Antes de que existiera Kate Moss, la reina era Nico
Este verano se cumplen 25 a?os de la muerte en Ibiza de de una de las figuras m¨¢s ic¨®nicas del pasado siglo. Su legado sigue influenciando a dise?adores, m¨²sicos y celebrities.
Antes de que existieran Kate Moss, la fiebre punk e incluso el esmoquin femenino de Yves Saint Laurent, exist¨ªa Nico. Y antes de que esta modelo alemana fascinara a Andy Warhol y participara en uno de los discos m¨¢s influyentes de la historia, hab¨ªa trabajado con Coco Chanel, aparecido en la Dolce Vita de Fellini o grabado con Serge Gainbsbourg. As¨ª que, probablemente, si hay que hablar de las musas que lograron influir en la m¨²sica, la cultura y el estilo de varias d¨¦cadas, tendremos que hablar inevitablemente de Nico.
No obstante, la artista nacida bajo el nombre de Christa P?ffgen ni ejerci¨® simplemente como fuente de inspiraci¨®n de grandes genios ni fue una it girl al uso. A su temperamento distante, su personal¨ªsima forma de vestir o su belleza de rasgos fuertes le acompa?aron sus dotes como actriz, su voz masculina y un buen pu?ado de discos revolucionarios.
Cuenta Lou Reed en su biograf¨ªa, Between the lines, que Nico era de esa clase de personas que marcan un antes y un despu¨¦s en tu vida cuando las conoces. Ella fue una de las principales culpables de que The Velvet Underground pasara de ser una an¨¦cdota moderna a convertirse en una de las bandas m¨¢s nombradas del pasado siglo, y eso que s¨®lo particip¨® en tres canciones. Un par de a?os antes, Warhol hab¨ªa ca¨ªdo rendido ante su largo flequillo, sus sencillos trajes masculinos y su extra?a forma de comportarse. Porque Nico escrutaba el entorno, pero apenas hablaba.
Nico con Mary Woronov, Andy Warhol y su hijo Ari en 1966.
Corbis
Se introdujo en la Factory, en el metraje de sus pel¨ªculas m¨¢s c¨¦lebres y acab¨® eclipsando a Edie Sedgwick. Cuando entonaba I¡¯ll be your mirror vestida con chelsea boots y un traje sastre a rayas no sab¨ªa que The Velvet Underground and Nico iba a convertirse en una de las referencias pop por excelencia, que el pl¨¢tano de la portada ser¨ªa revisitado en miles de camisetas o que ella, tan ajena a la fama, se convertir¨ªa en ese espejo en el que se reflejaban decenas de dise?adores y revistas de moda. De lo que tal vez s¨ª fuera consciente era de la fascinaci¨®n que su presencia ejerc¨ªa en la ¨¦lite cultural de los convulsos a?os sesenta.
Porque Nico lleg¨® a Nueva York tras haber sido fotografiada por JeanLoup Sieff, ejercido como modelo de Chanel, ocupado las p¨¢ginas de Vogue y haber dado a luz a Ari, el hijo no reconocido de Alain Delon. Entr¨® en la Factory de la mano de Brian Jones, el malogrado l¨ªder de los Rolling Stones, con un single producido por Jimmy Page bajo el brazo y la letra de una canci¨®n que Bob Dylan acababa de dedicarle. Intentaron convertirla sin ¨¦xito en la nueva Marianne Faithfull y a?os despu¨¦s Marianne Faithfull le dedic¨® una canci¨®n. Se neg¨® a usar flores durante la explosi¨®n hippie de San Francisco y empez¨® a usar kaftanes cuando lo hippie hab¨ªa muerto. La apodaron la primera cantante psicod¨¦lica pero sus discos en solitario fueron reivindicados por el punk y los primeros g¨®ticos.
Nada en ella era esperado o manejable. Ni sus cambios de color de pelo, ni el paso del estilo andr¨®gino a las capas y los vestidos victorianos, ni su empe?o en apoyar a un desconocido Iggy Pop hasta hablarle de ¨¦l a un semidesconocido David Bowie. Ni siquiera su decisi¨®n de cambiar a Jim Morrison por el director Philippe Garrel, huir a Par¨ªs y convertirse en la protagonista de muchas de sus pel¨ªculas.
La tendencia tomboy que lleva asedi¨¢ndonos varias temporadas toma como referencia sus pantalones rectos y sus zapatos masculinos. La eterna reinterpretaci¨®n del look de Marlene Dietrich pasa por su versi¨®n modernizada del traje sastre. Las celebrities del indie como Alison Mosshart, Sharin Foo o Bat for Lashes se inspiran en ella de manera consciente. Las protagonistas femeninas? del punk, Siouxsie y Debbie Harry, han confesado la influencia que ejerci¨® en su imagen. Cuentan que Morrissey tararea sus canciones como ritual antes de empezar los conciertos y que Chlo¨¦ Sevigny tiene el sal¨®n cubierto con fotos suyas. Hasta Kate Moss, que no puede negar el reflejo de Nico en su celebrado estilo, estuvo a punto versionarla en un disco de su marido.
El pasado invierno la nueva musa de Slimane, Kim Gordon, le rindi¨® homenaje en un teatro de Brooklyn. Esta primavera el t¨¢ndem blanco y negro impulsado por Marc Jacobs revive sus a?os de gloria como cantante de ¨¦xito y referente de estilo. Y este verano se cumplir¨¢n 25 a?os de esa ca¨ªda de la bicicleta en Ibiza que le provoc¨® la muerte. No har¨¢n falta demasiados homenajes, porque la figura de Nico sigue fascinando a la moda y a la m¨²sica con la misma fuerza de aquel d¨ªa de 1966 en que subi¨® al escenario con su traje y su pandereta a proclamar que era una 'Femme Fatale'.
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Nada en ella era esperado o manejable.
Getty
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