Telfar: ?Puse precio al bolso en relaci¨®n a lo que gana un DJ en una noche, para que lo pudieran comprar mis amigos?
El complemento, que se agota cada vez que sale a la venta, se ha convertido en el m¨¢s buscado del a?o. Trae mensaje: ha cambiado el significado de it bag, que ya no es s¨ªmbolo de aspiraci¨®n, sino de pertenencia a un grupo.
?En 2013, cuando vi a todo el mundo haciendo sus compras navide?as y cargando con bolsas, me llam¨® la atenci¨®n que estas ten¨ªan siempre la misma silueta y que funcionaban para hombres, mujeres y ni?os?, evoca Telfar Clemens. As¨ª nac¨ªa uno de los bolsos m¨¢s buscados de los ¨²ltimos tiempos, un modelo minimalista y funcional. El furor global no lleg¨® hasta varios a?os despu¨¦s, cuando invirti¨® los 400.000 d¨®lares del premio CFDA/Vogue Fashion Fund en escalar su producci¨®n. Nada es suficiente, los seguidores de la firma agotan cada remesa. Est¨¢ decorado con el logo con sus iniciales (que le pint¨® su profesora de preescolar) y confeccionado en piel vegana. Se ofrece en tres tama?os, ?de hecho, medimos la bolsa de compras de Bloomingdale¡¯s para establecer las medidas?, y a un precio de entre 130 y 230 euros: ?Lo fijamos en funci¨®n de lo que un DJ puede esperar ganar en una noche. Porque si mis amigos no pueden pagar mis productos, ?qui¨¦n los usar¨¢??. Toda una declaraci¨®n de intenciones. El sencillo complemento encapsula la idiosincrasia de Telfar ¨Csin g¨¦nero, inclusivo y democr¨¢tico¨C y se ha convertido en un actual s¨ªmbolo de estatus que habla de la pertenencia a un grupo, no a una clase social.
El trayecto al ¨¦xito de Clemens, siempre por v¨ªas secundarias alejadas de los caminos tradicionales de la industria, no ha sido f¨¢cil. Naci¨® en Nueva York, en Queens, pero a los cinco a?os su familia se mud¨® a Liberia. Volvi¨® a Estados Unidos y se matricul¨® en una escuela de negocios, la ¨²nica carrera que a sus padres les parec¨ªa que tuviera salidas. Pero su vocaci¨®n creativa lat¨ªa desde hac¨ªa tiempo. Con solo 15 a?os empez¨® a confeccionar su propia ropa y a venderla en cualquier sitio: a amigos, en un mercadillo o en la calle. Prendas revolucionarias en su sencillez, que prescind¨ªan hasta del g¨¦nero: ?La ropa no tiene g¨¦nero. El g¨¦nero es algo que se les agrega. Nosotros simplemente hacemos ropa; son otras firmas las que agregan un mensaje pol¨ªtico y social en su ropa al clasificarla por g¨¦nero?, sentencia.
Ans¨ªa tambi¨¦n derribar cualquier asociaci¨®n at¨¢vica que relacione moda y poder: ?El lujo es un tipo de pobreza, es cuando no hay suficiente belleza para todos?. Hoy triunfa, especialmente entre las nuevas generaciones, con una propuesta que ha continuado desarrollando aquellos conceptos de democratizaci¨®n. Lo deja claro en el lema de la compa?¨ªa, ?no es para ti, es para todos?, y en su manera de entender la moda. Su ¡®secreto¡¯ es en realidad algo tan evidente que nadie se hab¨ªa parado a analizarlo: se dirige a los j¨®venes, aquellos que no pueden pagar 1.000 euros por un bolso, como a ¨¦l le hubiera gustado ser tratado de adolescente, cuando pasaba la tarde estudiando prendas entre los percheros de Century 21. Consigue as¨ª algo mucho m¨¢s importante que una nutrida clientela: fans. ?Lo que estamos viendo es la incapacidad de los que tienen el poder de visualizar el futuro, porque ya no se parece a ellos?.
El lujo es un tipo de pobreza, es cuando no hay suficiente belleza para todos.
En esa condescendencia que encontr¨® en sus inicios, se cruza tambi¨¦n el factor de la raza. Algo de lo que peca hasta esta entrevistadora al preguntarle por ¡®diversidad¡¯: ?Creo que esa pregunta es parte del problema. Somos una compa?¨ªa con propietarios negros, con mayor¨ªa de clientes negros, con mayor¨ªa de colaboradores negros y modelos negros. ?As¨ª que en realidad no somos muy diversos! Solo tiene sentido llamarnos ¡®diversos¡¯ si se asume que todo, en el fondo, se dirige a una persona blanca?. Tocada y hundida. ?Ese es el verdadero significado de la supremac¨ªa blanca: colocar a la persona blanca en el centro del universo. As¨ª es como todos esos programas sobre diversidad pueden ser una elaboraci¨®n m¨¢s de la supremac¨ªa blanca, sin importar que honestamente busquen lo contrario?.
Cualquier analista dir¨ªa que es un genio del marketing, que ha sabido capturar los deseos de los m¨¢s j¨®venes. Solo que la f¨®rmula funciona porque esta vez no es marketing, sino autenticidad: ?Hace m¨¢s de 15 a?os establecimos una firma de moda sin g¨¦nero, propiedad de negros. Pas¨® una d¨¦cada hasta que la industria empez¨® a hacer cr¨®nicas siquiera de nuestros desfiles. Durante todo este tiempo hemos seguido comprometidos con el proyecto, sin reconocimiento ni ingresos. Ahora que tenemos ¨¦xito, lo que nos mantuvo unidos y nos motiv¨®, sigue siendo el n¨²cleo de lo que hacemos?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.