Razones para ir a la Fundaci¨®n Prada (adem¨¢s del bar de Wes Anderson)
Miuccia Prada abre en Mil¨¢n un complejo art¨ªstico que ejerce como laboratorio de ideas y cuenta con una cafeter¨ªa dise?ada por el director preciosista.
Hay dise?adores que son un b¨¢lsamo para el gusto. Cuyas creaciones no provocan ansiedad, y son incontestablemente bonitas. Est¨¢n esos dise?adores y luego est¨¢ Prada. La marca italiana hace moda que desconcierta y enerva pero que termina dese¨¢ndose ciegamente. Nunca se nos ocurrir¨ªa que unos calcetines ejecutivos a la vista con un vestido de bajo deshilachado pudieran resultar exquisitos, pero en manos de Miuccia nos lo parecen. Hasta el catering previo a los desfiles descoloca. La italiana sirve peladillas con vasos de whisky y con ese gesto logra que le veamos su aquel a los tentempi¨¦s retro de bautizo. As¨ª es la dura vida de un feligr¨¦s de Prada.
La influencia de Prada siempre ha ido algo m¨¢s all¨¢ de las pasarelas, pero su nuevo proyecto, la Fondazione Prada, coloca a la firma en las coordenadas del arte y de las ideas. El complejo art¨ªstico, que ejerce de sede de la colecci¨®n de arte de Miuccia y su marido Patrizio Bertelli, abri¨® el 9 de mayo al p¨²blico en Mil¨¢n. La fundaci¨®n ha pasado a?os organizando exposiciones temporales en iglesias y almacenes abandonados, hasta que finalmente ha echado ra¨ªces en una antigua destiler¨ªa de la ciudad italiana. En el proyecto, del arquitecto holand¨¦s Rem Koolhas, conviven lo viejo y lo nuevo, lo feo y lo hermoso y lo acaudalado con lo austero. Sus 19.000 metros cuadrados dan cobijo a siete edificios existentes y tres de nueva construcci¨®n que se traducen en salas de exposiciones, un bar, una casa encantada, un espacio para ni?os y un cine camuflado por espejos donde actualmente se proyecta un filme de Polanski. En Prada no quieren llamarlo museo pero oficiosamente es el centro de arte contempor¨¢neo que le faltaba a Mil¨¢n. Adem¨¢s es una ventana m¨¢s a la mente burlona e irreverente de la dise?adora. Un lugar, al fin y al cabo, que generar¨¢ di¨¢logos y discusiones, tendencias, revelaciones y por supuesto nuevas obsesiones para los fans de Miuccia. Empezando por estas:
1. El bar de Wes Anderson. Es cierto. El director que crea los ambientes m¨¢s preciosistas del cine ha probado con la restauraci¨®n. El llamado Bar Luce toma inspiraci¨®n de los caf¨¦s cl¨¢sicos milaneses de los 50 y los 60 y de la famosa Galleria Vittorio Emanuele de la urbe italiana. Anderson mantiene que no se trata de un decorado m¨¢s, que ha hecho algo para la vida real, donde pasar¨ªa ¡°sus tardes de no ficci¨®n¡±. Pero en este caso la astuta elecci¨®n de Miuccia le lleva la contraria. Uno de los placeres del cine de Anderson es imaginarse dentro de los mundos enrarecidos que crea, y en el bar Luce nos transportamos a una pel¨ªcula de que rinde homenaje a Antonioni, donde bebemos Campari junto a Alain Delon y Monica Vitti. Hay papel pintado en el techo, un jukebox, un pinball dedicado a Steve Zizou y mesas de formica de color verde. Este ultimo, un detalle que lleva a otro nivel a la cl¨¢sica hosteler¨ªa gallega.
El llamado Bar Luce toma inspiraci¨®n de los caf¨¦s cl¨¢sicos milaneses de los 50 y los 60.
