Concha Jerez: ¡°?Qu¨¦ va a dejar en el mundo la lucha por ser famoso? Solo personajes rotos¡±
A sus 80 a?os, la ¡°artista conceptual por libre¡± Concha Jerez no deja de investigar y de analizar la sociedad. Ahora inaugura ¡®Mediciones de Tiempos¡¯ en la galer¨ªa Freijo de Madrid.
¡°Surgen ideas que llamamos ut¨®picas, porque no se pueden realizar muchas veces por falta de medios. Pero es que tampoco est¨¢ bien vista la utop¨ªa en estos tiempos, y yo creo que una sociedad sin utop¨ªa es fatal; hay que sobrevolar un poco y mirar otras posibilidades. Que no se d¨¦ un gran cambio en el mundo del arte depende de las condiciones sociales. ?Cu¨¢ntos artistas en Espa?a viven de lo que hacen? Poqu¨ªsimos¡±. Al otro lado de la pantalla, Concha Jerez ¨Cel pelo corto y roj¨ªsimo, de riguroso negro, con una estanter¨ªa repleta de archivadores detr¨¢s¨C reflexiona sobre el presente y el futuro, habla de sociedad y arte. Porque aunque la memoria es una de las bases de su obra ella siempre ha tenido un pie puesto en lo que vendr¨¢.
Naci¨® en Las Palmas de Gran Canaria hace 80 a?os y tuvo una infancia n¨®mada (vivi¨® en el S¨¢hara y Sidi Ifni), acab¨® la carrera de piano en su adolescencia, a los 17 recibi¨® una beca para estudiar en Washington, luego curs¨® Ciencias Pol¨ªticas en la Complutense y a los 30 comenz¨® su carrera art¨ªstica. Se inici¨® en la videocreaci¨®n, fue una de las pioneras del arte conceptual, comenz¨® a explorar las instalaciones en lugares espec¨ªficos¡ Todo eso la ha llevado a recibir la Medalla de Oro al M¨¦rito en las Bellas Artes (2011), el Premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas (2015) y el Vel¨¢zquez (2017). En julio de 2020 su exposici¨®n Que nos roban la memoria reinaugur¨® el Reina Sof¨ªa tras el confinamiento. ¡°Ese edificio era el hospital de mi infancia. Mis abuelos viv¨ªan al otro lado de la Ronda de Atocha, y desde que se abri¨® el museo me apasionaban sus escaleras. Yo tengo un poco de vicio con las escaleras¡¡±, explica. Fue un gui?o autorreferencial, su primera videoinstalaci¨®n, en 1984 en el C¨ªrculo de Bellas Artes, tambi¨¦n exploraba ese espacio cotidiano. Ahora vuelve a exponer, coincidiendo con Apertura Madrid Gallery Weekend, Mediciones de Tiempos, en la galer¨ªa Freijo (del 9 de septiembre al 2 de noviembre).
?C¨®mo ha influido en su obra su vida n¨®mada?
Yo viv¨ªa all¨ª en el S¨¢hara, pero iba y ven¨ªa a Madrid para estudiar piano. Mi padre tambi¨¦n iba y ven¨ªa, porque era pintor y hab¨ªa estudiado Bellas Artes. De peque?a me fijaba siempre en la luna, las estrellas, el sol, porque estaban fijos en todas partes. Siempre se entiende que el n¨®mada es alguien que no tiene ra¨ªces. Y es al contrario; como no tienes un lugar fijo, echas ra¨ªces donde est¨¢s, y eso ha sido fundamental para m¨ª y para mi obra.
Con 17 a?os cruz¨® el Atl¨¢ntico para estudiar en los Estados Unidos, ?c¨®mo fue esa ruptura, siendo tan joven e hija ¨²nica?
Mi madre, que es una persona excepcional y sigue conmigo, tiene 103 a?os, me dijo ni te lo pienses, va a ser important¨ªsimo para ti, tienes que irte, y siempre le estar¨¦ enormemente agradecida por eso. Era 1958, all¨ª hab¨ªa lavabos para mujeres blancas y mujeres negras, era una realidad diferente. Ese verano cog¨ª un autob¨²s Greyhound y cruc¨¦ del este al oeste. M¨¢s tarde estuve en Par¨ªs un a?o, en cada sitio he aprendido montones de cosas.
Ha tenido muchos inicios en su vida.
Efectivamente. Cuando estaba en EE UU no hab¨ªa decidido qu¨¦ iba a estudiar, me gustaban las ciencias, las letras¡ Es que me gustaba todo. Eleg¨ª Ciencias Pol¨ªticas porque era la carrera que ten¨ªa m¨¢s asignaturas distintas, y todas me interesaban. Yo quer¨ªa haber estudiado arte, pero mi padre dec¨ªa que ya ten¨ªa bastante con la m¨²sica. Por eso, cuando ya hab¨ªa tenido dos hijos, dije se acab¨®, ya tengo que dedicarme al arte. Y empec¨¦ de forma exhaustiva. Al final todo lo que has hecho te sirve.
?La diversidad, la exploraci¨®n, es tambi¨¦n el eje de su arte?
S¨ª, yo siempre he sido una experimentadora nata, nunca me he sujetado a mantenerme en una etiqueta. Digo que soy una artista conceptual por libre, porque seg¨²n las ideas que quiero desarrollar en mi obra utilizo distintos elementos y materiales.
