¡®Lost in Translation¡¯: 15 a?os de culto al final que nadie descifra
La cinta que afianz¨® la carrera de Sofia Coppola con el aplauso de la cr¨ªtica cumple 15 a?os de legado est¨¦tico generacional y con misterios, a¨²n, por resolver.
Hace 15 a?os, Scarlett Johansson se enfrent¨® a lo que ser¨ªa su primera pel¨ªcula como adulta. Su rostro se hab¨ªa hecho conocido por sus apariciones en El hombre que susurraba a los caballos o la m¨¢s indie aunque reconocida Ghost World, pero fue Sofia Coppola quien le dio el papel que demostr¨® que ya no era una adolescente. Y adem¨¢s con Bill Murray como compa?ero.
Fue a principios de 2003 y Lost In Translation era la segunda pel¨ªcula de la directora. Cinco a?os antes hab¨ªa debutado con ¨¦xito con su adaptaci¨®n al cine de la novela de Jeffrey Eugenides Las v¨ªrgenes suicidas ¨Cicono est¨¦tico y representante de la angustia adolescente por excelencia¨C y esta ten¨ªa que ser su obra de confirmaci¨®n. El Oscar al mejor gui¨®n original y las tres nominaciones a la mejor directora, mejor pel¨ªcula y mejor actor (adem¨¢s de premios y nominaciones en los Globos de Oro, BAFTA, Venecia y dem¨¢s festivales internacionales) lo dejaron bastante claro.
Pero adem¨¢s del benepl¨¢cito de la cr¨ªtica, tambi¨¦n obtuvo el del p¨²blico. D¨¦cada y media despu¨¦s, ostenta el t¨ªtulo de culto sin tapujos. Estos son algunos de los detalles que la han hecho trascender:
La primera imagen
La pel¨ªcula se abre con Scarlett Johansson tumbada de lado en la cama. El plano s¨®lo recoge el cuerpo de la actriz, de la cintura a los pies, visto por detr¨¢s as¨ª que lo que ve el espectador es su trasero, vestido con unas braguitas rosas semitransparentes y sus piernas al aire. Johannson, que apenas ten¨ªa 18 a?os cuando la rod¨®, hab¨ªa especificado que no quer¨ªa aparecer desnuda en el filme, pero lleg¨® a un acuerdo con la directora cuando vio la prenda. Ese fotograma, basado en un cuadro del pintor hiperrealista John Kacere, ha pasado a la posteridad como, por ejemplo, el de Mena Suvari ba?ada en rosas en American Beauty.
Bill Murray
Sofia Coppola escribi¨® el papel para ¨¦l y no par¨® hasta conseguir que dijese que s¨ª, aunque hasta el primer d¨ªa de rodaje no supo si este iba a aparecer (no hab¨ªa firmado ning¨²n contrato). Adem¨¢s de su profesionalidad, que la directora ha remarcado en cada entrevista que le hicieron al respecto, el actor tambi¨¦n aport¨® bastantes dosis de su propia personalidad. De hecho, hay escenas que improvis¨®, otras en las que no sab¨ªa directamente lo que le dec¨ªan ¨Cla escena del director japon¨¦s que le habla mientras ruedan el anuncio¨C y que dotan al filme de un humor sard¨®nico que hubiese sido imposible sin ¨¦l.
La representaci¨®n de la soledad
No se plasma s¨®lo en las escenas en las que los personajes no est¨¢n con nadie, sino tambi¨¦n en las conversaciones, los movimientos y, por supuesto, los escenarios. La visi¨®n que aporta de Tokio es la de una ciudad llena de luces y atestada de gente con la que los personajes no se pueden comunicar, no s¨®lo por la barrera del idioma sino tambi¨¦n por la cultural. Adem¨¢s, viven en un hotel -el Park Hyatt Tokyo, que la directora adora- en el que pasan gran parte del tiempo: lujoso pero impersonal, con el silencio que reina en este tipo de alojamientos y un bar que podr¨ªa estar en cualquier sitio. Esa sensaci¨®n de estar en una burbuja es lo ¨²nico que les vincula en un principio (los 20 a?os de diferencia en edad parecen no importar en absoluto). Una curiosidad es que la cantante de la banda de jazz que toca cada noche, americana y con canciones en ingl¨¦s, no es actriz sino que el grupo es aut¨¦ntico y toca all¨ª cada noche. Su fugaz aportaci¨®n a la trama es puramente casual.
El desamor
Tanto Charlotte (Johansson) como Bob (Murray) son conscientes de que sus matrimonios se est¨¢n yendo a pique. Ella lleva dos a?os casada con un fot¨®grafo de moda (¡±no s¨¦ con qui¨¦n me he casado¡±, dice en un determinado momento) mientras que ¨¦l ve c¨®mo su matrimonio de 21 a?os llega a su fin. Su mujer tiene bastante con los hijos y con la decoraci¨®n de interiores y nadie le echa demasiado en falta. El hecho de que no se conozcan hace que los personajes no tengan miedo a contar sus intimidades al otro ni esperar una respuesta en concreto. Coppola ha explicado en diversas ocasiones que la relaci¨®n entre Charlotte y su marido est¨¢ basada en la suya con Spike Jonze, con quien estaba casada en ese momento y del que se divorci¨® ese mismo a?o.
La banda sonora
La m¨²sica de las pel¨ªculas de Sofia Coppola siempre est¨¢ cuidadosamente escogida. En esta ocasi¨®n, la banda sonora est¨¢ compuesta por canciones de grupos como My Bloody Valentine, Phoenix, The Jesus and Mary Chain o Roxy. Esta ¨²ltima banda aparece con su famos¨ªsima canci¨®n More Than This, que Bob canta no sin dificultad en el karaoke al que va con Charlotte y sus amigos japoneses. Con su letra podr¨ªa resumirse toda la pel¨ªcula. La peluca rosa que Johansson se pone esa noche tambi¨¦n entra en esta lista de detalles inolvidables.
El final y su frase secreta
Aunque Bob y Charlotte conectan en esos escasos d¨ªas que pasan juntos, la relaci¨®n nunca llega a ser f¨ªsica hasta la ¨²ltima escena (y levemente). En su despedida final, ¨¦l la besa y le dice unas palabras al o¨ªdo ininteligibles para el espectador. Aunque para muchos y muchas es el cierre perfecto, algunos fans no se quedaron conformes y buscaron la manera de descifrar el susurro. Hay m¨²ltiples teor¨ªas. Para unos Murray dice (en ingl¨¦s): ¡°Tengo que irme, pero no dejar¨¦ que esto se interponga entre nosotros. Ok?¡±, para otros: ¡°No te ver¨¦ hasta el pr¨®ximo rodaje de Santori. Vete y dile la verdad [a tu marido]¡± o ¡°Siempre ser¨¢s una mujer independiente, no te vuelvas loca. Vete y dile la verdad¡±. Lo que s¨ª se ha confirmado es que el beso que Bob le da a Charlotte no estaba en el gui¨®n, pero Murray ha dejado claro que nunca se sabr¨¢ lo que le dijo en realidad.
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