Atracci¨®n sexual gen¨¦tica: ?Conoc¨ª a mi hijo y me enamor¨¦?
Sentirse atra¨ªdo sexualmente por un familiar cercano, especialmente si no se ha convivido con ¨¦l, es m¨¢s habitual de lo que se cree. Ya hay activistas que luchan para evitar estigmas.
Sentirnos sexualmente motivados por nuestros familiares m¨¢s cercanos no es algo habitual pero, ?qu¨¦ ocurre cuando personas adoptadas, que jam¨¢s han convivido con su familia gen¨¦tica, desarrollan una fascinaci¨®n excesiva hacia alguno de sus parientes de sangre cuando, por fin, lo conocen? La atracci¨®n sexual gen¨¦tica (GSA, conforme a sus siglas en ingl¨¦s) es una condici¨®n de la que cada vez se habla m¨¢s, a pesar de que los estudios cient¨ªficos al respecto son casi inexistentes. La relajaci¨®n de las leyes sobre adopci¨®n en EEUU y Reino Unido, a mediados de los a?os 70, hicieron posible que los ni?os adoptados tuvieran la posibilidad de revisar su historial y ponerse en contacto con sus padres o hermanos gen¨¦ticos, lo que deriv¨® en reuniones y encuentros. Es precisamente en esas sesiones donde surgi¨® el t¨¦rmino GSA al constatarse que ¨¦sta se daba en un porcentaje del 50% de los casos, si bien la mayor¨ªa de las veces este amor ¡°incestuoso¡± se vive de forma secreta y con enormes sentimientos de culpa, verg¨¹enza y miedo.
Un reciente art¨ªculo de Science of Us (New York Magazine), titulado What It¡¯s like to date your dad (C¨®mo es salir con tu padre), fijaba la aparici¨®n de este t¨¦rmino a finales de los a?os 80, en EEUU, acu?ado por Barbara Gonyo, fundadora de Truth Seekers in Adoption, un grupo de apoyo para ayudar a las personas que han sido adoptadas y a sus familiares de sangre que los han reencontrado, con base en Chicago. Gonyo experiment¨® en primera persona la GSA cuando en 1979, a la edad de 42 a?os, conoci¨® al hijo que hab¨ªa dado en adopci¨®n al nacer, cuando ella ten¨ªa tan solo 16. Cuando se produjo el encuentro ¨Centonces ¨¦l contaba con 26 a?os¨C Barbara empez¨® a sentir cosas que no eran muy comunes en las relaciones materno-filiales. Su experiencia le llev¨® a escribir el ¨²nico libro publicado al respecto, I¡¯m his mother but he¡¯s not my son, en el que cuenta su proceso hasta conseguir que una relaci¨®n, en principio estigmatizada e ilegal, pasara a ser normal. Gonyo ya no trabaja en el grupo de apoyo que fund¨®, pero es toda una autoridad, a nivel mundial, en el GSA y recibe a menudo peticiones de ayuda o consejo procedentes de personas que pasan por el mismo calvario que ella sufri¨®. ¡°Lo peor de experimentar GSA¡±, cuenta Barbara a S Moda, ¡°es no saber qu¨¦ es y por qu¨¦ se tienen ese tipo de sentimientos. Afortunadamente, yo nac¨ª con una personalidad que me hizo empezar a investigar lo que me ocurr¨ªa y me permiti¨® ser lo suficientemente valiente para compartirlo con miles de personas en todo el mundo. Sab¨ªa que no estaba sola y que hab¨ªa que hablar del tema. Nunca me sent¨ª como un monstruo sexual, sino como una madre que quer¨ªa a su hijo y que no sab¨ªa que hacer con los sentimientos que surgieron cuando lo conoci¨® de adulto. La GSA no me trajo verg¨¹enza o culpa, sino autocontrol. Pero enfrentarse a esta atracci¨®n no es f¨¢cil si antes no se conoce y se entiende su procedencia¡±.
Barbara est¨¢ convencida de que lo que hizo que la GSA no acabara con su relaci¨®n de pareja y pudiera, con el tiempo, transformar los sentimientos que ten¨ªa hacia su hijo, fue el hecho de que nunca lleg¨® a tener sexo con ¨¦l. ¡°Jam¨¢s aconsejo a nadie que tenga relaciones sexuales con familiares, porque cruzar esa l¨ªnea puede traer m¨¢s da?o que consuelo. He conocido casos de personas que no han podido resistirse y lo han pagado muy caro en muchos sentidos y, adem¨¢s, la relaci¨®n con este pariente cercano jam¨¢s ha durado mucho. Tampoco aconsejo que la gente huya del que le produce esa atracci¨®n, simplemente les animo a que se den tiempo para comprender y procesar lo que est¨¢n sintiendo¡±.
