Por qu¨¦ Christian Grey es el peor amante de la historia
Hemos le¨ªdo ¡®Grey¡¯, lo nuevo de la saga er¨®tica narrada a trav¨¦s de los ojos del magnate dominante y no, no nos deleita.
A Christian Grey le gusta escuchar al Boss cuando conduce y el Spem in Allium cuando folla. En los preliminares se olvida de sus calzoncillos Polo Ralph Lauren y va de comando con sus DJ, el nombre que? ha puesto a sus vaqueros de dominante. S¨ª, el supuesto gal¨¢n que ha encandilado a millones de lectoras es un tipo que pone motes a sus pantalones, repite sin cesar que a ¨¦l lo que le va es "follar duro" y es de los que grita entre embestidas en plena acci¨®n perlas como Eres¡ tan¡dulce¡ te¡deseo¡tanto.. eres¡ m¨ªa. Estas son solo algunas pinceladas que hemos rescatado de la lectura de Grey (Ed. Grijalbo), lo nuevo de la saga er¨®tica de E. L. James que inaugur¨® esa etiqueta del porno para mam¨¢s y que ha arrasado en la taquilla en su adaptaci¨®n en la gran pantalla (522 millones de euros a escala global). La novela (que tiene toda la pinta de tener continuaciones como la trilog¨ªa de 50 sombras) narra la misma historia, solo que esta vez se hace desde el punto de vista del magnate multimillonario.
Sin ¨¢nimo de decepcionar a las ¨¢vidas lectoras, el poso que deja Grey es totalmente gris, valga la redundancia, y profundamente cansino (cuesta enumerar las veces que se siente "desarmado" por Anastasia Steele y la man¨ªa que tiene en llamarla "nena" a cada segundo). Grey descubre la vida de un tipo profundamente machista, aburrido hasta el sopor y cuyo pasatiempo favorito es leerse la revista Forbes; adem¨¢s de poseer un escaso ingenio (rozando el patetismo) para mandar mails subidos de tono. Pero no s¨®lo eso, estas cinco razones demuestran por qu¨¦ Christian Grey est¨¢ m¨¢s cerca de ser un psic¨®pata que un amante perfecto. O cinco motivos por los que Christian Grey nos deber¨ªa bajar la libido ipso facto:
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Sus celos son enfermizos.
Taylor, el eficaz asistente de Christian Grey, deber¨ªa pasar m¨¢s tiempo buscando tel¨¦fonos de psiquiatras y dedicar menos horas a repostar el Charlie Tango, el helic¨®ptero del protagonista. Es francamente terror¨ªfico comprobar c¨®mo se pone cada vez que alguien osa a acercarse a Anastasia. Ya en la p¨¢gina 35 comprobamos el alarmante talante del magnate cuando aparece un pobre chaval (hermano del due?o de la tienda donde trabaja Ana) que se atreve a poner sus brazos sobre los hombros de la joven (¡°Se acerca a ¨¦l y el cabr¨®n la envuelve en un abrazo de oso. Se me hiela la sangre. Es una respuesta primitiva. Quita tus putas zarpas de ella. Mis manos se convierten en pu?os¡±).
Tambi¨¦n pillar¨¢ su propio hermano cuando saluda a la joven ("el muy cabr¨®n es todo sonrisas. No se te ocurra ponerle las manos encima") y hasta el hermano de su amiga Kate (Pero, qu¨¦ co?o¡? Un tipo alto y rubio que parece como reci¨¦n salido de una playa californiana la est¨¢ manoseando. ?Qui¨¦n cojones es ese? ?Es por eso por lo que no quer¨ªa que viniese a tomar una copa?).
Todo esto, sin contar las veces que alg¨²n desconocido mira a la chica ("El chico solo tiene ojos para la se?orita Steele, y mi mirada fulminante lo invita a abandonar de inmediato el lujoso comedor) o la obsesi¨®n que tiene con el pobre Jos¨¦, un fot¨®grafo majete al que decide investigar personalmente. S¨²peralo, Christian, que los celos NO son amor.
Grey (Jamie Dornan) y Anastasia (Dakota Johnson) en una escena del film.
