Por qu¨¦ solo la ropa de mujer tiene cremallera en la parte de atr¨¢s: c¨®mo naci¨® un invento provocativo que cambi¨® nuestra de vestir
Creada en 1913 para hacer el proceso de vestirse m¨¢s pr¨¢ctico, fue usada por marinos, provoc¨® a los m¨¢s puritanos y lleg¨® a la Luna. Tambi¨¦n es parte del debate feminista porque rest¨® independencia a la mujer a la hora de vestirse
?D¨®nde las he visto antes? En marzo, la modelo surcoreana HoYeon Jung abr¨ªa la pasarela de la colecci¨®n femenina de Louis Vuitton con un conjunto de falda y cuerpo rematados con cremalleras de proporciones exageradas. Seg¨²n cont¨® Nicolas Ghesqui¨¨re despu¨¦s del desfile, aquellas eran las m¨¢s grandes jam¨¢s fabricadas y el proceso de ampliar y exagerar este elemento le llev¨® a redimensionar tambi¨¦n otras prendas y detalles. B¨¢sicamente, cre¨® la colecci¨®n del verano de 2023 de la firma a partir de unas cremalleras.
Un salto en el tiempo -pero no en el escenario- nos lleva al desfile de la colecci¨®n veraniega para 2024 de la marca francesa. En las prendas ya no se aprecian cremalleras descomunales pero fue un zip vertiginoso el que se llev¨® todas las fotos en esa presentaci¨®n: el del la actriz Zendaya enfundada en un despampanante vestido blanco. El resultado era tan potente que la imagen dio la vuelta a las redes sociales: ¡°El vestido cremallera de Zendaya en 2023 es el vestido imperdible de Liz Hurley en 1994¡å, se le¨ªa en X en referencia al atuendo (aquel de Versace) que cambi¨® para siempre la concepci¨®n de la moda en las alfombras rojas.
Las cremalleras de Vuitton de hoy son un elemento nost¨¢lgico extra¨ªdo de una de las primeras colecciones de Ghesqui¨¨re al frente de la direcci¨®n creativa de la marca francesa, hace una d¨¦cada, reinterpretado ahora en un nuevo tama?o. Su impacto ha resonado: si bien podr¨ªamos pensar que la invasi¨®n dosmilera hab¨ªa alcanzado ya su c¨¦nit en las tendencias de moda, las colecciones de oto?o/invierno 2023-2024 est¨¢n demostrando que esta tendencia esperaba su turno. Las cremalleras expuestas aparecen salpicando las colecciones de Eckhaus Latta o Sukeina, y hunden sus ra¨ªces en las creaciones de Ghesqui¨¨re en aquellos a?os 10s pero tambi¨¦n en otras marcas como Marni, que en 2010 hizo del look una propuesta con una serie de vestidos rectos y blusas cuadradas con cremalleras expuestas de los que el mundo de la moda no se cansaba, o los vestidos con cremalleras en la espalda con los que Victoria Beckham se gan¨® su reputaci¨®n como dise?adora de moda, all¨¢ por 2011. Un art¨ªculo en la p¨¢gina de estilo de la famosa estilista hollywoodiense Rachel Zoe confirma su vuelta: ¡°La cremallera expuesta est¨¢ en todas partes¡±, dice.
Breve historia de la cremallera
En realidad, el camino al ¨¦xito de la humilde cremallera fue largo. Esta maravilla mec¨¢nica fue creada gracias al trabajo de varios inventores aunque, como cuenta la escritora experta en inventos Mery Bellis en la p¨¢gina de divulgaci¨®n thoughtco.com, ninguno convenci¨® al p¨²blico general de aceptarla como parte de la vida cotidiana. Fueron las revistas y la industria de la moda las que hicieron de la novedosa cremallera el art¨ªculo popular que es hoy.
La historia, cuenta Bellis, comienza cuando Elias Howe, Jr. (1819-1867), inventor de la m¨¢quina de coser, recibi¨® una patente en 1851 para un ¡°cierre de ropa continuo y autom¨¢tico¡±. Pero, quiz¨¢ por el ¨¦xito de su otro gran invento, dej¨® aparcada su protocremallera. Tuvo que pasar casi medio siglo hasta que alguien repens¨® la idea de Howe. Fue un inventor de Chicago llamado Whitcomb Judson el que comercializ¨® en 1893 un dispositivo, al que llam¨® Clasp Locker, pensado para cerrar zapatos. Pero era un cierre complicado. Por fin, en diciembre de 1913 un ingeniero de origen sueco afincado en Filadelfia de nombre Gideon Sundback tuvo la idea de la cremallera moderna. Sundback aument¨® el n¨²mero de elementos de sujeci¨®n en dos filas enfrentadas de dientes y consigui¨® juntarlos con una pieza deslizante. Su ¡°cierre separable¡± se patent¨® en 1917.
