Alberto Garc¨ªa-Alix: ¡°No fotografiar¨ªa nunca la violencia. Me incomoda¡±
La c¨¢mara es la forma de relacionarse con el mundo de Alberto Garc¨ªa-Alix. Su mirada, salvaje y libre, es la de un antrop¨®logo que no juzga. El documental Alberto Garc¨ªa ?lix. La l¨ªnea de la sombra, que se estrena este fin de semana retrata su vida y su obra.
Abre el port¨®n de su estudio Alberto Garc¨ªa-Alix. Premio Nacional de Fotograf¨ªa 1999, cronista de la calle, la vida, ¨Csu vida¨C, retratista, poeta, viajero¡. Abre y nos ofrece un caf¨¦. Pucho, su gato, escala hasta el manillar de una de las cinco motos que hay en su guarida. Alberto muestra su Harley Davidson Electra Glide. ?Acabo de llegar de un rally en Francia con ella?. Andaba moviendo algunas fotograf¨ªas de 1¡Á1 m. Este fin de semana se estrena en la gran pantalla el documental Alberto Garc¨ªa Alix. La l¨ªnea de sombra, pel¨ªcula dirigida por su comisario y gran amigo Nicol¨¢s Combarro. Un di¨¢logo narrado en primera persona y desde la intimidad de su estidio, entre su vida y su obra. All¨ª recibi¨® a S Moda.
?Qu¨¦ singularidades debe tener un fot¨®grafo para captar su curiosidad, para que le atrape?
La potencia visual, la sinceridad, el planteamiento, la capacidad de sorprenderme. Hasta el buen gusto es importante; alguien con mal gusto puede hacer una foto muy buena que no atrapa.
?Y qu¨¦ parte de usted reconoce en los trabajos que despiertan su inter¨¦s?
La pasi¨®n a la hora de mirar. La sinceridad.
[Colilla, una de sus dos gatas, se sube al sof¨¢ y juega con la grabadora]
?Son callejeros?
Son de un centro de acogida. Yo ten¨ªa miedo porque nunca he tenido animales. Mi hermano tuvo un gato mal¨ªsimo. Pero estos me tienen seducido. Son animales interesant¨ªsimos¡ y hacen mucha compa?¨ªa.
?Nunca se plante¨® tener hijos?
No. Y se me pas¨® el arroz. En un momento dado en que pude tenerlos era adicto y la mujer con la que me cas¨¦ y yo decidimos que no ¨¦ramos las personas adecuadas. Ahora me veo muy ego¨ªsta para ser padre.
Antoine D¡¯Agata (un fot¨®grafo al que admira y cuya exposici¨®n comisari¨® en la ¨²ltima edici¨®n de PhotoEspa?a) afirm¨®: ?No puedo fotografiar si no soy el actor total de las situaciones en las que estoy interfiriendo o he causado?.? ?Cree que hay que formar parte de la realidad para retratarla??
Es necesario tomar una posici¨®n. Al margen no puedes estar. Es imposible.
?Usted se ha puesto l¨ªmites alguna vez?
Los l¨ªmites son personales. ?Sabes que no fotografiar¨ªa nunca? La violencia. Me incomoda. Una vez vi a una mujer suicidarse. Lo primero que hice fue coger la c¨¢mara para hacer una foto, pero cuando fui a mirar no me sent¨ª muy bien. Me dio verg¨¹enza de m¨ª mismo.
Hay quienes pueden interpretar como una escena violenta una imagen en la que una persona se est¨¢ pinchando. Para usted no lo es.
[¡] Interpretaciones hay para todos los gustos. A m¨ª eso no me dice nada. Ver a D¡¯Agata pincharse no me dice nada.
Usted se ha fotografiado tambi¨¦n haci¨¦ndolo.
S¨ª, s¨ª. Yo lo he hecho en los a?os 70. Por la pasi¨®n de la imagen. Hay un aspecto compositivo, de toma de posici¨®n personal.
La primera c¨¢mara se la pidi¨® a sus padres para retratar carreras de motos; su hermano corr¨ªa. ?Qu¨¦ le atrae del mundo del motor?
Buff¡ Cuando cog¨ª una moto la primera vez decid¨ª que quer¨ªa pasar mi vida con ellas. Solo quer¨ªa ser mayor para tener una. Antes que las mujeres, me gustaron las motos [r¨ªe]. Siempre fueron un referente para encontrar una ventana a la felicidad. La m¨ªa. Me ha dado much¨ªsimo. Poder viajar y sentir el sol, el viento, la libertad. Hoy m¨¢s que nunca.
?Qu¨¦ han significado las mujeres en su vida?
Siempre me he llevado bien con ellas. Y me siento un hombre muy privilegiado porque creo que fui muy bien educado. En el sentido de que la primera pareja que tuve era mayor que yo. Una chica que se llamaba Teresa, fant¨¢stica. (Alberto ten¨ªa 20 y ella, que ten¨ªa un hijo, 26. Xila
¨Cseud¨®nimo de Garc¨ªa-Alix¨C narra este amor en Moriremos mirando, Ed. La F¨¢brica). Encuentro en ellas una virtud diferente a los hombres: su sensibilidad. Siempre he tenido grandes amigas.
?Cu¨¢ntas veces se ha casado?
