El auge del vestido-desnudo o por qu¨¦ la moda se ha empe?ado en estampar pezones hiperrealistas en las prendas
Jean Paul Gaultier, Y/Project o Balmain proponen prendas atrevidas que juegan al trampantojo y que, por supuesto, ya son virales. Una tendencia osada pensada para burlar la censura de Instagram y que tiene m¨¢s que ver con el activismo que con el erotismo, al menos en su sentido m¨¢s cl¨¢sico.
Hace unos d¨ªas, Kylie Jenner sub¨ªa una imagen a su Instragram luciendo un bikini color carne con dos pezones estampados a tama?o real junto a la frase ¡®free the nipple¡¯ (libera el pez¨®n). Como era de esperar, la imagen ya ha superado los diez millones de ¡®me gusta¡¯. El bikini pertenece a la colecci¨®n c¨¢psula que la estilista Lotta Volkova ha hecho para Jean Paul Gaultier, una revisitaci¨®n del archivo del dise?ador pensada para atraer a las nuevas generaciones (muchos est¨¢n volviendo con nostalgia a resucitar hitos de la moda del pasado en sus redes sociales) que incluye el hist¨®rico cors¨¦ de conos que encumbr¨® Madonna en 1990 o estas prendas con falsos desnudos que el creador franc¨¦s dise?¨® nada menos que en 1984. ¡°En aquella ¨¦poca pod¨ªas experimentar con la moda de verdad, de un modo inocente, sin tener miedo a ser provocativo¡±, contaba Volkova en una entrevista reciente. En su colecci¨®n, ya agotada, hay tambi¨¦n camisetas y vestidos que juegan con la desnudez a modo de trampantojo y que han llevado distintas celebridades en las ¨²ltimas semanas. Hasta The Times envi¨® a una de sus editoras a Oxford Street con la prenda de marras para documentar la reacci¨®n de la gente.
Curiosamente, Jean Paul Gaultier no es la ¨²nica firma que apuesta esta temporada por imprimir o aludir de forma art¨ªstica al pecho femenino. Glenn Martens en Y/ Project se inspir¨® en los archivos del franc¨¦s para realizar prendas similares y Jonathan Anderson en Loewe utiliza globos o estructuras de pl¨¢stico para mostrarlos de un modo m¨¢s dada¨ªsta. El espa?ol Sergio Casta?o Pe?a, m¨¢s conocido como Syndical Chamber, juega precisamente con esa idea del trampantojo de la desnudez en la mayor¨ªa de sus prendas, impresas en 3D. Sus ¡®vestidos anat¨®micos¡¯ han vestido a Iggy Azalea o Bella Thorne; hace unas semanas, Chanel Terrero se enfundaba uno que fing¨ªa ese efecto mojado que insin¨²a el cuerpo femenino. La griega Dipetsa es otra de esas firmas que juegan al drapeado y el efecto mojado para borrar las fronteras entre la piel y el tejido, la inglesa Sinead Gorey dibuja cuerpos perfectos que funcionan con estampados a tama?o real sobre piezas ajustadas, una idea que tambi¨¦n ha utilizado esta temporada Olivier Rousteing en Balmain.
En la ¨²ltima d¨¦cada, se comenz¨® a hablar del llamado ¡®naked dress¡¯ (vestido desnudo) una pieza repleta de aberturas y transparencias que jugaba aa insinuar m¨¢s piel de la socialmente aceptada. El m¨¢s famoso, quiz¨¢, sea el que dise?¨® Bob Mackie para Cher en la ceremonia de los Oscars de 1986 y que hoy sigue siendo recordado por todo el mundo, precisamente por eso. Las im¨¢genes de Rihanna enfundada en una tela transparente cuajada de cristales de Swarovsky cuando recibi¨® el premio del consejo de dise?adores americanos como icono de estilo en 2014? tambi¨¦n dieron la vuelta al mundo y, m¨¢s recientemente, Kim Kardashian se enfundaba para acudir a la gala MET el Jean Louis Scherrer que luci¨® Marilyn Monreo para cantarle el cumplea?os feliz al presidente Kennedy; una joya de 1962, tambi¨¦n bocetada por Mackie para la marca francesa y que? insinuaba desde el corte y la transparencia la anatom¨ªa femenina. El naked dress lleva existiendo medio siglo y, en la mayor¨ªa de los casos, su funci¨®n era, o bien escandalizar o bien, complacer seg¨²n los c¨¢nones de la mirada masculina que siempre han rodeado a la moda femenina hasta hace relativamente poco.
