Nina Koltchitskaia, la pintora y fot¨®grafa que revoluciona Instagram con sus limones y prados soleados
Perteneciente a un extenso linaje de artistas, sus dibujos po¨¦ticos viajan por mundos de fantas¨ªa y una naturaleza exuberante anclada en el Mediterr¨¢neo.
Mi¨¦rcoles 16 de junio, Madrid. La ciudad amanece bajo una ola de calor infernal que derrite tanto las aceras como a los habitantes que circulan por ellas. Los pocos transe¨²ntes que atraviesan la calle Fernando VI, una v¨ªa siempre animada del llamado ¡®Upper Chueca¡¯ por sus caf¨¦s, tiendas de plantas y boutiques de dise?o, aplacan el calor como pueden. El escaparate de la tienda Sess¨´n, en cambio, decorado por una cascada de flores magenta, violenta y limones, refrigera visualmente el paisaje urbano; a¨²n permanece fresca la pintura del dibujo que hace unas horas traz¨® a mano alzada su autora, Nina Koltchitskaia.
El d¨ªa anterior, la artista y fot¨®grafa soport¨® heroicamente el manto de grados sobre su menuda silueta. El motivo de su visita a la capital fue idear un jard¨ªn t¨ªpicamente mediterr¨¢neo que diera bienvenida a la colecci¨®n c¨¢psula dise?ada en colaboraci¨®n con la marca francesa. Un total de 18 prendas in¨¦ditas que contienen a la perfecci¨®n el universo que rodea a Nina Koltchitskaia ¨Cseguido cada cada d¨ªa por m¨¢s de 106.000 personas en Instagram¨C y simboliza lo que para ella es la moda, un estrecho v¨ªnculo entre su persona y el mundo que le rodea. ¡°Pienso en la ropa como si fueran viajes; son el contacto m¨¢s ¨ªntimo que mantenemos con la piel, una ventana entre la intimidad y el mundo exterior. Adem¨¢s, esconden muchos poderes: pueden ser al mismo tiempo un escudo protector, una forma de expresarte, un juego, una obra de arte, un arma de seducci¨®n, una declaraci¨®n pol¨ªtica o simplemente una nube confortable en la que sentirte bien¡±, explica a S Moda d¨ªas previos a la inauguraci¨®n.
Po¨¦tica en el habla y en cada gesto, Nina Koltchitskaia (Mosc¨², 1987) forma parte de una generaci¨®n de mujeres que eclipsa las redes sociales con su estilo, esa evoluci¨®n de la it girl que idearon en los a?os noventa Chl?e Sevigny y Kate Moss y que rostros londinenses como Alexa Chung o las hermanas Geldof perpetuaron en los 2000. Su forma de describir la inspiraci¨®n que envuelve a la colecci¨®n revela esa habilidad tan et¨¦rea como contundente ¨Cde la que es maestra su amiga Jeanne Damas, con la que colabor¨® en el dise?o de cer¨¢micas artesanales con fines solidarios para su marca Rouje¨C de hacer de las peque?as cosas una declaraci¨®n de intenciones. ¡°Me encanta bailar e imaginarme [con estas prendas] en la orilla del mar, en un peque?o pueblo de pescadores de Italia o en un riachuelo. Me veo sumergi¨¦ndome en el agua ba?ada por el sol, saboreando la sal y el perfume ¨¢cido de un lim¨®n en mi piel mientras llevo el vestido blanco Italie¡±, confiesa.
Afinada en Par¨ªs pero sintiendo Italia siempre de cerca ¨C¡°es el pa¨ªs de mi coraz¨®n¡±, declara¨C, Nina ha continuado ese esp¨ªritu n¨®mada y libre que caracteriza a un linaje de varias generaciones de artistas. Los primeros diez a?os de su vida los pas¨® en la capital rusa, en el seno de una familia donde el lenguaje creativo resultaba tan org¨¢nico y natural como aprender a andar o pronunciar las primeras palabras. Ambos padres trabajaban en la industria del cine y ten¨ªan en la pintura una afici¨®n que sin quererlo form¨® parte inherente de la infancia de Nina. ¡°Crec¨ª rodeada de pinceles por todos lados, l¨¢pices de colores, tinta, lienzos¡ Recuerdo que me encantaba mirarlos, como si fueran reliquias. Todas estas herramientas me parec¨ªan varitas m¨¢gicas, y los lienzos, ventanas abiertas a todo lo imposible. ?C¨®mo de m¨¢gico es eso para una ni?a?¡±, expresa con emoci¨®n.
Tras pasar largas temporadas en Vietnam, Laos y Mil¨¢n, Nina se mudar¨ªa a Par¨ªs para estudiar literatura y filosof¨ªa en la universidad de La Soborna. Mientras tanto, quiso poner todas sus energ¨ªas en la fotograf¨ªa, esa vieja afici¨®n de su abuelo, fot¨®grafo ocasional y viajero incansable. ¡°?l me regal¨® una c¨¢mara maravillosa que sol¨ªa llevar en todos sus viajes y la us¨¦ desde muy peque?a. Siempre tuve miedo a olvidar cosas, por ello se convirti¨® (y sigue siendo) mi herramienta m¨¢gica para recordarlo todo. La fotograf¨ªa es capaz de crear una uni¨®n muy sutil e ¨ªntima entre el objeto y el propio ojo; un v¨ªnculo entre dos almas que captura sentimientos invisibles para siempre¡±.