Solo una. Y f¨ªjate, con todas las mujeres con las que tuve relaciones me sigo llevando bien. Los amigos se sorprenden. Yo lo veo l¨®gico. El desamor siempre tiene un luto. Pero tarde o temprano todo vuelve a su sitio; si ha habido amor y cari?o eso queda siempre. Hoy soy amigo hasta de una mujer con la que tuve un final bastante feo. Decid¨ª que hab¨ªa que quitarse de la cabeza rencores y tonter¨ªas para ser feliz. No voy a estar ah¨ª comi¨¦ndome el tarro.
?Hace fotos a diario? ?Tiene alguna disciplina?
Cojo la c¨¢mara bastante. Es una forma de relacionarme con el mundo. Y adem¨¢s he aprendido que, si uno quiere, siempre hay foto. Depende de d¨®nde te posiciones con la c¨¢mara.
Form¨® parte de una generaci¨®n que protagoniz¨® una apertura y libertad inigualables. ?C¨®mo lleva el retroceso mental, econ¨®mico y pol¨ªtico que estamos viviendo?
[Suspira¡] Es terrible. Pero no por lo que yo viv¨ª, sino porque uno siempre piensa que el mundo va a ir a mejor. Y descubres que no. Estamos en una ¨¦poca de recesi¨®n total y, adem¨¢s, lo hemos permitido nosotros. Todo es un gran montaje para restringirnos, acogotarnos. Y aqu¨ª no pasa nada. La pol¨ªtica es espantosamente fea. ?T¨² has visto a alguien pedir perd¨®n? En el fondo no les importamos. La cultura est¨¢ siempre mediatizada por un inter¨¦s pol¨ªtico y eso no puede ser. Hoy, la obra de fot¨®grafos como Robert Mapplethorpe ser¨ªa ilegal. Nadie la querr¨ªa mostrar.
En pleno siglo XXI no se puede mostrar un pecho en Instagram.
Yo me he vuelto autista. Toda esa realidad me desagrada tanto que me he vuelto autista. Sobre todo me duele.
Actualmente, que casi todo est¨¢ patrocinado, ?se siente un artista independiente?
Totalmente. Pero lo que yo hago no tiene importancia.
?En qu¨¦ momento de su trayectoria dir¨ªa que est¨¢?
En el mejor. Por lo menos de conocimientos. Me siento muy poderoso en ese aspecto.
Los t¨ªtulos de sus obras forman parte esencial de ellas. Ha escrito y publicado varios libros. Es un cronista y lector compulsivo. ?Contin¨²a su trabajo como editor?
Fred, mi pareja [la artista Fr¨¦d¨¦rique Bangerter], y yo, tenemos una peque?a editorial que se llama Cabeza de Chorlito. Hacemos un libro al a?o. El ¨²ltimo ha sido m¨ªo: Moto. Y ahora estamos luchando por conseguir hacer otro con los contactos pintados de Anders Petersen.
?Vuelve a El Prado a menudo? Cuando era ni?o, su madre le llevaba un poco a rega?adientes.
Hombre, cuando te llevan con 10 a?os al Prado no te apetece mucho que te pongan frente a un Rubens¡ Te atrapan los desnudos, las batallas¡ Suelo ir cada uno o dos a?os. Y te dir¨¦ una cosa: el Prado es una gran lecci¨®n de fotograf¨ªa. Un buen pintor no pone jam¨¢s mal la luz. Creo que visitarlo fue una gran clase maestra de composici¨®n para m¨ª.
Ha sobrevivido a las drogas. Ha sobrevivido al sida. A la muerte. Y el a?o pasado a un c¨¢ncer. Es un superviviente.
Bueno¡ Crucemos los dedos. Lo que uno sobrevive es a s¨ª mismo. A mi edad, todos somos supervivientes. Aunque yo tengo la sensaci¨®n de que, lo que a uno le ayuda a sobrevivir, es la capacidad, todav¨ªa, de amar la vida. El que ama la vida sobrevive a s¨ª mismo.
?Pero haber vivido todo eso acrecienta los miedos o los mengua?
Los miedos nunca menguan. Con los a?os son m¨¢s constantes. Con 30 a?os no se tienen temores. ?Las drogas? ?Venga ya! S¨ª, luego me contar¨¢s todo lo que trajeron. Pero no, no les ten¨ªa miedo. Cuando te comunican que tienes c¨¢ncer te quedas con la boca¡ ?Qu¨¦? El miedo llega cuando se produce deterioro, sufrimiento y enfermedad. Ah¨ª s¨ª.
?Est¨¢ donde quer¨ªa? ?Donde quiere?
S¨ª, soy feliz; medianamente. Me siento un privilegiado. Tengo un fondo bueno. Me siento a gusto conmigo mismo. Con la vida.
Veo que sigue siendo fiel a su c¨¢mara anal¨®gica.
Sigo. Me han pasado una Fuji para que la pruebe. El problema es que, cuando tengo que hacer una foto, sentirla¡ necesito ver a trav¨¦s de la Hasselblad. Controlo la expresividad del equipo que uso. Tanto la parte de la c¨¢mara como la parte t¨¦cnica del laboratorio.
Tuvo una infancia feliz. En Le¨®n estudi¨® con los maristas. ?Recuerda cuando los curas le llamaban ?nenaza? y le tiraban de las patillas?
Jajaja¡ Porque mi madre nos pon¨ªa un flequillito a lo Beatles¡ No guardo muy buena opini¨®n de ellos. Prefiero acordarme de uno de los sacerdotes, que era un gran maestro y nos le¨ªa a Lorca. El Romancero gitano. Ese s¨ª era un fuera de serie.
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