La idea de este nuevo ¡®desnudo estampado¡¯ es m¨¢s bien la contraria, no se trata de revelar, sino de ocultar, no de complacer, sino de reivindicar, no de mostrar el cuerpo objetualiz¨¢ndolo, sino de ironizar con ¨¦l reapropi¨¢ndoselo. A prop¨®sito de esta tendencia, el diario The Guardian las camisetas con tetas estampadas que cre¨® Vivienne Westwood a mediados de los 70, en plena efervescencia contestataria del punk. Habr¨ªa que avanzar a la d¨¦cada pasada para que se volvieran a viralizar prendas similares, cuando celebrities como Miley Cyrus se sumaron al movimiento ¡®Free the Nipple¡¯, que naci¨® en 2012 con el documental hom¨®nimo dirigido por Laura Esco y que trataba de concienciar tanto sobre la prohibici¨®n de que las mujeres fueran sin camiseta (al contrario que los hombres) en la mayor¨ªa de los pa¨ªses occidentales como del doble rasero que a¨²n hoy sigue midiendo las publicaciones de Instagram, donde ense?ar los pezones femeninos suele estar censurado.
Tras su desfile para el pr¨®ximo invierno, en el que se vio a la modelo Precious Lee con uno de estos vestidos estampados, Olivier Rousteing, director creativo de Balmain, explic¨® que se trata de una forma metaf¨®rica de ¡°luchar contra la dismorfia corporal que generan las redes sociales¡±. El pasado oto?o, unos documentos filtrados de Meta (matriz de Instagram) revelaban que los propios empleados eran conscientes del da?o a la autoestima que los filtros, la exposici¨®n p¨²blica y la promoci¨®n de cierto tipo de c¨¢nones en esta red generaban entre los j¨®venes. En octubre, la plataforma cambiaba su pol¨ªtica con respecto a la desnudez tras una protesta originada por la modelo de talla grande Nyome Nicholas Williams, cuyas fotos (sin ense?ar los pezones) fueron censuradas, igual que las de la c¨®mica Celeste Barber al tratar de imitar una imagen de una modelo de Victoria¡¯s Secret. Hasta aquel momento, Instagram implementaba una pol¨ªtica arbitraria en cuanto a la desnudez; seg¨²n han denunciado distintas influencers, daba el visto bueno a mostrar cuerpos delgados, no as¨ª cuerpos fuera de este canon.
Pero el del pez¨®n sigue siendo un tema tab¨² para la empresa de Mark Zuckerberg. El femenino, no el masculino, que puede mostrarse sin riegos en la red social. Su carga simb¨®lica, siempre asociada a la mirada patriarcal, hace que Instagram siga sin querer mostrarlos. Como contaba la escritora Mar¨ªa Bastar¨®s en un art¨ªculo de Icon, ¡°el cuerpo de la mujer, pezones incluidos, es mostrado o censurado en funci¨®n de su capital er¨®tico, de su utilidad para la mirada masculina¡±. Se censuran desnudos, anuncios de lactancia y hasta el cartel de Madres paralelas, pero no camisetas con pezones dibujados, pese a, seg¨²n cuentan, timar estas decisiones a trav¨¦s de programas inform¨¢ticos de reconocimiento. ?C¨®mo es posible diferenciar el estampado, casi natural, del bikini de Kylie Jenner de un pez¨®n real? ?Qu¨¦ diferencia hay adem¨¢s de la simb¨®lica, entre un vestido que muestra un desnudo natural y un cuerpo sin vestido?
La tendencia del vestido trampantojo viene a sumarse a otra que lleva tiempo imponi¨¦ndose; la de mostrar piel y la de usar prendas ajustadas, independientemente de la talla. Uno de los autores de ambas tendencias, Casey cadwallader, director art¨ªstico de Mugler, contaba en una entrevista en este medio que ¡°hoy la idea de lo sexy tiene m¨¢s que ver con la sororidad que con complacer la mirada masculina¡±. Sin embargo, la diversidad de tallas y la apropiaci¨®n femenina del cuerpo (y sus pezones) solo es cosa de las pasarelas. En la calle, las tiendas m¨¢s conocidas siguen ofreciendo tallas restringidas y promocionando sus productos con modelos de medidas can¨®nicas que, por supuesto, Instagram sigue promocionando y premiando.
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