Fundazione Prada
2. La casa encantada. Bautizada as¨ª por el estado de abandono en el que se encontraba, ha sido recubierta por pan de oro de 24 kilates. Una decisi¨®n que ha dividido opiniones, entre quienes lo consideran vulgar o glorioso. Algo parecido a las reacciones que provocan algunos dise?os de Prada. El dorado fue una decisi¨®n de ¨²ltimo minuto del arquitecto, con la intenci¨®n de dar importancia a una construcci¨®n modesta. El oro aporta color al paisaje eminentemente gris de la ciudad y crea reflejos en los edificios vecinos. Pero lo que m¨¢s ha sorprendido es que Koolhas declarase que el oro sale m¨¢s barato que otros materiales para recubrir muros como el m¨¢rmol o incluso la pintura. El tiempo dir¨¢ si los muros de oro se convertir¨¢n en los nuevos jardines verticales.
El dorado fue una decisi¨®n de ¨²ltimo minuto del arquitecto, con la intenci¨®n de dar importancia a una construcci¨®n modesta.
Fundazione Prada
3. Revoluci¨®n industrial. Teniendo en cuenta el car¨¢cter burgu¨¦s de Mil¨¢n, con villas plagadas de frescos y pisos decorados con elegante mobiliario a?os 30, el emplazamiento y car¨¢cter de la Fondazione ha sido una sorpresa. La dise?adora ha dejado de lado las jaulas de oro que se atisban en Ia pel¨ªcula Yo soy el amor y ha llevado su sede a un barrio perif¨¦rico e industrial de Largo Isarco, que el arquitecto holand¨¦s describe en el Corriere della Sera como ¡°la verdadera Mil¨¢n, de la gente que trabaja y a a?os luz del glamour y el culto a la imagen¡±?Ser¨¢ este el principio de la resurgencia del cintur¨®n industrial? ?Terminaremos, gracias a Prada, apreciando las virtudes de los pol¨ªgonos? E chi lo sa.
Fundazione Prada
4. Otra manera de exhibir. ¡°Las instituciones ofrecen tipolog¨ªas muy reducidas para exponer. Son todas muy similares en cuanto a escala, circulaci¨®n y condiciones¡±, declar¨® Koolhas antes de la inauguraci¨®n. En cambio la Fondazione ofrece un espacio de verdadera diversidad. Las obras se han colocado en lugares inesperados. Proceso Grotteso la reproducci¨®n de una cueva mallorquina ideada por el alem¨¢n Mr Demand est¨¢ bajo el teatro y las animaciones de la artista Nathalie Djuberg se muestran dentro de una caba?a en forma de champi?¨®n. Obras de Donald Judd, Jeff Koons, Damien Hirst y Lucio Fontana se desperdigan por las salas, mientras que coches dise?ados por artistas como Sarah Lucas se muestran en un almac¨¦n al que se accede por una peque?a puerta.
Obra de Francesco Vezzoli (La Dolce Vita featuring Giorgio De Chirico) expuesta en la Fundaci¨®n.
Fundaci¨®n Prada
5. No se dedicar¨¢ a vender bolsos (o eso juran). En la Fondazione no hay una tienda con accesorios especialmente creados para la ocasi¨®n. Patrizio Bertelli asegura que no quieren contaminar el espacio con moda para que los artistas no sientan que se les est¨¢ explotando como herramienta de marketing. El logo de la firma no aparece en la fachada y se no organizar¨¢n desfiles en la fundaci¨®n, al contrario que lo que hace Louis Vuitton con la suya en Par¨ªs. Miuccia quiere que se use como un laboratorio de ideas con voces diversas. Junto a los comisarios Germano Celant y Astrid Welter se re¨²ne un grupo de acad¨¦micos, historiadores y comisarios que recibe el misterioso nombre del Consejo del Pensamiento, que toman el pulso del mundo del arte. Parece que el obstinado entramado de la moda funciona en tareas de mecenas. ¡°Ha sido incre¨ªble descubrir la eficiencia de la moda¡± dijo Koolhas a The Guardian En ocho horas pueden organizar algo sublime que a nosotros nos llevar¨ªa un m¨ªnimo de ocho a?os¡±. La moda, pese a lo que muchos piensen, tambi¨¦n tiene una cara pragm¨¢tica.
Maqueta del edificio de la Fundaci¨®n Prada.
Fundazione Prada
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