El fotomat¨®n se adelant¨® al ¡®selfie¡¯
Hace ochenta a?os una cabina fotogr¨¢fica iniciaba la democratizaci¨®n de la imagen. El fotomat¨®n profetizaba la futura era del narcisismo digital.
Una de las secuencias inolvidables de la primera saga cinematogr¨¢fica de Superman, el h¨¦roe de la capa roja (y los leotardos) protagonizada por el recordado Christopher Reeves, era aquella donde Clark Kent entraba en una cabina fotogr¨¢fica y se transformaba en el hombre de acero quedando su mutaci¨®n recogida en una serie de clich¨¦s en blanco y negro. Gracias al fotomat¨®n se 'revelaba' uno de los secretos del superh¨¦roe de las dos caras.
No era ¨¦sta la primera vez ¨Cni ser¨ªa la ¨²ltima¨C que el cine jugaba con esta 'caja m¨¢gica' que desde su invenci¨®n a principios del siglo XX por un americano de origen ruso ha seducido a millones de personas de todos los continentes. Cuando las primeras cabinas de fotomat¨®n se instalaron en Par¨ªs en los a?os veinte, los abanderados del movimiento surrealista fueron pioneros en celebrar el invento fotogr¨¢fico. Como la escritura autom¨¢tica propugnada por el grupo art¨ªstico, el fotomat¨®n ofrec¨ªa libertad e instantaneidad para el retratado. Como la secuencia de una pel¨ªcula escrita, dirigida y protagonizada por uno mismo. El pintor Yves Tanguy ser¨¢ uno de los que se dejaran inmortalizar por el nuevo artefacto. Una m¨¢quina destinada a revolucionar nuestra mirada y colaborar a la democratizaci¨®n de la imagen del siglo XX. Un invento, por otro lado, que no estar¨¢ exento de juicios cr¨ªticos como el del escritor Roland Barthes cuando se?alaba que ¡°las fotos del fotomat¨®n nos convierten en sujetos fichados por la polic¨ªa¡±.
El fotomat¨®n registraba en ¡®Superman III¡¯ la mutaci¨®n a hombre de acero de Clark Kent.
En la era del 'selfie' (recordemos que la palabra viene de la abreviatura 'self-portrait') y otras creaciones a mayor gloria del narcisismo global, el fotomat¨®n ¨Ccon el autorretrato como tarjeta de presentaci¨®n¨C ha sido pionero en esta reconstrucci¨®n del 'yo' en libertad y en la celebraci¨®n del placer ¨ªntimo. El fotomat¨®n antecede al 'selfie' en la transformaci¨®n del retrato fotogr¨¢fico en juego identitario, una especie de visita a la casa de los espejos donde nuestro rostro o imagen se transforma y multiplica. M¨¢s tarde, como el 'selfie', se convierte en un instrumento de realizaci¨®n o catarsis personal, donde sus protagonistas pasan a ser 'creadores'. Una nueva vuelta de tuerca a uno de los g¨¦neros preferidos del arte: el autorretrato y la celebraci¨®n del culto del ego.
El ejecutante del fotomat¨®n realiza su propia performance en libertad lejos del retrato 'vigilado' e intimidatorio del estudio fotogr¨¢fico. La cortina del fotomat¨®n es la puerta de embarque hacia la aventura o metamorfosis. Un juego l¨²dico que no pas¨® por alto el dise?ador Marc Jacobs. Para su primera campa?a publicitaria como director creativo de Coca Cola Light no dud¨® en meterse, con falda incluida, en la cabina de un fotomat¨®n. El spot parodiaba con humor las c¨¦lebres campa?as de los modelos masculinos sexies en la figura de un musculoso y siempre transgresor Marc Jacobs. Y es que detr¨¢s de la cortina y sobre un peque?o taburete todo puede suceder. En los pasados Oscar la revista Vanity Fair volv¨ªa organizar con ¨¦xito su fiesta fotomat¨®n con los famosos posando ante la m¨¢quina aunque esta vez el 'selfie' estelar de la gala les rob¨® el primer plano.
Muchos han sido los artistas que se han sentido fascinados en estos m¨¢s de ochenta a?os de vida por el fotomat¨®n y sus recursos creativos. Fot¨®grafas como Cindy Sherman o artistas poli¨¦dricos como Andy Warhol se han servido de ¨¦l para contar sus historias o interrogarse sobre la identidad. En el caso de Andy Warhol la imagen o clich¨¦ del fotomat¨®n es inseparable de su iconograf¨ªa pl¨¢stica y sus famosas galer¨ªas de retratos pop. Algunos de los personajes m¨¢s conocidos de la Factory como la cantante Nico o la pionera de las 'it-girls', Edie Sedgwick, fijaron su belleza ic¨®nica ahora multiplicada sobre el papel seriado. Cuarenta a?os despu¨¦s, Karl Lagerfeld y su siempre excelente olfato para captar l¡¯esprit du temps, realizaba su tributo a los iconos warholianos y el fotomat¨®n en la figura Lily Allen, Charlotte Gainsbourg, Jane Birkin o la entonces musa de la casa Chanel, Freja Beha, para una nueva lectura del juego de la seducci¨®n y los espejos ¨ªntimos de la cabina fotogr¨¢fica.
Jackie y John Kennedy posando en un fotomat¨®n.
Hoy el fotomat¨®n, lejos de desaparecer, busca su acomodo en los nuevos y globales tiempos. El dise?ador Philippe Starck se ha encargado de la remodelaci¨®n y el dise?o de un nuevo look para las viejas cabinas. Entre las novedades de las estilizadas cabinas que desde el a?o 2011 se pueden ver en las calles de Par¨ªs, se encuentran las tecnol¨®gicas y la posibilidad de compartir las fotos en las redes sociales o enviarlas por correo electr¨®nico. Una pantalla t¨¢ctil permite seleccionar entre diferentes formatos o modelos de copias, desde los m¨¢s cl¨¢sicos a los m¨¢s 'trendy' o sumergirse en un decorado en 3D a elegir entre diferentes ambientes.
Como se?ala Raynal Pellicer, autor del libro Photomaton (Editions de la Martini¨¨re), ¡°el fen¨®meno vintage, como ha ocurrido con la Polaroid, ha colaborado sin duda a su revalorizaci¨®n y al redescubrimiento de la belleza de esas tiras en blanco y negro en unos momentos en que el imperio digital es hegem¨®nico¡±. Para los fans del fotomat¨®n, Internet ofrece abundantes webs o blogs como The Photobooth Blog o proyectos creativos como el promovido por el d¨²o berlin¨¦s Taosuz con el nombre de Photoautomat Outdoor, que se sirve del fotomat¨®n como instrumento de denuncia para sus montajes pl¨¢sticos de gran impacto social.
Si Barak Obama, el Papa Francisco o Rihanna no han podido resistirse al poder del 'selfie', no est¨¢ de m¨¢s recordar, que anteriormente, John Fitzgerald Kennedy, Elvis Presley, Anna Frank, Audrey Hepburn o Andy Warhol tampoco pudieron sustraerse a la magia¡ del fotomat¨®n.
Phlippe Starck ha modernizado las cabinas de fotomat¨®n permitiendo que las fotos se puedan compartir en la red.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.