Tarot, brujas y vampiras: las mujeres del ¡®indie¡¯ se ponen m¨ªsticas frente a la incertidumbre
Referentes bibl¨ªcos y aquelarre feminista. Las artistas que se mueven en los m¨¢rgenes de lo comercial tambi¨¦n se refugian en lo esot¨¦rico.
Hubo un tiempo en que Natasha Khan (Londres, 1979) estuvo llamada a ser?la pr¨®xima Kate Bush. La potencia de su voz y su poderoso universo po¨¦tico en el primer ¨¢lbum de Bat For Lashes (Fur and Gold,?2006) le valieron dos nominaciones a los premios Brit, entr¨® en la lista del Mercury Prize y hasta hizo de telonera de Radiohead. La cosa es que Khan ni quiso ser la next big thing ni el fen¨®meno comercial que se proyect¨® en ella. Trece a?os despu¨¦s, y tras probar que s¨ª tiene alma de diva, pero a su manera y sin la presi¨®n del?mainstream, la brit¨¢nica lleva dos a?os viviendo en Los ?ngeles. Se ha pasado el ¨²ltimo a?o dando paseos por el bosque con su perra adoptada Janice, nadando y ense?ando meditaci¨®n a mujeres reci¨¦n salidas de la c¨¢rcel. Acaba de lanzar su quinto y ¨²ltimo trabajo, Lost Girls, el LP m¨¢s es¨®terico, si cabe, de su carrera. Liberada de su anterior sello, Parlophone, la brit¨¢nica feminiza aqu¨ª de forma simb¨®lica el universo de esa esa joya cinematogr¨¢fica de culto (tambi¨¦n lo es su BSO) que fue Lost Boys (traducida en Espa?a como J¨®venes Ocultos). Con Lost Girls, Khan revisa la cinta de Joel Schumacher y la convierte en un aquelarre de sororidad y de sintes gloriosos. De los vampiros adolescentes moteros con los mejores pendientes y mullets de los 80 a su particular comunidad de brujas que urden conjuros por el desierto con vestidos de tul rosa (The Hunger)?o la engim¨¢tica pandilla de vampiras con velo vista en Kids in the Dark.
Khan, tal y como desvel¨® a Refinery 29, espera completar la narrativa de su ¨¢lbum con una pel¨ªcula cuya protagonista ?est¨¢ obsesionada con los foros de Internet donde la gente se refugia para averiguar que los aliens y toda esa fenomenolog¨ªa existe realmente?. Esa voluntad de aferrarse a lo intangible, esa hu¨ªda hacia un pensamiento m¨¢gico y m¨ªstico para evadirnos y soportar la incertidumbre que define nuestra realidad tambi¨¦n se percibe en los ¨²ltimos proyectos de otros dos pesos pesados que basculan entre los m¨¢rgenes de lo comercial y lo alternativo.
Holy Terrain de FKA Twigs es m¨²sica alien¨ªgena, dec¨ªan hace unas semanas desde Jezebel al hilo del videoclip que la artista lanz¨® como avance de Magdalene, el segundo ¨¢lbum que ha producido durante los tres ¨²ltimos a?os junto Nicolas Jaar y que saldr¨¢ a la venta este oto?o. Twigs vuelve a plantearse esa sutil espiritualidad y relaci¨®n con Dios que ya dej¨® ver en LP1?pero articula el ¨¢lbum orbitando simb¨®licamente sobre la figura b¨ªblica de Mar¨ªa Magdalena y la relaci¨®n que tuvo con los hombres. Ese personaje provoc¨® que, tal y como explic¨® a I-D en una entrevista, hiciese una reciente peregrinaci¨®n de meditaci¨®n a Glastonbury, donde se encuentran las ruinas de un edificio religioso sobre la capilla de Mar¨ªa Magdalena. ?Ella inspir¨® una v¨ªa de pensamiento que me ayud¨® a terminar el ¨¢lbum. Subimos a la cima de una colina durante el eclipse y todos gritaban a la luna. Fue realmente gratificante poder decir ¡®gracias y buenas noches'?, cont¨® a la publicaci¨®n.
