Ingrid Garc¨ªa-Jonsson: ¡°Creo que ahora el espectador agradecer¨¢ m¨¢s el poder olvidarse de la situaci¨®n y salir del cine contento¡±
La actriz hispano-sueca y Fernando Guallar protagonizan ¡®Explota Explota¡¯, una pel¨ªcula basada en los ¨¦xitos de Raffaella Carr¨¤ que llega a los cines el 2 de octubre.
Buscando refugio en el porche ante una jornada que ya se presume calurosa, Ingrid Garc¨ªa-Jonsson (Skellefte?, 1991) y Fernando Guallar (C¨®rdoba, 1989) se ponen al d¨ªa mientras apuran el primer caf¨¦. Miembros de la misma generaci¨®n de actores, han compartido clases de interpretaci¨®n, estudios de Arquitectura (¨¦l lleg¨® a terminar la carrera cuando ya era una cara conocida) y puesto detr¨¢s de la barra de un bar situado en el barrio madrile?o de El Viso, cerca del estadio Santiago Bernab¨¦u. ?Yo hab¨ªa sido camarera durante muchos a?os y ¨¦l ven¨ªa de cliente. Cuando me fui, cogi¨® el relevo?, confirma la int¨¦rprete sobre un local que, a tenor de la cantera, bien podr¨ªa pasar como la versi¨®n espa?ola del Ellen¡¯s Stardust Diner, en el que los aspirantes a estrellas de Broadway se pagan el alquiler cantando entre hamburguesas y tortitas.
Ese sue?o, el de triunfar en el mundo del espect¨¢culo, es tambi¨¦n el de Mar¨ªa, la joven protagonista de Explota Explota, ¨®pera prima del uruguayo Nacho ?lvarez que llegar¨¢ a las pantallas el 2 de octubre. Con las canciones de la diva italiana Raffaella Carr¨¤ como hilo conductor y banda sonora, el filme viaja hasta la Espa?a de 1973 para seguir los pasos del personaje interpretado por Garc¨ªa-Jonsson. Una bailarina reci¨¦n llegada de Roma que trata de hacerse un hueco en el ballet de un programa de televisi¨®n que homenajea los formatos de Valerio Lazarov y las coreograf¨ªas de Don Lurio en la cadena p¨²blica. Un musical tan colorido y escapista que se antoja casi transgresor en un tiempo dominado por el miedo y la desaz¨®n. ?Despu¨¦s de esta etapa creo que el espectador agradecer¨¢ incluso m¨¢s el poder olvidarse de la situaci¨®n y salir del cine contento?, explica esta sueca criada en Sevilla que, sin embargo, se niega a ver el montaje final de cualquier pel¨ªcula en la que tenga un papel importante. ?La implicaci¨®n es tan grande que lo paso mal¡ la ver¨¦ cuando pasen unos a?os?, a?ade.
Guallar, m¨¢s que verla, la ha gozado. La tarde previa a la charla, en una sala con apenas dos filas de butacas situada en el distrito de Carabanchel, el actor conocido por series como Amar es para siempre y Velvet Colecci¨®n aplaud¨ªa, saltaba y amenazaba con bailar desde su asiento. ?A todos nos ha pasado factura la situaci¨®n y Explota Explota es un ant¨ªdoto, te levanta el ¨¢nimo?, defiende satisfecho despu¨¦s de atreverse a cantar por primera vez delante de las c¨¢maras. La actitud vitalista ¨C?Disfrutona?, seg¨²n su compa?era¨C que desprende el joven se contrapone a la de Pablo, el cohibido aprendiz de censor al que da vida en la cinta. Un personaje fruto de un ambiente machista, elitista y emocionalmente constre?ido que, casi medio siglo despu¨¦s de los hechos contados, sigue resultando tristemente familiar. El actor siente compasi¨®n ante la gente gris ¨C?No me asustan, creo que se les puede cambiar, dar color?¨C y asegura haberse mordido la lengua en redes sociales en una sociedad cada vez m¨¢s polarizada pol¨ªticamente: ?Mis amigos me dicen que no voy a cambiar el mundo, que no sea tan justiciero¡ pero soy as¨ª, no lo puedo evitar?.
Mientras la opini¨®n p¨²blica debate a diario sobre el advenimiento de una censura de nuevo cu?o, con la correcci¨®n pol¨ªtica, la hipersensibilidad y la cultura de la cancelaci¨®n como carne de escandalizadas columnas de opini¨®n, el filme establece paralelismos con el presente. En Instagram, por ejemplo, como en la TVE de 1973, los pezones femeninos siguen estando vetados. ?Acaso la audiencia, como defiende el personaje de Pablo, no sabe cuidarse sola? ?El problema est¨¢ en pensar que el p¨²blico es tonto, que no tiene capacidad cr¨ªtica. Nos tratan como si estuvi¨¦ramos aborregados y no es as¨ª?, afirma Garc¨ªa-Jonsson. Su coprotagonista, ante casos como el del amago de supresi¨®n de Lo que el viento se llev¨® del cat¨¢logo de una plataforma de streaming, apuesta por la libertad de expresi¨®n sin l¨ªmites: ?Hay que saber que existe lo nocivo para poder rebatirlo. Es f¨¢cil arrinconar a una persona con una mentalidad machista, racista u hom¨®foba?.
