La guerra de los calcetines: dime a qu¨¦ altura los llevas y te dir¨¦ qu¨¦ edad tienes

Se dice que la manera de conocer a una persona es mir¨¢ndole los zapatos. Hoy podemos asegurar que se puede ir m¨¢s all¨¢ simplemente fij¨¢ndose en los calcetines que lleva. Esta humilde prenda, en lo m¨¢s bajo del escalaf¨®n del armario, est¨¢ tomando un inesperado protagonismo en la divisi¨®n generacional.

La teor¨ªa que arrasa en TikTok afirma que se puede adivinar la edad de una persona simplemente anotando el largo del calcet¨ªn. Si son cortos, pr¨¢cticamente escondidos y quedan bien con pantalones ajustados, se trata de un millennial (nacidos entre 1981 y 1996, aproximadamente). Si suben hasta los gemelos estamos frente a un miembro de la joven generaci¨®n Z (desde 1997 hasta 2012). La tesis suele tener punter¨ªa y adem¨¢s es bastante adictiva: esta redactora ha de confesar que se ha pasado viajes enteros de metro analizando el largo de las calzas de los otros pasajeros. En el ¨¢mbito digital la hip¨®tesis ha tomado vida propia, volvi¨¦ndose un desd¨¦n, una especie de ¡®OK boomer¡¯ de las redes sociales, al igual que lo fueron los vaqueros pitillo y la raya al lado. Tanta mofa online ha provocado que los treinta?eros hayan terminado sacando sus bolas de calcetines del caj¨®n para evaluar cu¨¢les tienen que enviar a la Siberia de la moda. Aunque muchos, como es el caso de la actriz Jennifer Lawrence, se resisten a aparcar el modelo corto, algo que corroboran en las redes sociales: ¡°Sufr¨ª un ¡®bullying¡¯ horrible por llevarlos largos y los ten¨ªa que enrollar y doblar. Los zoomers no van a arrebatarme los vaqueros skinny ni los calcetines tobilleros¡±, confiesa una usuaria en los comentarios de este v¨ªdeo.

¡°Nadie que conozco lleva calcetines por los tobillos. Se consideran algo de persona mayor¡±, explica Milo, de 17 a?os. ¡°Yo los suelo llevar siempre blancos, y los m¨¢s populares entre la gente de mi edad son los de Nike. En general prestamos m¨¢s atenci¨®n a los calcetines de marca de la misma manera que hacemos con otro tipo de prendas¡±, a?ade. Seg¨²n la p¨¢gina de datos Statista, Nike, Adidas y Uniqlo son por este orden las marcas m¨¢s vendidas en la categor¨ªa, aunque la mayor¨ªa de las transacciones vienen de otro tipo de establecimientos.

Chiara, 20, coincide en que Nike es la marca favorita de los zoomers: ¡°Es la que est¨¢ m¨¢s de moda para los calcetines¡±, apunta. ¡°Cuando vas de corto te los pones m¨¢s largos, pero con pantalones estrechos solemos elegir los cortos. Los m¨¢s buscados son unos de Nike que tienen el logo justo en el tobillo, pero son dif¨ªciles de conseguir, est¨¢n pr¨¢cticamente descatalogados¡±.

En una secci¨®n del mercado en pleno crecimiento a nivel global, este producto abarca tanto el sector deportivo como en el de la moda premium. Los pares de firmas de alta gama como Balenciaga o Ralph Lauren, se han posicionado como el nuevo perfume, es decir, un buen punto de entrada al lujo. Por algo Gucci no se olvid¨® de sacar varios pares de estilo tribanda durante su colecci¨®n Crucero 2025 que se present¨® en Londres.¡°Son una fant¨¢stica manera de elevar un outfit¡±, opina la estilista Caterina Ospina. ¡°Los uso a menudo en editoriales para hacer el look m¨¢s ¨²nico e interesante. Personalmente me gustan, y me causan intriga en los dem¨¢s, me fijo en ellos cuando voy por la calle. Dicen mucho sobre la personalidad de quien los lleva, y creo que no se les da la importancia que se merecen.¡±

Sus virtudes son de sobra conocidas por los insiders de la moda, pero han sido los famosos los que han masificado la tendencia. Hailey Bieber, Paul Mescal combina sus micro shorts con calcetines que le llegan a la pantorrilla, e incluso Carlos Alcaraz, un improbable referente de estilo, que durante el Roland Garros de 2024 llev¨® con sus bermudas amarillas unos de color azul oscuro casi negro que desafiaron al protagonismo de los t¨ªpicos en blanco.

Aunque no lo parezca, los modestos calcetines tienen amplio bagaje como indicador, si bien altamente variable, de edad y de procedencia social. Los pijos de los ochenta confiaban en el combo con mocasines como pieza clave de su uniforme, en parte inspirados en los estudiantes ¡®preppy¡¯ de Ivy League, las universidades de ¨¦lite estadounidenses. En cambio, las discotecas de la siguiente d¨¦cada prohib¨ªan la entrada a cualquiera que osara presentarse con esas ¡®escayolas¡¯ en los pies. Los modelos estampados o de colores han disfrutado tradicionalmente de un cierto estatus entre los hombres. Se ve¨ªan como un toque de distinci¨®n, una finura propia de un dandy, hasta que las marcas de calcetines ¡®divertidos¡¯ los dejaron al nivel de regalos del amigo invisible. Si se quer¨ªa identificar a un turista del norte de Europa sin ning¨²n inter¨¦s por la moda, no hab¨ªa nada m¨¢s infalible que las sandalias con calcetines, pero recientemente se ha visto a David Beckham con esta misma combinaci¨®n en la primera fila del desfile de su mujer Victoria. Aunque, claro, tambi¨¦n se puede alegar que Becks es un brit¨¢nico de tomo y lomo, que encajar¨ªa perfectamente en un pub ¡®brit¡¯ de la Costa del Sol. Y mientras que antes los calcetines largos eran patrimonio de los abuelos y del cat¨¢logo de Damart, ahora te distinguen como alguien que se entera de qu¨¦ va la vaina. Todo esto puede confundir a cualquiera.

Pero si este fetiche de los Zeta tuviera que tener un referente hist¨®rico, el antecedente perfecto ser¨ªan las ¡®Bobby Soxers¡¯ de la d¨¦cada de los 40, una subcultura de chicas estadounidenses que pertenec¨ªan a la primera generaci¨®n definida como adolescente. Las bobby soxers adoraban a Frank Sinatra, se adornaban el pelo con lazos y se gastaban la paga en soda, el equivalente del matcha contempor¨¢neo. Como los j¨®venes actuales, crecieron en un entorno complicado econ¨®micamente y puntuado de conflictos b¨¦licos; y por supuesto, se convirtieron en el p¨²blico objetivo de marcas que buscaban vender productos espec¨ªficos (?suena conocido?). La tribu se denomina as¨ª por los calcetines en ingl¨¦s conocidos como ¡®bobby socks¡¯ que combinaban con calzado plano como la manera de diferenciarse de sus madres y sus sempiternos tacones.

En un mundo progresivamente uniformado hacia lo casual, en el que padres e hijos llevan los mismos pantalones cortos y las mismas zapatillas, esta prenda act¨²a como distintivo entre diferentes primaveras. Ya es in¨²til fijarse en la gorra o en la camiseta de skate: el largo de las prendas o la amplitud de los bajos son las nuevas microse?ales que desenmascaran al viej¨®ven.