Sundback tambi¨¦n cre¨® la m¨¢quina para fabricar esta nueva cremallera. Pero su nombre en ingl¨¦s, zipper, no fue idea suya sino de BF Goodrich Company, una empresa que decidi¨® poner este cierre en sus nuevas botas de goma: el sonido que hac¨ªa al cerrarlas, zzzzzip, bautiz¨® definitivamente la cremallera.
En los primeros a?os las cremalleras sirvieron para cerrar botas de goma y bolsas de tabaco. Fueron necesarias casi dos d¨¦cadas para convencer a la industria de la moda de que este novedoso cierre ten¨ªa un potencial sensacional. En la d¨¦cada de 1930 se inici¨® una campa?a de ropa infantil con cremalleras, como forma de promover la autosuficiencia en los ni?os peque?os, ya que los zippers les permit¨ªan vestirse sin demasiada ayuda. La dise?adora Elsa Schiaparelli, referente del surrealismo, fue la primera en incluir cremalleras en sus vestidos de vanguardia y las promocion¨® para que fueran m¨¢s populares en la ropa femenina, pero su moda era a¨²n algo m¨¢s conceptual que cotidiano.
La cremallera en la conversaci¨®n de la moda
En 1937 la revista estadounidense Esquire lanz¨® una encuesta a sus lectores, a la que llam¨® ¡°la batalla de la mosca¡±, sobre si era mejor la bragueta de botones o la de cremallera. Gan¨® la segunda, con la memorable afirmaci¨®n de que la primera ten¨ªa ¡°la posibilidad de un desorden involuntario y embarazoso¡±. Lo cierto es que en el archivo online de la revista (que abarca todos los art¨ªculos desde 1933) no aparece tal art¨ªculo, pero esta an¨¦cdota se ha repetido en numerosas publicaciones, incluida la propia revista Esquire en 2014. Parece probable que la historia de ¡°la batalla de la mosca¡± sea una reutilizaci¨®n de una frase del libro Zipper: An Exploration in Novedad (1994) de Robert Friedel, en el que se habla del esfuerzo de marketing de Talon, la competencia de BF Goodrich Company. Lo que s¨ª tiene Esquire es un interesante art¨ªculo escrito por John Berendt el 1 de mayo de 1989 dedicado a la cremallera, en el que se dice lo siguiente: ¡°Las cremalleras todav¨ªa eran una novedad en 1932 (¡) eran un s¨ªmbolo del futuro mec¨¢nico y deshumanizado que nos aguardaba a todos (¡). Los sastres personalizados desde?aban las braguetas con cremallera por considerarlas vulgares, y los fabricantes en masa afirmaban que eran demasiado caras: una cremallera a?ad¨ªa un d¨®lar al costo de un par de pantalones; los botones costaban solo dos centavos. As¨ª estuvieron las cosas hasta 1934, cuando el Pr¨ªncipe de Gales, el Duque de York y su primo segundo Dickie Mountbatten de repente comenzaron a usar braguetas con cremallera. Seg¨²n el museo estadounidense Smithsonian, se declar¨® la cremallera como la ¡°nueva idea de sastrer¨ªa para hombres¡±.
Sea como fuere, la cremallera finalmente convenci¨® por su practicidad. Se incorporaron a los uniformes de los marineros estadounidenses y a medida que la moda fue proponiendo ropa cada vez menos formal, la cremallera despeg¨® su popularidad. En la Segunda Guerra Mundial, las cremalleras se hab¨ªan vuelto ampliamente utilizadas en Europa y Am¨¦rica del Norte y, despu¨¦s de la guerra, se extendieron al resto del mundo. La primera prenda urbana en incorporarla fue la cazadora de cuero y en los a?os cincuenta la NASA empez¨® a fabricar trajes espaciales con cremalleras capaces de retener la presi¨®n del aire en el vac¨ªo del espacio. Fueron utilizadas por los astronautas durante la misi¨®n Apolo 11 en julio de 1969, el primer alunizaje.
Hoy podr¨ªamos decir que la cremallera es un invento radicalmente pr¨¢ctico pero la pol¨¦mica ha salpicado su historia intermitentemente. En los a?os 20 y 30 del siglo pasado no estaban bien vistas, especialmente en la ropa femenina, porque permit¨ªan desvestirse m¨¢s r¨¢pidamente y, por lo tanto, fomentaban la actividad sexual. De hecho, el director musical Busby Berkeley aprovech¨® las posibilidades sugerentes y tentadoramente promiscuas de la cremallera al presentar una hecha de mujeres en la pel¨ªcula Footlight Parade, cimentando el componente er¨®tico que m¨¢s tarde se asociar¨ªa a las cremalleras, que Madonna tan bien explotar¨ªa gracias a su cors¨¦ hecho por Jean Paul Gaultier para su Blonde Ambition Tour de 1990. Volviendo a los or¨ªgenes, en los a?os cuarenta las cremalleras pasaron de las partes delanteras o laterales de la ropa a la espalda gracias a maestros como Crist¨®bal Balenciaga, y la cremallera se convierte en un recurso habitual de cierres posteriores, curiosamente, siempre exclusivamente en el caso de las mujeres.