Darwin VS. Freud
La mayor parte los familiares reencontrados que han experimentado GSA, describen una sensaci¨®n de atracci¨®n a primera vista, de encontrar el alma gemela, de verse reflejado en el otro; unido a un fuerte deseo de contacto f¨ªsico. No todos se sienten atra¨ªdos er¨®ticamente, algunos solo quieren tocar a la madre, padre o hermano; tener cierta intimidad f¨ªsica con el otro. Es por esto por lo que algunos familiarizados con el tema, como el psicoterapeuta de Nueva York, Joe Soll, creen que el t¨¦rmino deber¨ªa quedarse en atracci¨®n gen¨¦tica y desprenderse del adjetivo sexual, que le da sus tintes m¨¢s siniestros. Seg¨²n un art¨ªculo del peri¨®dico The Guardian, Soll repar¨® en que el romance que tiene lugar, especialmente entre madres que conocen a sus hijos ya adultos, no hace sino recrear el lazo afectivo que se establece entre una mujer y su beb¨¦. ¡°La relaci¨®n materno filial es muy sensual, pero no definimos como romance o enamoramiento cuando una madre est¨¢ amamantando, acunando, acariciando o intercambiando miradas profundas con su reto?o. A menudo la gente que experimenta GSA me cuenta que lo ¨²nico que quieren es acurrucarse juntos. Hay una urgencia en recuperar esa intimidad que debi¨® de haber existido y fue denegada¡±.
La explicaci¨®n de este psicoterapeuta es una de las pocas que hay hasta el momento, ya que las investigaciones entorno al GSA se limitan a un estudio que realiz¨® el psiquiatra ingl¨¦s Maurice Greenberg y que est¨¢ publicado en la web The Genetic Sexual Attraction Forum, creada para dar informaci¨®n y apoyo a los que experimentan este tipo de sentimientos. Greenberg entrevist¨® a personas que sent¨ªan este tipo de atracci¨®n, procedentes de un centro de post adopci¨®n en Londres. ¡°Los estudios antropol¨®gicos ponen atenci¨®n en el hecho de que el incesto suele evitarse en el reino animal, o es muy inusual entre miembros de la misma especie procrear con familiares¡±, cuenta este psiquiatra en su informe, y contin¨²a, ¡°una explicaci¨®n darwiniana a esto es que para la especie es mejor contar con una mayor variedad gen¨¦tica. De todas formas, esto est¨¢ todav¨ªa sujeto a debate por parte de los antrop¨®logos¡±. Ir contra las leyes de la naturaleza es otro de los estigmas que hacen que el incesto sea todav¨ªa percibido como algo atroz. Sin embargo, ?esa repulsa natural a formar pareja con un familiar procede de la biolog¨ªa o de la organizaci¨®n y la moral social?
Para muchos, la GSA no hace sino resucitar la teor¨ªa de Freud del complejo de Edipo, seg¨²n la cual el incesto es un instinto natural que todos los seres humanos experimentan en sus primeros a?os de vida, pero que luego se reprime para proteger a la especie de la endogamia. Sin embargo, el fil¨®sofo y soci¨®logo fin¨¦s Edvard Westermark, argument¨® lo contrario en su libro La historia del matrimonio humano, publicado en 1891, en el que apuntaba una teor¨ªa que pas¨® a la historia con el nombre del efecto Westermarck, o impronta sexual inversa, y que seg¨²n la Wikipedia, ¡°es un hipot¨¦tico efecto psicol¨®gico a trav¨¦s del cual las personas que viven cerca durante los primeros a?os de vida se vuelven insensibles a la atracci¨®n sexual entre si¡±.
El hecho de que la mayor parte de casos de GSA se den entre parientes que no han convivido juntos en la infancia, generalmente entre hermanos, da la raz¨®n a la teor¨ªa de Westermark y hace pensar que el t¨¦rmino incesto es solo aplicable desde el punto de vista gen¨¦tico. Adem¨¢s, existe un estudio llevado a cabo por psic¨®logos de la University of St Andrews, en Escocia, que sostiene que hombres y mujeres son m¨¢s propensos a elegir una pareja que tenga los ojos, la piel y el color del pelo parecidos a los del progenitor del sexo opuesto. De la misma manera que las personas con padres y madres mayores, tienden a buscar una pareja que tambi¨¦n sea mayor que ellos, y el mismo principio se aplica a las caracter¨ªsticas raciales o al olor. Aunque la raz¨®n de estas preferencias no est¨¢ clara, los investigadores apunta a que desde que nacemos llevamos grabadas unas ciertas caracter¨ªsticas familiares con las que nos sentimos m¨¢s a gusto y hac¨ªa las que nos sentimos atra¨ªdos.
