Molly Goddard quiere que sepas que el tul ya no es de princesas

C¨²lpenla de volver a poner de moda el tul princesista, las transparencias, el rosa y los colores chillones. Vestidos de fiesta divertidos con aire de graduaci¨®n adolescente, cierta nostalgia del kinderwhore noventero y toques infantiles de cuento de hadas. As¨ª se podr¨ªa definir al estilo de Molly Goddard, uno de los nombres que no ha dejado de repetirse incansablemente los ¨²ltimos meses en el mundo del dise?o femenino.

Ella huye de definiciones princesistas y asegura que sus mujeres son ?pr¨¢cticas y con sentido del humor. S¨¦ que sonar¨¢ raro, pero son personas que se sienten c¨®modas con un vestido grande, que no deja de moverse. No s¨®lo se sientan y posan?, cont¨® a la edici¨®n brit¨¢nica de Grazia al alzarse hace unas semanas con el British Fashion Award al talento emergente. Su premio estaba cantado. Ten¨ªa a la prensa rendida a sus pies (Suzy Menkes incluida) y a un buen surtido de celebrities enganchadas a su particular mirada al mundo de la moda. Para no perderse con la nueva chica de oro del gremio, aqu¨ª van ciertas claves para conocerla mejor:

Fue becaria de Galliano y de Meadham Kirchoff. Goddard estudi¨® en 2012 en la Central Saint Martins (es disc¨ªpula de la emblem¨¢tica Louise Wilson, que tambi¨¦n tutel¨® a Christopher Kane,?Roksanda Ilincic o Simone Rocha), pero lo dej¨® antes de graduarse.

Agot¨® una colaboraci¨®n para Asos y su primera colecci¨®n fue directa a Dover Street Market. La concept store se hizo con todas sus propuestas y las coloc¨® directamente al lado de Dior y Thom Browne. Goddard no ha querido jugar en las ¨¦lites. La colecci¨®n c¨¢psula con Asos, a unas 140 libras el vestido en 2013, fue un ¨¦xito instant¨¢neo ¨CVogue la etiquet¨® como ?cuando Barbie se encuentra con las Spice Girls?¨C .

Ahora estrena otra con Topshop. El gigante brit¨¢nico se ha aliado con la dise?adora para vender parte de la colecci¨®n de calzado que se vio en el desfile de primavera verano. Ocho modelos en los que hay botas planas, sandalias plateadas y una suerte de mary janes negras. Los precios var¨ªan entre los 100 y 200 euros.

Dise?¨® el vestido de novia de Agyness Deyn. Trabajaron juntas durante dos semanas para conseguir el modelo blanco de tul semitransparente con el que la modelo se cas¨® en Nueva York el pasado mes de agosto. Goddard asegur¨® a Vogue que se inspiraron en fotos de Audrey Hepburn y Grace Kelly.

Rihanna es fan de sus vestidos (y Susie Bubble tambi¨¦n).

La de Barbados escogi¨® uno de sus vestidos rosas, el modelo Jamie, para acudir a la marcha de mujeres del pasado s¨¢bado y fue de las primeras en lucirlos. No es la ¨²nica que se ha dejado ver con sus dise?os. Giovanna Battaglia o la blogger Susie Bubble ¨Cque la entrevist¨® para la revista de Topshop¨C tambi¨¦n se declaran groupies de la brit¨¢nica.

Las revistas de moda y tendencias la adoran. Dise?adora predilecta de la revista I-D, Grimes apareci¨® con uno de sus vestidos en la portada del NME y Vogue Korea tambi¨¦n decidi¨® llevar sus dise?os a primera plana. Eso, sin contar la cantidad de editoriales en los que su tul semitransparente aparece sin cesar (Alexa Chung los ha llevado en el Evening Standard, Daphne Groeneveld en la edici¨®n brit¨¢nica de Elle o Petra Collins lo ha fotografiado para Vogue China, entre otros).

Ha expuesto sus vestidos como obras de arte. Lo ha hecho con la exposici¨®n What I like, en la galer¨ªa NOW, donde ha colgado maxi vestidos gigantes desde el techo hasta el suelo que se podr¨¢n ver hasta el pr¨®ximo 22 de febrero. La exposici¨®n es interactiva y anima al p¨²blico a coger agujas y ponerse a bordar, la obsesi¨®n de esta creadora.

Su hermana es una conocida estilista. Los desfiles de Goddard suelen caracterizarse por reclutar a gente de la calle. Lo hace su hermana Alice, que empez¨® como modelo pero se ha convertido en una conocida estilista, que adem¨¢s trabaja en la revista Hot and Cool.

Est¨¢ en contra del uso de pieles animales. Lo ha expresado claramente junto a otros dise?adores en una carta remitida a los estudiantes de la Central Saint Martins, donde ha pedido que ?resistan frente a las presiones de la industria?.