Una revisi¨®n actual de este patronaje cuestiona el motivo. Se pueden aducir razones est¨¦ticas (al fin y al cabo este tipo de cierre trasero permite que la prenda tenga un frente intinterrumpido, algo especialmente interesante en tejidos finos o ajustados) pero otra posible lectura es que las cremalleras traseras existen solo en la ropa femenina como resultado de una idea de la mujer que pasa de casa de sus padres a la de su marido y que precisa ayuda para vestirse y desvestirse. En una interesante reflexi¨®n sobre el asunto en la p¨¢gina de autoedici¨®n para mujeres Swaay, la periodista Celeste Headlee, autora de Heard Mentality, We Need To Talk: How To Have Conversations That Matter relaciona las libertades de la mujer con la ropa que cada ¨¦poca ha dispuesto para ella: la cremallera en la espalda podr¨ªa ser un reflejo patriarcal de c¨®mo deber¨ªan vestir las mujeres: ¡°?Por qu¨¦, en primer lugar, por qu¨¦ est¨¢ atr¨¢s? Hay cuatro lados de mi cuerpo y tres de ellos son absolutamente perfectos para ver una cremallera, agarrarla bien y cerrarla. ?Entonces por qu¨¦? ?Por qu¨¦, en nombre de todo lo sagrado, los fabricantes de ropa insisten en poner la cremallera en un lado de mi cuerpo que no puedo ver ni alcanzar sin practicar yoga extremo? Para m¨ª, este es un tema feminista. Si retrocedemos en la historia, queda claro que las mujeres estaban destinadas a permanecer en desventaja y necesitar ayuda para realizar las tareas habituales de la vida¡±, y contin¨²a, ¡°?Los hombres tienen cremalleras y botones en la parte posterior de la ropa? ?Existe una sola prenda de ropa de hombre que ponga la cremallera en la espalda? ?No! Son solo las mujeres cuya vestimenta requiere ayuda para vestirse. Es una reliquia de la antigua discriminaci¨®n contra las mujeres solteras y un castigo para quienes intentan vivir de forma independiente¡±.
A d¨ªa de hoy, siguen existiendo diferencias de g¨¦nero a la hora de colocar cremalleras en la ropa. Mientras que en la moda femenina se cierran habitualmente con la mano izquierda, en la de hombre se hace con la derecha. Esto es as¨ª por un legado anterior a la cremallera, cuando los botones de las mujeres estaban dise?ados para que alguien les colocara la ropa.
La cremallera tambi¨¦n se ha abierto camino en la cultura pop. Marlon Brando (Salvaje, 1953) y James Dean (Rebelde sin Causa, 1955) crearon la imagen del hombre de mediados de siglo duro y rudo gracias a una chaqueta motera decorada con cremalleras.
Dos d¨¦cadas m¨¢s tarde la cremallera volvi¨® a levantar polvareda. En 1971 los Rolling Stones lanzaron su legendario ¨¢lbum Sticky Fingers con una portada dise?ada nada m¨¢s y nada menos que por Andy Warhol. La idea original, fotografiada por el colectivo art¨ªstico de Warhol, The Factory, mostraba un primer plano de la bragueta de un hombre (supuestamente Mick Jagger) embutido en unos ajustad¨ªsimos y reveladores vaqueros, con una cremallera que se bajaba. Pero aquella portada era muy costosa de producir y da?aba el vinilo, as¨ª que finalmente se dej¨® solo la foto del paquete. La imagen fue un esc¨¢ndalo: en Espa?a se censur¨® el ¨¢lbum por obsceno, lo que hizo que se dise?ara una portada alternativa, en la que se ve¨ªan los dedos de la mano de una mujer saliendo de una lata de melaza, una imagen un tanto siniestra que solo se comercializ¨® en nuestro pa¨ªs.
Por qu¨¦ en (casi) todas pone YKK
F¨ªjate en cualquier cremallera que lleve la ropa que vistes ahora mismo, en tus pantalones, en tu chaqueta o en tu bolso: pone YKK, ?verdad? Que hayamos adivinado estas tres letras grabadas no es ninguna brujer¨ªa sino pura estad¨ªstica. Las siglas significan ¡°Yoshida Kogyo Kabushikikaisha¡± puede traducirse del japon¨¦s como ¡°Yoshida Sociedad Limitada¡±. Es el nombre de la empresa fundada en 1934 por el fabricante japon¨¦s Tadao Yoshida, que hoy fabrica cada a?o m¨¢s de dos millones de kil¨®metros de cremalleras, unos 7.000 millones de unidades (seg¨²n datos de la revista Forbes).
Casi dos siglos despu¨¦s de la primigenia cremallera, el invento mide su popularidad en la m¨¢s absoluta omnipresencia.
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