De una conexi¨®n b¨ªblica al trance c¨®smico de?The practice of Love, de? Jenny Hval. Su quinto y ¨²ltimo trabajo busca la conexi¨®n humana en una esfera paralela a esta realidad. La noruega revisa aqu¨ª el mito de la Alicia de Lewis Carroll, pero liberada de sus prejuicios de la novela y adentr¨¢ndose de lleno en un territorio y existencia alternativa. La artista ¨Cque ya coquete¨® con la mujer vampira en 2016¨Ccont¨® a Dazed que su ¨¢lbum ?se mueve en un bosque m¨¢gico lleno de todas esas cosas que no existen en la vida real?. Un espacio donde cuestionar nuestros propios cimientos y analizarnos. ?Estudia esto y preg¨²ntate, ?d¨®nde est¨¢ Dios?? dice en Lions, donde junto a la artista Vivian Wang afirma sentirse en ?tierra de nadie? y vivir en un espacio en el que ?no importan las sagradas escrituras ni vivir bajo lo eclesi¨¢stico?.
Herederas de Kate Bush
?La mayor¨ªa de sus discos huelen a cartas de tarot, cortinas de cocina y almohadas de lavanda?, escrib¨ªa la prensa de los 80 para tratar de desmerecer la m¨²sica de Kate Bush, figura de referencia indiscutible entre todas estas artistas que se suben a la oleada m¨ªstica del indie femenino en 2019. ?A algunos periodistas musicales les molestaba que fuese la chica so?adora de clase media y no una chavala de barrio enfadada. Se quejaban de su feminidad repipi, algo bruja y sin complejos?, recordar¨ªa Margaret Talbot sobre la brit¨¢nica en su ensayo La incandescencia durarera de Kate Bush de 2018. Esoterismo, m¨¢quinas de humo para contornearse por bosques y filtros enso?adores. La voz emocional de Bush, autora que rompi¨® el Top of The Pops?de finales de los 70 con su letra y enigm¨¢tica coreograf¨ªa sobre Cumbres Borrascosas, moldear¨ªa y marcar¨ªa el camino para toda esta fusi¨®n de feminidad, sintetizadores ¨Chay tratados sobre su maestr¨ªa en el uso del Yamaha C-80¨C y misticismo.
Precursora en esta simbiosis entre el pop y lo indie, Bush ha sido la figura en la que se han reflejado Florence Welch, Fionna Apple, Grimes, Lorde o herederas m¨¢s barrocas y g¨®ticas como Zola Jesus o Chelsea Wolfe. La madre de todos los nuevos aquelarres. El espejo de la feminidad sacramental.
Astrolog¨ªa y brujer¨ªa feminista en tiempos de incertidumbre
Jennifer Aniston contaba recientemente a?The New York Times que para celebrar su 50 cumplea?os form¨® un ?c¨ªrculo de diosas? junto a sus amigas, algo que suele hacer de forma habitual en momentos clave de su vida: ?Sentadas en cojines, con las piernas cruzadas en el suelo de su sal¨®n, se pasaron un palo con forma de amuleto, decorado con plumas [¡] Esta vez, el c¨ªrculo ten¨ªa la intenci¨®n de celebrar lo lejos que hab¨ªan llegado y brindar por el nuevo cap¨ªtulo vital de Aniston?. Lo de Aniston no es un fen¨®meno aislado. Las occidentales se est¨¢n entregado en masa a esta especie de revoluci¨®n de nueva m¨ªstica feminista.?Los n¨²meros, como todo lo que manda en esta sociedad nuestra, lo avalan.
Al comp¨¢s de la incertidumbre sociopol¨ªtica que vivimos desde 2016 y frente a la falta de pilares econ¨®micos de las nuevas generaciones, el mercado ha visto el jugoso negocio de explotar econ¨®micamente la ansiedad femenina frente a un futuro sin certezas. Mujeres que se apoyan de forma casi obsesiva en la astrolog¨ªa y abrazan sin escepticismo un pseudo pensamiento m¨¢gico fagocitado por la cultura del marketing de empoderamiento femenino. Gwyneth Paltrow lo sabe y ha construido Goop, su mastod¨®ntico imperio valorado en 200 millones de d¨®lares, a base de mercantilizar estas angustias de la mujer occidental con terapias alternativas.?Carmen L¨®pez contaba en su reportaje sobre el furor astrol¨®gico que el inversor David Birnbaum?estima?que el sector de ¡°servicios m¨ªsticos¡± tiene un potencial comercial de 2,1 mil millones de d¨®lares.?No es s¨®lo cosa de artistas creando su m¨²sica, todo encaja y cobra sentido en la era de la neom¨ªstica femenina.
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