C¨®mo sobrevivir a una tarde de compras con tu pareja
?Sientes el irrefrenable deseo de cometer una locura para que acabe el sufrimiento? Respira. Hay otras soluciones, y muchos que te comprenden.
Era un d¨ªa normal para Tao Hsiao. Un d¨ªa normal de esos en los que no piensas en ning¨²n momento que vas a acabar saltando por el balc¨®n de un centro comercial. Sin embargo las cosas cambian de un momento a otro y, antes de que pudiera darse cuenta, Tao se precipitaba al vac¨ªo despu¨¦s de acompa?ar a su novia en una maratoniana jornada de cinco horas de compras, seg¨²n informaba el diario brit¨¢nico The Daily Mail. Cinco horas que ella pretend¨ªa continuar comprando zapatos de oferta siendo la gota que colm¨® el vaso para este ciudadano chino que casi podr¨ªa ser elevado a la categor¨ªa de m¨¢rtir.
No hay nada que nadie tema m¨¢s en la vida que una pareja indecisa de compras. Es un trauma que toda persona debe pasar irremediablemente en alg¨²n momento de su vida, ya sea con su pareja, su hermana, su madre o su mariliendre; siempre habr¨¢ alguien para poner a prueba su paciencia en un arranque de consumismo desmesurado.
Seg¨²n un estudio de la universidad de Pennsylvania y el sentido com¨²n de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, la forma de entender las compras de un hombre y una mujer son diametralmente opuestas; mientras que el hombre va a comprar, la mujer va de compras (o eso dicen, aunque existen casos en los que la inversa tambi¨¦n funciona a la perfecci¨®n). Con lo que al desasosiego propio de la espera, se une el factor de no entender el placer que su media naranja puede estar obteniendo con tal actividad. Esto nos lleva a un nuevo grupo social (nuevo en cuanto a su denominaci¨®n): los hombres miserables. Aquellos que, resignados, esperan a sus parejas en cualquier rinc¨®n de un centro comercial y que han inspirado la creaci¨®n de @miserable_men, una cuenta de Instagram que recoge casi medio millar de fotograf¨ªas de estas pobres almas en desgracia, y que cuenta ya con casi 40.000 seguidores (lamentablemente, no hemos podido encontrar una cuenta dedicada a las mujeres miserables, que seguro existen).
Sin embargo, no todo est¨¢ perdido, y la dr¨¢stica opci¨®n de arrojarse al vac¨ªo, aunque atractiva, deber¨ªa ser tomada como una alternativa solo a considerar una vez hayamos agotado otra serie de recursos para intentar sobrevivir a una tarde de compras con tu novia.
S¨¦ sincero. ¡°?Qu¨¦? ?se ha vuelto loco? ?mi vida est¨¢ en peligro! ?Tengo que mentir!¡±. Nada m¨¢s lejos de la realidad. Pese a lo que quieres creer, tu pareja sabe perfectamente cu¨¢ndo mientes. Quiz¨¢ pienses que decirle que todo lo que se prueba le queda genial es la opci¨®n m¨¢s f¨¢cil para salir r¨¢pido de ah¨ª, pero no est¨¢s siendo consciente de que simplemente le est¨¢s dando m¨¢s opciones entre las que elegir. Di la verdad y ay¨²dala a descartar lo que no le siente bien. Probablemente te ganes alguna que otra mirada de odio, pero piensa que siempre ser¨¢ mejor que cinco horas siendo su perchero.
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Paga con la misma moneda. Cada vez que pas¨¦is por una tienda o secci¨®n que te interese, juega a su juego. P¨ªdele que te acompa?e y hazla elegir entre dos jers¨¦is pr¨¢cticamente id¨¦nticos para despu¨¦s sopesar la decisi¨®n en voz alta durante aproximadamente veinte minutos intercalando un ¡°?No me est¨¢s ayudando nada!¡± de vez en cuando. Cuando parezca que te has decidido y os dirij¨¢is hacia la caja, encuentra casualmente otro jersey completamente distinto a los anteriores pero que vuelva a iniciar las dudas durante otro largo periodo de tiempo. Despu¨¦s de pagar, dile que le invitas a tomar algo para compensar y ve al sitio m¨¢s alejado de la zona comercial que haya en la ciudad.
No le abandones. Como podr¨¢s observar en @miserable_men, la mayor¨ªa de los protagonistas han dejado a sus parejas solas a su suerte y han decidido acampar como buenamente han podido en alg¨²n c¨®modo rinc¨®n de la tienda. Craso error. Aunque no te vaya a hacer caso en absolutamente nada, est¨¢ demostrado que tener alguien a quien pedir opini¨®n disminuye la incertidumbre ante una elecci¨®n. Adem¨¢s, tu presencia puede ser en algunos casos el ¨²nico v¨ªnculo que la una a la realidad fuera del ataque consumista. Por tu bien, convi¨¦rtete en su sombra.
No te sientes, cualquier acto que pueda implicar que est¨¢s c¨®modo ser¨¢ interpretado por tu pareja como tiempo muerto en tu sacrificio y un bonus para poder seguir de tiendas hasta que la inviten a abandonar el establecimiento. Sentarse implica debilidad y la debilidad lleva a cometer locuras como la de Tao.
Como ¨²ltima opci¨®n, siempre puedes hacer que la tarde de compras sea inc¨®moda y que tu pareja se vea obligada a una pronta retirada, y sabes que cuentas con un as en la manga: tu madre. O quien dice tu madre, dice tu hermana, o tu amigo el pesado al que ella no soporta. Inv¨ªtalos de forma sutil o arregla un encuentro casual con ellos.
Si pese a todo, llevas casi cinco horas y ella todav¨ªa no ha pensado en desistir, olv¨ªdate de la idea del suicidio. Has encontrado una pareja aut¨¦ntica y luchadora. Lleva sus bolsas, sost¨¦n su abrigo y c¨®mprale agua si se acalora buscando entre montones de ropa. Se lo ha ganado.
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