Construyendo el nuevo estereotipo americano
En Nueva York, la etiqueta made in USA se debate entre la iron¨ªa comercial y masiva de Jeremy Scott y el utilitarismo silencioso de 3.1 Phillip Lim
Quiz¨¢ las redes est¨¦n ardiendo ¨Cla agitaci¨®n digital es constante¨C. Sin embargo, en la calle hiela (el term¨®metro no ha superado la barrera de los cero grados); y el lunes la nieve se convirti¨® en la extensi¨®n natural de la pasarela a la salida de Jeremy Scott, un desfile al que muchas asistieron vestidas con propuestas de ¨²ltima colecci¨®n para Moschino: la versi¨®n pop de un t¨²nel de lavado, con bolsos en forma de se?ales de tr¨¢fico, chalecos de emergencia, vestidos con cintas de se?alizaci¨®n y grandes lazos en los que se lee la palabra ?caution? (peligro).
Como Warhol, Jeremy Scott glorifica los logos de la cultura de masas. Es una m¨¢quina de vender merchandising. ?Scott es el rey de la iron¨ªa?, resume la modelo y DJ Leigh Lezark antes de felicitarle. ?Sus desfiles siempre son divertidos. ?l ha entendido mucho antes que el resto que la moda es un espect¨¢culo popular, que debe contagiar a ni?os y mayores. Su fast fashion es el mejor reflejo de los tiempos que vivimos?, contin¨²a. Una democratizaci¨®n ingeniosa y oportuna, que esta vez versiona la iconograf¨ªa yanqui. Casualidad o no, Estados Unidos est¨¢ en campa?a electoral; y cada candidato defiende su propia visi¨®n del pa¨ªs.
?Crec¨ª en una granja del Medio Oeste. Para m¨ª jugar con los arquetipos de mi infancia es un ejercicio natural: el denim, la est¨¦tica cowboy, la m¨²sica country¡?, enumera. ?Mi versi¨®n de Am¨¦rica es, claro est¨¢, mucho m¨¢s pop?: botas de pl¨¢stico de colores, hebillas de dimensiones gigantescas y vestidos-guitarra que, sobre la pasarela, redibujan la silueta de supermodelos como Karlie Kloss. ?Karlie est¨¢ incre¨ªble, pero el m¨¦rito no es m¨ªo?, bromea Scott. ?Aunque los dos somos de Misuri, de manera que tenemos los mismos referentes?.
Pero existen otras Am¨¦ricas, como defiende Michelle Obama con sus elecciones de vestuario, que abren la puerta de la Casa Blanca a creadores de origen latino o asi¨¢tico como Vera Wang. ?Larga, limpia y fluida?, son las palabras que elige la creadora para describir la silueta de una temporada que busca su inspiraci¨®n en Modigliani y Giacometti. Una deconstrucci¨®n en lana del traje sastre y la falda de tablas que se aligera hasta mutar en vestidos de tul et¨¦reos.
Phillip Lim es otro de los nombres que conforman el nuevo made in USA. ?Ni ruido, ni grandes titulares. He querido crear una atm¨®sfera que invitara al p¨²blico a mirar de nuevo las prendas?, reflexiona Lim. ?Llevo diez a?os en este negocio, y me he dado cuenta de que lo que mejor s¨¦ hacer es dise?ar prendas?, insiste. Su colecci¨®n condensa los valores de la sofisticaci¨®n sin aspavientos que tan bien funciona en Nueva York, aquella que aspira a ser f¨¢cil, funcional, urbana y real.
En el guardarropa de esa mujer independiente se aprecian cortes cercanos al kimono y t¨¦cnicas de inspiraci¨®n nipona. ?Imagino una chica que corre por las calles de Shinjuku en Tokio?, desvela. ?Siempre digo que he sido japon¨¦s en otra vida porque me fascina su obsesi¨®n por el refinamiento, la est¨¦tica wabi-sabi, que dice que la belleza es imperfecta, y el convencimiento de que todo lo que haces debes hacerlo con precisi¨®n e ¨ªmpetu?, descubre Lim.
Para conseguir el voto popular, los dise?adores buscan grupos de apoyo. Suya es la primera fila. En la de Zac Posen vimos a Katie Holmes, Jennifer Hudson y Scout Willis. Estamos en temporada de premios (los Oscar se entregan en menos de dos semanas). El neoyorquino sabe que la alfombra roja es su mejor escaparate. ?La gala necesita una inyecci¨®n de personalidad?, analiza. ?Tengo 50 vestidos en mi estudio, para clientes privados y, por supuesto, para las estrellas?, advierte. Habr¨¢ que esperar para verlos. Sobre la pasarela ha preferido mostrar dise?os con una clara vocaci¨®n de d¨ªa. ?L¨ªneas asim¨¦tricas, siluetas fluidas, cortes al bies, cashmere de doble faz y drapeados que he trabajado como si fuera seda o chif¨®n, pero que est¨¢n confeccionados en algod¨®n, porque llegar¨¢n a las tiendas en julio?, anuncia.
La calle es, para Rag & Bone, el mejor bar¨®metro del ¨¦xito. La compa?¨ªa, fundada en 2002, tiene 18 tiendas en Estados Unidos, a las que se a?aden las aperturas en Londres, Tokio, Se¨²l, Hong Kong y Bangkok. Quiz¨¢ sean brit¨¢nicos, pero Wainwright y Neville han perfeccionado la f¨®rmula del casual wear americano con un impecable patronaje ingl¨¦s: americanas, parkas, sudaderas¡ Una propuesta que reedita viejos superventas de la marca mientras el grupo Atoms for Peace de Thom Yorke (Radiohead) hipnotiza a los invitados con una actuaci¨®n en directo.
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Un llamamiento a favor de la diversidad
Son muchos los analistas que creen que la moda deber¨ªa tener una actitud m¨¢s reivindicativa e incluso contestataria. Anoche la actuaci¨®n con tintes pol¨ªticos de Kendrick Lamar en los premios Grammy termin¨® con la proyecci¨®n de un mapa de ?frica en el que se le¨ªa la palabra Compton (su ciudad natal, en el condado de Los ?ngeles). Apenas unas horas antes, en Zac Posen, la moda pon¨ªa tambi¨¦n su peque?o grano de arena (no oficial) en favor del movimiento Black Lives Matter, que surgi¨® a finales de 2014 en Misuri, con un casting mayoritariamente afroamericano. ?Para m¨ª no es un debate nuevo. Siempre he apostado por la diversidad en mis desfiles?, aclar¨® en el backstage. Si hace seis meses en la colecci¨®n m¨¢s tribal de Valentino solo ocho de las 87 modelos que pisaron la pasarela eran de raza negra, en Posen sucedi¨® lo contrario (con un ratio muy superior al de otras temporadas).
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