Mientras llegaron las primeras exposiciones individuales ¨CLove me Tender (2010) y Amazon (2012)¨C en la escuela de fotograf¨ªa ICART de Par¨ªs, Nina se? fue aproximando a la pintura de una manera natural pero indecisa. ¡°Siempre hab¨ªa pintado pero para m¨ª, en secreto. Las cajas de acuarelas y los tubos de pintura al ¨®leo era uno m¨¢s en mi casa; mi hermana mayor estudi¨® en la academia rusa de Bellas Artes, mi padre pintaba mucho y m¨¢s tarde lo hizo mi madre. As¨ª que siempre tuve ganas de colorear lo que ve¨ªa, pero al principio no me confiaba demasiado, por lo que opt¨¦ primero por la fotograf¨ªa¡±. Pero la herencia pict¨®rica termin¨® por imponerse y comenz¨® a esbozar sus primeros dibujos. Fue Olivier Coursier (Br¨¦tigny-sur-Orge, 1974), su futuro marido, quien anim¨® a que sus obras vieran la luz en el proyecto de dibujos po¨¦ticos Left handed lovers, que arranc¨® en 2016.
Junto al productor y miembro del d¨²o musical AaRON, Nina ha protagonizado una de esas historias de amor que parecen seguir el guion de una pel¨ªcula. Se conocieron casi por casualidad a ra¨ªz de un trabajo ¨C¡°al despedirnos ese d¨ªa empez¨® a nevar¡±, declar¨® a la edici¨®n francesa de Vogue¨C, ¨¦l le pidi¨® matrimonio en lo alto de una monta?a en la isla griega Amorgos y cerraron el c¨ªrculo en 2019 con la boda m¨¢s sonada del a?o. Una triple ceremonia con el desierto del S¨¢hara como escenario rodeada de socialit¨¦s ¨Cy un vestuario de Isabel Marant, Valentino y Simone Rocha¨C en la que derroch¨® buen gusto a raudales. Ese mismo a?o, su obra viajar¨ªa hasta ferias internacionales de arte como YIA Art Fair en Par¨ªs y ARTLife en Mosc¨². Durante la pandemia, en cambio, Nina experiment¨® un par¨®n creativo que recuerda con cierta amargura: ¡°Al principio fue dif¨ªcil encontrar tiempo para m¨ª durante el confinamiento. Sent¨ª que me faltaba la respiraci¨®n, pero mis amigos me ayudaron ver de nuevo la belleza de todo¡±. Como resultado, 50 de sus obras integran la exposici¨®n Romantic Days que acoge estos d¨ªas y hasta noviembre el Museo Daelim de arte contempor¨¢neo en Se¨²l.
Con intelectuales como Cocteau o Bachelard como referentes de su trabajo, para Nina la verdadera inspiraci¨®n reside en las cosas sencillas y cotidianas. ¡°Con la pintura me siento como si hiciera un viaje trav¨¦s de los sue?os y sentimientos, y se manifiestan en un lienzo o un papel con formas de colores¡±. A la hora de crear, las man¨ªas se imponen en su taller, como la necesidad de estar sola, pintar descalza o rodearse de peque?os objetos a los que adora: ¡°Flores, conchas que he encontrado en la playa, cajitas con frases de amor, un lim¨®n, algunos guisantes, postales de tierras m¨¢gicas libros de poes¨ªa¡ Y m¨²sica¡±.
El resultado es un lienzo de prados soleados, nutrido de rosas y claveles carnosos, cielos cer¨²leos y limones a punto de madurar. Un viaje por los paisajes de su vida que de alguna forma afloran en su pincelada, y tambi¨¦n en esta colecci¨®n de car¨¢cter artesanal en forma de prendas y accesorios con labores de patchwork, ganchillo y encaje. ¡°Quise que esta colecci¨®n resultara honesta y sincera, como el verano. Tanto el equipo de Sess¨´n como yo dese¨¢bamos crear algo que pudiera unir nuestros mundos, hacernos so?ar y viajar a trav¨¦s de ella¡±.
Con Espa?a como lugar se?alado para su pr¨®xima aventura de verano, concluye que la naturaleza, en estado puro, es una de sus grandes obsesiones. ¡°Cuando estoy en ella suceden cosas inmensas. Siento que me protege de todo lo falso, de la oscuridad, de la tristeza, del miedo. Flores, cielos, mar, luz¡ Son poemas para la vista, para la piel, para el o¨ªdo. Hacen que la vida resulte grandiosa, tierna y hermosa a la vez, que merezca la pena bailar todos los d¨ªas¡±.
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