Con sus contorsiones lumbares y su carisma insolente, Raffaella Carr¨¤ consigui¨® desterrar ese discurso, liberar la mente y quitar complejos de los espectadores hasta convertirse en un icono perenne de la Transici¨®n. Fue ese esp¨ªritu desvergonzado lo que llev¨® a la hispano-sueca a aceptar un trabajo que hasta la propia cantante bendijo durante su visita al plat¨®: ?Vino un par de d¨ªas y hablamos mucho. Es muy maja, muy interesante y est¨¢ muy orgullosa de todo lo que ha hecho?, concede la int¨¦rprete, feminista convencida y que ha confesado p¨²blicamente haber sido v¨ªctima en una ocasi¨®n de acoso sexual por parte de un director americano. Admite, con sentida resignaci¨®n, tener conciencia desde sus inicios de la posibilidad de sufrir este tipo de episodios dentro de una industria en la que, aunque quiz¨¢ no haya un caso del calibre de Harvey Weinstein, ?s¨ª deber¨ªan caer unos cuantos?. ?Puede que no sea tan p¨²blico, ni tan medi¨¢tico, pero creo que caer¨¢n. La gente ha aprendido a darles la espalda?.
Guallar todav¨ªa recuerda con repulsi¨®n el comportamiento de su personaje en una de las escenas, en la que pasa revista a las bailarinas para asegurarse de que cumplen con el c¨®digo deontol¨®gico impuesto por la cadena. ?Las pone en fila y va una por una juzgando su pecho, su peinado, el largo de su falda¡ Que haya un t¨ªo diciendo a ocho mujeres c¨®mo tienen que lucir y moverse me da bastante asco?, observa el cordob¨¦s, vinculado al arquetipo de apuesto gal¨¢n desde que sali¨® de la escuela de interpretaci¨®n. ?Llevo cuatro a?os de galanes y creo que me quedan unos cuantos m¨¢s. Antes me quejaba, y me encantar¨ªa que me confiaran un personaje m¨¢s oscuro y sucio, pero trato de sacarles todo el jugo?, confiesa quien diera vida a Sergio God¨® de Velvet Colecci¨®n, que adem¨¢s tiene un personaje en Patria, la adaptaci¨®n de la novela de Fernando Aramburu que estrenar¨¢ HBO Espa?a el 27 de septiembre.
La trayectoria de Garc¨ªa-Jonsson, a quien su compa?ero califica como ?un talento por encima de la media de nuestra generaci¨®n?, ha sido bastante menos lineal. En su filmograf¨ªa se amontonan los cortos, los epis¨®dicos en series de televisi¨®n, las reconstrucciones de cr¨ªmenes y hasta sketches con Los Morancos. En 2014, Hermosa juventud, de Jaime Rosales, supuso un antes y un despu¨¦s en su carrera, alcanzando el estatus de musa independiente nacional. Sus referentes de liberaci¨®n y empoderamiento son los personajes femeninos televisivos m¨¢s ic¨®nicos de los noventa. ?Pippi L?ngstrump, Pepper Ann, Gretchen de La banda del patio¡ Ese era el tipo de mujer que yo quer¨ªa ser?, admite. ?Y lo ha conseguido? ?Visto igual de mal que ellas. Aunque sea solo estil¨ªsticamente, he tomado las mismas decisiones?, responde entre carcajadas la int¨¦rprete cuya vida, al igual que la de su personaje en el musical, tambi¨¦n dio un vuelco en un programa de televisi¨®n.
Desde su visita como invitada al plat¨® de La Resistencia en 2018, la actriz se ha convertido en una favorita de los fans y colaboradora oficiosa del espacio sat¨ªrico conducido por David Broncano. ?Al principio me asust¨¦ un poco porque hubo mucha repercusi¨®n, pero he aprendido a disfrutarlo. Cada vez que voy me digo que ser¨¢ la ¨²ltima y al final siempre me acabo liando?, asegura. ?Teme que la faceta c¨®mico-medi¨¢tica pueda perjudicar su carrera? ?La duda siempre est¨¢ ah¨ª?, concede, resaltando la importancia de conservar cierto misterio a la hora de ?enga?ar? a los espectadores en cada nuevo papel. Si de ella dependiera, el pr¨®ximo embuste al p¨²blico ser¨ªa un biopic: ?Una Marisol, una Pussy Riot¡ hay muchas mujeres interesantes sobre las que se puede contar algo?.
El futuro de Guallar est¨¢ en una serie para una plataforma cuyo t¨ªtulo ¨Cen la fecha de la entrevista¨C no puede desvelar, aunque anhela seguir curti¨¦ndose en el cine y, ?ojal¨¢?, en una secuela del musical. Pocos minutos antes de que se dispare la primera foto de la sesi¨®n, una lista de Spotify con los grandes ¨¦xitos de la Carr¨¤ comienza a ambientarla. Fiesta, Rumore, Hay que venir al sur¡ Privados este verano de bailar cl¨¢sicos como los listados a causa de las restricciones sanitarias, quiz¨¢ en octubre muchos compensen la p¨¦rdida trasladando la verbena al cine. El term¨®metro sigue sin dar tregua, pero, al ritmo de los ?caliente, caliente, eo? de la italiana, todo se hace m¨¢s llevadero. Varias d¨¦cadas despu¨¦s, el mito sigue siendo el alma de la fiesta.
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