Candela Cort: ¡°Todo lo que ha ca¨ªdo en mis manos lo he transformado en un sombrero, desde papel higi¨¦nico a una radiograf¨ªa¡±
La dise?adora de sombreros madrile?a repasa su carrera en un libro de La F¨¢brica. Su casa, dise?ada por Paredes Pino, refleja su gusto por el juego, clave en sus piezas.
¡°Todo lo que ha ca¨ªdo en mis manos lo he transformado en un sombrero, desde papel higi¨¦nico a una radiograf¨ªa¡±, asegura Candela Cort (Madrid, 1959). Recuerda que comenz¨® a dise?ar ¡°por azar¡±: hab¨ªa empezado la carrera de Pedagog¨ªa pero se dio cuenta de que no le gustaba, siempre se le dieron bien los trabajos manuales, y por eso decidi¨® presentarse al examen de ingreso de Bellas Artes. La aceptaron y form¨® parte de la primera promoci¨®n de la facultad (¡°antes era escuela¡±, puntualiza).
En su casa el arte y la creaci¨®n eran una constante: ¡°Mis padres eran muy aficionados a la fotograf¨ªa, ten¨ªan un laboratorio en un cuarto y pas¨¢bamos horas all¨ª, ¨¦l era supert¨¦cnico y ella supercreativa, con ellos aprend¨ª a hacer fotos y a revelar¡±. Precisamente al finalizar sus estudios la fotograf¨ªa fue su primer inter¨¦s. Cuenta que hizo ¡°de todo, desde bodegones a cat¨¢logos de arte o bodas¡±. Hasta que un d¨ªa comenz¨® a crear complementos para su abuela ¨C¡±ella hac¨ªa muchos viajes y me tra¨ªa cosas con las que yo ideaba piezas, todo muy low cost; nunca he trabajado con materiales nobles, empec¨¦ empleando medias¡±¨C y ah¨ª surgi¨® una vocaci¨®n que ahora repasa La F¨¢brica en un libro con fotograf¨ªas de su hija, Manuela Lorente.
Esos sombreros y tocados que han lucido ministras o invitadas a bodas reales salpican su casa del barrio madrile?o de Aravaca, un piso de amplios ventanales que lo llenan todo de luz donde nada es lo que parece. El juego, clave en sus obras, se extiende a esta vivienda dise?ada por el estudio de arquitectura Paredes Pino. ¡°La hicieron hablando mucho conmigo, para conocer mis man¨ªas, mi forma de vivir. Llevo en ella cinco a?os y me gusta porque tiene ese esp¨ªritu que tengo yo de jugar, de cambiar, porque mis sombreros no tienen una forma, puedes manipularlos, no son piezas cerradas, como la casa, que est¨¢ hecha para transformarse, con m¨®dulos y paneles que modifican su estructura¡±, explica.
El edificio es obra de Miguel Oriol, creador de la Torre Europa de Azca. Cort presta mucha atenci¨®n a la arquitectura: su abuelo C¨¦sar Cort fue el primer catedr¨¢tico de Urbanismo de Espa?a, su padre sigui¨® sus pasos y el marido de su t¨ªa materna fue el Premio Nacional de Arquitectura Jos¨¦ Antonio Corrales. ¡°Mi anterior casa era una de sus obras, la hizo cuando ya era un maestro¡±, se?ala.
Siguiendo esa estela, Candela Cort trabaja con formas y vol¨²menes. Y con la est¨¦tica, cultivada por una madre que ¡°lo mismo se pon¨ªa un trapillo de Portugal que un traje de Miyake y era macrobi¨®tica antes de que se supiera qu¨¦ significaba¡±. Asegura que antes de empezar a hacer un sombrero hace ¡°un retrato psicol¨®gico de la clienta¡± y que sus piezas buscan transmitir alegr¨ªa. ¡°A veces parece que lo l¨²dico es fr¨ªvolo, pero yo defiendo el disfrute, pasarlo bien, re¨ªr. Cuando uso sombrero noto que la gente me sonr¨ªe¡±, subraya. No solo los crea para personas: acaba de hacer una l¨¢mpara enorme con un arquitecto, ha expuesto piezas inspiradas en muebles de Vitra o prendas de Balenciaga y dise?ado otras para la ¨®pera O corvo branco de Bob Wilson, y realizado collages que mezclan obras de arte y sus tocados. Se considera osada, le gusta inventar: ¡°Siempre he trabajado de una forma muy libre. El m¨ªo es un territorio sin etiquetas¡±.
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