Activismo y concienciaci¨®n social
Ya hay abanderados en contra del tab¨² del incesto, dispuestos a luchar porque el matrimonio sea libre entre adultos mayores de edad, independientemente de sus lazos familiares, y porque deje de ser ilegal y un estigma social. Especialmente ahora, en que la GSA asociada a las fertilizaciones in vitro y la donaci¨®n de ¨®vulos y esperma, se convierte en ¡°una bomba a punto de explotar¡±, seg¨²n explicaba Sue Cowling, directora de un centro post adopci¨®n, a The Guardian. Actualmente la GSA est¨¢ en tierra de nadie y puede ser muy f¨¢cil que se la confunda con la pedofilia y los abusos sexuales en el seno de la familia. De hecho, los casos de atracci¨®n gen¨¦tica que casi nadie se atreve a contar son aquellos que acontecen entre madre e hijo y, especialmente, los que se dan entre padres y sus descendientes del sexo femenino.
Keith Pullman es un activista a favor de matrimonio libre y creador del blog Full Marriage Equality, en el que apuesta por que el amor, sexo, residencia o matrimonio pueda compartirse con uno o varios adultos que libremente lo decidan, sin restricciones de raza, color, credo, parentesco, nacionalidad, sexo, g¨¦nero u orientaci¨®n sexual. Como explica Pullman a S Moda, ¡°A mucha gente le disgusta la idea de tener sexo con familiares y lo que hacen es prohibirlo a todo el mundo. El incesto es todav¨ªa un tab¨² y se relaciona err¨®neamente con el abuso sexual infantil. Es por eso por lo que hay que sacar el tema de la oscuridad. Muy pocos cient¨ªficos han estudiado esta materia porque no hay un inter¨¦s en profundizar en ella. La gente puede ir a prisi¨®n en la mayor parte del mundo, o ser reducidos al ostracismo y perderlo todo, incluidas las relaciones con sus seres queridos o la custodia de sus hijos. La sociedad silencia todo lo relativo a la GSA, empezando por los medios de comunicaci¨®n¡±. Pullman cree que la mejor manera de ayudar a la gente que experimenta estos sentimientos es ser comprensivo y no criminalizar este comportamiento. ¡°Cada situaci¨®n es diferente. Algunas personas no son buenas para otras, independiente de lo atra¨ªdos que est¨¦n. Yo les aconsejo considerar muchas cosas antes de decidir lo que van a hacer con sus sentimientos. Si llegan a la conclusi¨®n de que no van a tener ninguna interacci¨®n sexual, yo les apoyo. Si apuestan por lo contrario, tambi¨¦n. No hay una regla ¨²nica, cada situaci¨®n es diferente¡±, comenta Pullman. Pero incluso las mentes m¨¢s abiertas y con menos prejuicios admiten el riesgo de tener hijos cuando tu pareja comparte tus mismos genes. ¡°Por supuesto que puede haber un problema, sobre todo cuando la familia tiene alguna malformaci¨®n gen¨¦tica¡±, admite este activista, ¡°pero si la familia es gen¨¦ticamente sana, el porcentaje de que los hijos salgan bien es muy alto. Adem¨¢s, es importante subrayar que sexo, matrimonio y reproducci¨®n son tres cosas diferentes y la objeci¨®n a la hora de reproducirse no deber¨ªa evitar que la gente tenga relaciones sexuales o se case¡±. Ninguno de los encuestados por Maurice Greenberg para su estudio se mostraba partidario de tener descendencia.
Barbara Gonyo, por su parte est¨¢ convencida de que la ¨²nica forma de evitar que los casos de GSA aumenten es la de informar, lo m¨¢s posible, a los ni?os adoptados sobre sus familias de origen. Ense?arles fotos, hablarles de ellos. ¡°Las adopciones deben ser abiertas y los donantes de esperma no deber¨ªan ser an¨®nimos si no queremos que toda una generaci¨®n de ni?os crezca desconociendo a sus padres biol¨®gicos. Si las familias se conocen y se relacionan desde el primer momento, ser¨¢ mucho menos probable que se de la atracci¨®n sexual gen¨¦tica en la edad adulta¡± asegura Gonyo, en parte, subrayando la teor¨ªa de Westermarck.
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