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NUNCA podr¨¢s dudar de su sexualidad
Grey se pone hecho una furia cuando Anastasia le pregunta nada m¨¢s conocerse si es gay. (¡°?Pero qu¨¦ co?o¡! No me puedo creer que haya llegado a decir eso en voz alta! ?C¨®mo se atreve! Tengo que reprimir la necesidad imperiosa de arrancarla de su asiento, ponerla sobre mis rodillas y azotarla para despu¨¦s foll¨¢rmela encima de mi mesa con las manos atadas detr¨¢s de la espalda. Eso responder¨ªa a su rid¨ªcula pregunta¡±). ?V¨¢lganos, c¨®mo se atreve la chica! ?Eso es lo peor que se le puede preguntar a alguien! ?Qu¨¦ verg¨¹enza, Anastasia! ?l le recuerda el tremendo calvario de la pregunta unas 300 p¨¢ginas m¨¢s adelante (¡°he querido darte unos azotes desde que me preguntaste si era gay¡±).
No te dejar¨¢ beber
O pensar¨¢ en meterte en una cl¨ªnica de desintoxicaci¨®n por haberte bebido unos chupitos. En uno de los extractos m¨¢s paternalistas y rancios de la novela (y mira que hay), Christian est¨¢ hiperventilando y pr¨¢cticamente contacta con la NASA para geolocalizar a Anastasia, solo porque la ha escuchado algo borracha por el m¨®vil.
(¡°Anastasia, ?has bebido? Mierda. ?Con qui¨¦n est¨¢? ?con el fot¨®grafo? ?d¨®nde est¨¢ su amiga Kate?
-?A ti qu¨¦ te importa?
Suena hosca y agresiva, y s¨¦ que est¨¢ borracha, pero tambi¨¦n necesito saber que se encuentra bien.
-Tengo¡ curiosidad. ?D¨®nde est¨¢s?
-Un bar de Portland.
-?C¨®mo vas a volver a casa? Me pellizco el puente de la nariz con la vana esperanza de que eso me distraiga; no quiero perder los estribos).
Lo de la cl¨ªnica de desintoxicaci¨®n no era broma. En la p¨¢g. 75 hasta se lo plantea, y solo porque la joven se hab¨ªa agarrado una buena tunda. Su PRIMERA borrachera, ojo. ("Quiz¨¢ tiene un problema con la bebida. Es una idea preocupante, y sopeso si deber¨ªa llamar a mi madre para que me d¨¦ el nombre de una buena cl¨ªnica de desintoxicaci¨®n¡±).
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Se obsesionar¨¢ con tu comida, MUCHO
Suponemos que Christian lo ha pasado fatal por lo de la madre "puta y adicta al crack" y por haber pasado hambre de peque?o, pero eso no le da cr¨¦dito como para que se pase la vida ceb¨¢ndote y con un "Anastiasa, come", "Ana, ?no tienes hambre? Tienes que comer" como yugo existencial. Cansar¨ªamos a los lectores con la infinidad de pasajes en los que Christian Grey anima/exige/ordena comer a Anastasia Steele. De verdad. Taylor, llama ya al psiquiatra, lo necesita.
Trata a su pene como a un ser independiente
Por ¨²ltimo, pero no menos importante, Christian Grey es ese tipo que considera que su pene tiene vida propia. S¨ª, amigas lectoras, la polla de Christian Grey tiene emociones, expresa su conformidad con las situaciones y hasta tiene sentido musical. ?C¨®mo? ?Qu¨¦? ?Mandeee? Procedamos a explicarlo en sus propias palabras.
P¨¢g. 83. Christian se levanta junto a Anastasia por primera vez. ("Nunca hab¨ªa dormido con una mujer. Me he follado a muchas, pero despertarme junto a una joven atractiva es una experiencia nueva y estimulante. Mi polla est¨¢ de acuerdo¡±) Aj¨¢.
P¨¢g 113. Ana repite ¨Cotra vez, parece que la chica nunca se cansa de hacerlo¨C ese gesto tan suyo de morderse el labio. ("Los dientes le dejan una peque?as marcas en el labio inferior, h¨²medo por el vino. Ah¨ª est¨¢, una vez m¨¢s me desarma, me sorprende cada dos por tres. Mi polla est¨¢ de acuerdo). Interesante, Christian. Su polla vuelve a mostrar conformidad con su cerebro m¨¢s adelante, en la p¨¢gina 141 (¡°La se?orita Steele es una criatura carnal. Ser¨¢ un juguete al que podr¨¦ entrenar. Mi polla se estremece; est¨¢ de acuerdo¡±). ?Qu¨¦ opinar¨ªa Freud de todo esto?
El ¨¦xtasis llega en la p¨¢gina 410, cuando oye respirar Ana antes de introducirle unas bolas chinas. ("Su brusca inspiraci¨®n es m¨²sica para mi polla").
Posiblemente disentimos con la opini¨®n de millones de lectoras saciadas, pero en la vida real nos aparece un tipo como el susodicho aqu¨ª descrito¡ y solo nos entran ganas de salir corriendo.
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