Tom¨® decisiones radicales, estuvo una ¨¦poca fuera del mercado, sin vender obra, ?nunca temi¨® marcar sus reglas?
No, lo volver¨ªa a hacer. En ese momento lo ten¨ªa tan claro¡ Quer¨ªa desarrollar mi obra a partir de lugares espec¨ªficos, era salirme de la bidimensionalidad, incluso de la tridimensionalidad, y afrontar los espacios. Entonces ni se hablaba de instalaciones, y pensaba que para dedicarme a eso era mejor desligarme del mercado. Lo decid¨ª en el a?o 75, que mejor iba por libre, que me iba a ganar la vida de otra manera, y por eso me dediqu¨¦ unos a?os a la ense?anza [fue profesora de Bellas Artes en la Universidad de Salamanca]. No es una actitud tan heroica como puede parecer. He hecho lo que he querido, pero no entr¨¦ en los museos cuando mis compa?eros del arte conceptual s¨ª estaban entrando.
Ahora s¨ª est¨¢, ?ha cambiado el discurso sobre la mujer artista?
S¨ª que es verdad que se est¨¢ trabajando m¨¢s en ello, pero tambi¨¦n que se ha ejercido una gran presi¨®n para conseguirlo, no ha sido gratis. Por ejemplo, la asociaci¨®n de las Mujeres en las Artes Visuales, MAV, ha trabajado much¨ªsimo para lograrlo. Se ha empezado a coger una conciencia de ello, pero estamos muy lejos, no ya de conseguir la paridad, sino de tener unos m¨ªnimos decentes, porque todav¨ªa en los museos sigue habiendo un m¨ªnimo de mujeres artistas en las colecciones. Hay tantas de mi edad o mayores cuya su obra no est¨¢ en ninguna parte¡ Y esos legados, ?qu¨¦ va a pasar con ellos? Es un gran dolor que tengo. A nivel p¨²blico se tiene que hacer algo. No se puede dejar al libre albedr¨ªo del mercado, porque el mercado puede ser muy injusto.
?El olvido de las artistas puede acabar con nombramientos de directoras en museos, como los recientes de Louvre y Macba?
Espero que s¨ª, pero en el pasado ha habido mujeres poderosas en el arte a las que les ha interesado hacer su curr¨ªculo y, lamentablemente, se ha hecho con obras de hombres, y de determinados pa¨ªses. Ahora estamos en otra ¨¦poca, conf¨ªo en que haya una atenci¨®n mayor a las obras de las mujeres por parte de ellas. Pero el problema es que no se pone uno medallas con las obras de las mujeres. Espero que eso cambie. Y si no, estaremos desde las asociaciones presionando. Porque est¨¢ claro que en la vida no te regalan. En general, hay que luchar por esos regalos.
Usted dice que los museos deber¨ªan ser como bibliotecas p¨²blicas de arte. A ra¨ªz de la pandemia, ?cree que se intentar¨¢ eso, o seguir¨¢ interesando m¨¢s batir r¨¦cords de visitantes?
Eso es horrible, horrible. Deber¨ªa de cambiar. Porque yo creo que el n¨²mero de visitantes ha demostrado que no es por la valoraci¨®n de esa gente ante cosas nuevas, no conocidas, sino que se incrementan cuando hay una exposici¨®n de Picasso, de Dal¨ª¡ No cuando hay una exposici¨®n de Concha Jerez. Las cosas como son [risas]. Tiene que hacerse un esfuerzo importante en la sociedad espa?ola para valorar el arte y la cultura. Es un problema que tenemos muy grande. ?Y en qu¨¦ revierte? En que los pol¨ªticos, que no son especialmente cultos, se dejan llevar por esa inercia, dicen a la gente que no le interesa. ?Pero qu¨¦ se est¨¢ facilitando en los medios, especialmente en las televisiones? Se facilita la incultura. A las horas fundamentales ponen bazofia en la mayor parte de las cadenas. Hay un gran problema de valores que se tiene que reconducir. Yo creo que la gran revoluci¨®n que se deber¨ªa hacer es trabajar m¨¢s los valores. Esta lucha ahora en las redes por ser famoso, por tener nosecuantos seguidores, ?qu¨¦ va a dejar en el mundo? No deja nada, solo personajes rotos.
?Por eso ha estudiado especialmente los medios de comunicaci¨®n, su influencia en la sociedad?
S¨ª, pienso que hay que transmitir esa cr¨ªtica, y eso tiene que estar en los medios y desde la escuela, ense?ar a ser cr¨ªtico en el mundo en que vivimos, porque si no el mundo te come. Mis suegros eran maestros rurales los dos, de un pueblecito de Galicia, y luchaban por sus alumnos, que iban caminando cinco o seis kil¨®metros a la escuela, porque sus padres cre¨ªan en la cultura. Cre¨ªan que si sus hijos estudiaban iban a mejorar. Hoy no. Hoy esa valoraci¨®n no existe, y mientras no se vuelva a recuperar esa valoraci¨®n de que con la cultura s¨ª se evoluciona, mal asunto. La econom¨ªa no hace evolucionar. Simplemente es una ciencia para distribuir los bienes que se tienen. S¨ª, est¨¢ muy bien, pero lo fundamental es la educaci¨®n, la cultura.
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