Los falsos influencers de Instagram: suplantan perfiles para obtener productos gratis
Los estafadores persiguen hacerse con los productos gratis que las marcas env¨ªan a ¡®instagramers¡¯. La publicidad prometida a cambio nunca llega.
Deslizar el dedo por la pantalla y topar con una publicaci¨®n en la que un influencer con miles de seguidores alaba las bondades de un producto. Acceder a sus stories y tragarse una sucesi¨®n interminable de unboxing en los que desembala cuidadosamente las ¨²ltimas novedades de cosm¨¦tica o prendas que le han enviado a casa, consiguiendo despertar los instintos consumistas de quien observa al otro lado. La f¨®rmula no pilla por sorpresa. Con mayor o menor tolerancia, el modelo de negocio est¨¢ interiorizado: las marcas mandan los productos gratis y el instagramer en cuesti¨®n los publicita a cambio de dinero o bajo la premisa de qued¨¢rselos. Esta ¨²ltima ambici¨®n es la que ha dado pie a una nueva forma de estafa que pone en alerta tanto a las estrellas digitales como a las empresas que han depositado sus esperanzas e inversiones en el influencer marketing.
Personas que contactan a las firmas haci¨¦ndose pasar por los influencers o sus representantes con e-mails falsos. Lo hacen usando direcciones casi cl¨®nicas de las originales de esos mismos influencers?y creando p¨¢ginas web para las que roban sus im¨¢genes y a las que adjuntan datos de contacto que confunden al interlocutor,?consiguiendo que el producto les llegue a ellos y sin cumplir la expectativa de la marca de verse anunciada en el perfil real.
La denuncia p¨²blica que alertaba sobre esta nueva oleada llegaba, seg¨²n explica Taylor Lorenz en un art¨ªculo en?The New York Times, a trav¨¦s de la influencer de moda y belleza Jeanne Grey (@TheGreyLayers, 451.000 seguidores). Grey expon¨ªa en julio a trav¨¦s de un story c¨®mo ella misma ha sido v¨ªctima de esta suplantaci¨®n de identidad: ¡°Se nos ha hecho saber a m¨ª a mi equipo que hay alguien que est¨¢ usando mi imagen y mi identidad para contactar con marcas (¡) He recibido m¨²ltiples correos electr¨®nicos por parte de marcas con las que tengo buena relaci¨®n y otras tantas nuevas que me interesan que han ca¨ªdo y han enviados sus productos gratis¡±, escrib¨ªa.
Su caso no es el ¨²nico. Ya en 2015 la bloguera brit¨¢nica Em Sheldon, detr¨¢s de EmTalks, cont¨® en un post que hab¨ªa descubierto a trav¨¦s de dos tuits de diferentes marcas que alguien se estaba haciendo pasar por ella. Las firmas, de productos tan dispares como mermelada y cremas,?aseguraban tener un env¨ªo en camino para ella ¡°tal y como hab¨ªa solicitado¡±, lo que levant¨® sus sospechas para acabar descubriendo que alguien estaba rellenando formularios en su nombre en una web que conectaba a marcas y blogueros para enviarles muestras a cambio de publicidad.?Pero tras el boom definitivo del negocio influencer y con esa tendencia a suplantar identidades latente en internet -el 23% de las personas presentes en redes sociales han sido v¨ªctimas de un uso indebido y sin permiso de sus im¨¢genes, seg¨²n una encuesta de My Voucher Codes en 2015-, este delito alcanza una nueva dimensi¨®n. Y empiezan a salir a la luz m¨¢s historias de fraude cuyo fin es renovar armario, probar cosm¨¦ticos o simular el tren de vida del ¨²ltimo ¨ªdolo de Instagram.
Con el medio estadounidense han hablado las instagramers especializadas en estilo de vida Liraz Roxy (145.000 seguidores), Natalie Pinto (71.200) y la fot¨®grafa Kirsten Alana Larsson (212.000), todas v¨ªctimas de suplantaci¨®n de identidad que explican c¨®mo las propias marcas, ya en ¨²ltima instancia, han contactado con ellas para llamarles la atenci¨®n con mensajes directos en sus perfiles de Instagram, preguntando cu¨¢ndo sacar¨ªan sus productos. En el caso de Larsson, la suplantaci¨®n de identidad fue un paso m¨¢s all¨¢, llegando la estafadora incluso a personificarse en su nombre en un hotel neoyorquino y en una estancia de Airbnb sin soltar un d¨®lar.
En un modelo de negocio que evoluciona constantemente y a demanda de los acontecimientos, las marcas est¨¢n llamadas a andarse con m¨¢s cuidado a la hora de acceder a estos intercambios. No es tarea f¨¢cil en casos como el de la espa?ola Meli¨¢, que el a?o pasado afirmaba recibir entre 60 y 70 correos electr¨®nicos diarios en los que influencers o supuestos influencers les reclaman alojamiento gratis a cambio de visibilidad en sus perfiles. Gesti¨®n para la cual esta hotelera y otras marcas acaban delegando en empresas externas o desarrollando equipos espec¨ªficos en sus plantillas que se encarguen de filtrar, ya hartas del abuso y descaro de ciertos usuarios.
En los casos estadounidenses afirman que la diferencia de jurisdicciones y la facilidad con la que se pueden registrar m¨²ltiples cuentas de correo electr¨®nico complican el seguimiento a la hora de localizar a los impostores, en su mayor¨ªa chicas de entre 9 y 15 a?os, sin poder adquisitivo, afirma la publicista Miriana Rexrode. El caso m¨¢s improbable que rescata Lorenz es el de la cuenta @TheSpicyCocktail, cuya autora habr¨ªa posado con varios de los productos que nunca llegaron y nunca anunci¨® la denunciante Jeanne Grey, como una blazer beige y un bolso de piel de la firma Lidia May, cuyas piezas rondan los 200 euros.
Un (nuevo) lastre para la credibilidad influencer
El negocio del influencer marketing tiene un tir¨®n indiscutible, con 1.300 millones de d¨®lares generados en 2018 seg¨²n Statista y con previsi¨®n de doblar la cifra en 2020, pero el cuestionamiento sobre su credibilidad tambi¨¦n est¨¢ al alza. La compra de ¡®me gusta¡¯, comentarios y seguidores falsos ya han puesto alerta a las empresas, que habr¨ªan perdido en consecuencia un 15% de su inversi¨®n en este modelo publicitario el ¨²ltimo a?o, apuntaba un estudio de la Universidad de Baltimore y la compa?¨ªa de ciberseguridad Cheq publicado en Business of Fashion. La moda de las falsas colaboraciones, en la que los influencers etiquetan a las marcas como si se tratase de una colaboraci¨®n pactada para llamar la atenci¨®n de clientes potenciales o la saturaci¨®n que el exceso publicitario causa en los usuarios, no plantean el mejor escenario para esos influencers y marcas v¨ªctimas de esta nueva forma de estafa. Un robo de identidad que da?a la imagen de los primeros y los bolsillos de ambos.
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