prendas que Katharine usaba se llevaban en los campus universitarios, pero ella las traslad¨® a otros ¨¢mbitos?, explica McDonell que la se?ala como pionera del estilo tomboy.
Se involucr¨® en el vestuario de las obras en las que particip¨®, tomando apuntes y ofreciendo su visi¨®n de c¨®mo un personaje deb¨ªa aparecer en pantalla. La temida Edith Head, abeja reina de la moda de Hollywood, cay¨® rendida ante el carisma de la actriz: ?Uno no dise?a para la se?orita Hepburn, dise?a con ella?. Original para la ¨¦poca, se rebel¨® contra el sistema que en los a?os 30 encasillaba a las mujeres en dos estereotipos: sumisa vampiresa o comehombres. Cuando le prohibieron pasearse por el rodaje en vaqueros, amenaz¨® con desnudarse y acab¨® luciendo su lencer¨ªa de seda como protesta hasta que le devolvieron sus pantalones. M¨¢s de una docena de ellos abren la exposici¨®n, que re¨²ne los trajes que luci¨® en pel¨ªculas como La costilla de Ad¨¢n (1949) o La mujer del a?o (1942), dise?ados por reconocidos modistos del momento, como Walter Plunkett o Howard Greer, o las chaquetas de cuello mao de Adivina qui¨¦n viene esta noche (1967). Todos dan cuenta de que su influencia sigue presente en pasarelas, revistas y aceras.
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