?Los peri¨®dicos se re¨ªan de nosotras y dec¨ªan que era una broma?: as¨ª logr¨® Junko Tabei ser la primera mujer en subir el Everest
Mujeres viajeras: Ninguna monta?a fue demasiado alta para esta menuda y voluntariosa japonesa que desafi¨® todos los estigmas de su ¨¦poca y convirti¨® la escalada en un desaf¨ªo terap¨¦utico.
¡°Mi primera sensaci¨®n fue que, a diferencia de otros deportes, el alpinismo no era competitivo. No importa lo lento que que camine una persona: podr¨ªa llegar a la cima, un paso detr¨¢s de otro. Pero por otro lado, tambi¨¦n entend¨ª que en la escalada de monta?a no importa lo dif¨ªcil que sea la lucha, no habr¨¢ sustituciones ni cambios de jugadores. Cada persona tiene que completar la tarea por s¨ª misma. Aprend¨ª esas lecciones sobre los volcanes del Nasu-dake, a los nueve a?os, y las apliqu¨¦ al resto de mi vida?, escribi¨® en su autobiograf¨ªa?la escaladora japonesa Junko Tabei, la primera mujer que coron¨® el Everest. La desproporci¨®n entre sus 152 cent¨ªmetros de estatura frente a los 8.848 metros de La frente del cielo no es la ¨²nica muestra de lo tit¨¢nico de una haza?a realizada en 1975, tres a?os despu¨¦s de dar a luz a su hija Noriko (su hijo Shinya nacer¨ªa en 1978). Entonces en Jap¨®n, como en el resto del mundo, no estaba precisamente bien visto que una mujer dejara a su marido (Masanobu Tabei, otro apasionado de la escalada con el que se cas¨® pese a la oposici¨®n de su familia) a cargo del hogar para emprender una aventura que se consideraba m¨¢s propia de hombres.
?Siempre me impresion¨® cu¨¢nto apoyaba mi familia mi sue?o del Everest, pero sobre todo una vez en la que vi a mi marido caminar hacia nuestra casa con una bolsa de la compra en un brazo y con nuestra hija a su espalda en un nenneko (una mochila t¨ªpica japonesa para portar beb¨¦s)?, recordaba Tabei en Honouring High Places: The Mountain Life of Junko Tabei, ?tuve suerte de encontrar un marido capaz de controlar el caos?. Aunque la proverbial modestia de Junko contrasta con la dimensi¨®n de su palmar¨¦s (no solo fue la primera mujer en recibir el Piolet de oro y la primera en conquistar las Siete Cumbres), es cierto que la mentalidad de su marido s¨ª era una excepci¨®n: muchos hombres se negaban a formar parte de una expedici¨®n en la que ella participara, recordar¨ªa la alpinista en entrevistas posteriores.
De broma a hero¨ªna
Tampoco es que estuvieran invitados al que ser¨ªa el gran logro de Tabei. En 1975, declarado A?o Internacional de la Mujer por la ONU, las autoridades nepal¨ªes tomaron una decisi¨®n ins¨®lita: otorgar permiso para ascender el Everest a una expedici¨®n japonesa formada solo por quince alpinistas mujeres. ?Los peri¨®dicos se re¨ªan de nosotras y, para mucha gente, aquella escalada femenina era una broma, no pensaban que lo fu¨¦ramos a conseguir?. A sus 35 a?os Tabei, ya no prestaba atenci¨®n a las cr¨ªticas: ?La t¨¦cnica y la habilidad por s¨ª mismas no te llevan a lo m¨¢s alto, lo m¨¢s importante es la voluntad; y esa voluntad no te la dan otras personas ni el dinero, tiene que nacer de tu propio coraz¨®n?, escribi¨® en su autobiograf¨ªa.
Considerada una ni?a d¨¦bil durante toda su infancia, hab¨ªa nacido en una humilde familia de Fukushima el mismo mes en que Alemania invadi¨® Polonia: septiembre de 1939. Ni la Segunda Guerra Mundial ni la dura postguerra nipona impidieron que se graduara en Literatura Inglesa por la Universidad para Mujeres de Showa. All¨ª fund¨® el primer club de monta?a para mujeres de Jap¨®n en 1969, y con sus compa?eras ascender¨ªa al?Annapurna III un a?o despu¨¦s, en 1970. Esa escalada la sinti¨® como una epifan¨ªa. Cambi¨® para siempre el car¨¢cter reservado que hab¨ªa desarrollado en la Universidad acomplejada por su acento rural (?cuando subes una monta?a as¨ª, tu vida depende de lo contrario, de ser capaz de expresar lo que piensas y c¨®mo te sientes?) y, sobre todo, decidi¨® no emplear m¨¢s energ¨ªa justific¨¢ndose ante los dem¨¢s:? ¡°Si la gente quer¨ªa llamarme la loca de las monta?as, por m¨ª estaba bien¡±.
Un reto femenino y plural
Cinco a?os despu¨¦s de aquella revelaci¨®n, Tabei y sus compa?eras ten¨ªan el permiso para encarar el Everest, pero no los medios. La respuesta habitual a sus peticiones de patrocinio era ?deber¨ªais estar en casa criando ni?os y no en el Himalaya?. Solo obtuvieron el apoyo del?peri¨®dico Yomiuri Shimbun y la Nippon Television, por lo que hubo algunos periodistas en el campamento base. ?En aquella ¨¦poca, incluso a las mujeres que consegu¨ªan un empleo se les hac¨ªa servir el t¨¦ en el trabajo, por tanto era impensable pedir un aumento?, recordaba Tabei en una entrevista para The Japan Times. Finalmente las quince mujeres (y sus sherpas) comenzaron la ascensi¨®n tomando la ruta de Hillary y Norgay. A 6.300 metros de altura, fueron sorprendidas por una avalancha. Tabei lleg¨® a tener una visi¨®n de su hija Noriko antes de perder el conocimiento. Hab¨ªa quedado sepultada por la nieve y seis sherpas tuvieron que escarbar en el hielo para liberarla:?Cuando comprob¨¦ que todo el mundo estaba vivo, sent¨ª la determinaci¨®n de concluir la escalada?, algo que realizar¨ªa 12 d¨ªas despu¨¦s del alud junto al sherpa Ang Tsering.
A su regreso, las felicitaciones (del rey de Nepal y del emperador japon¨¦s, entre otras) y las apariciones en los medios convirtieron a Tabei en la celebridad que nunca dese¨® ser: ?alcanzar la cima es la ¨²nica recompensa?, aseguraba. La del Everest fue la ¨²ltima escalada para la que pidi¨® patrocinio (?es como si no fuera solo mi propia experiencia, sino que es algo que haces tambi¨¦n por una empresa?), aunque hubo muchas m¨¢s, como el Kilimanjaro, el Aconcagua o el monte Vinson (la monta?a m¨¢s alta de la Ant¨¢rtida). De hecho, aunque fue diagnosticada de c¨¢ncer en 2012, sigui¨® participando en varias expediciones (muchas de ellas orientadas a la limpieza de la basura dejada por escaladores) hasta que falleci¨® en 2016. Meses antes hab¨ªa concedido su ¨²ltima entrevista a Outside: ?Amo las monta?as. Me encanta estar all¨¢ donde nunca he estado antes y por eso me esfuerzo en escalar los picos m¨¢s altos del mundo: tengo 76 y he escalado las 76 monta?as m¨¢s altas de 76 pa¨ªses?.
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