Se lee y se escucha, pero no se ve: as¨ª huye el nuevo porno de los estereotipos machistas
Con la pornograf¨ªa ¡®mainstream¡¯ cada vez m¨¢s cuestionada, surgen plataformas que apuestan por otros formatos de estimulaci¨®n er¨®tica. Los podcasts y relatos que crea el propio usuario son tendencia.
Una ¨²nica certeza consigue poner de acuerdo a todas las partes en el debate en torno al porno: el porno mainstream, el que se crea y consume en masas, es androcentrista, machista, cosifica a la mujer, es excluyente con el abanico de identidades y orientaciones m¨¢s all¨¢ de la heterosexual, es racista, no diverso, violento, precario y potencialmente da?ino. A partir de ah¨ª, las opiniones de feministas abolicionistas o pro-sex se dividen y, desde la propia industria, tambi¨¦n toman sus cartas para defender su continuidad. En ese marco, la b¨²squeda de un porno m¨¢s ¨¦tico en todos esos sentidos es tendencia al alza. Desde directoras o colectivos m¨¢s comprometidos con el contenido y los trabajadores, que le dan a sus cintas un giro art¨ªstico, a plataformas contributivas en las que los propios consumidores son creadores activos de podcasts o narrativa er¨®ticas que recurren a este formato para desintoxicarse de las im¨¢genes de contenido sexual que invaden la red, que no les representan y que perjudican tambi¨¦n la vivencia de su sexualidad.
¡°Cada vez m¨¢s gente comenta ser consumidor o consumidora m¨¢s o menos habitual de pornograf¨ªa. A pesar de esto, sigue siendo un tab¨² social¡±, explica a S Moda Elena Requena, sex¨®loga y m¨¦dica de familia. ¡°Algo que sigue siendo llamativo es que menos mujeres que hombres reconocen verla y que, en los ¨²ltimos a?os, ha habido un aumento de personas que consumen pornograf¨ªa de forma compulsiva y que consultan por ello¡±, explica. En 2016, Pornhub, la web de contenido pornogr¨¢fico gratuito m¨¢s vista en Espa?a, recibi¨® m¨¢s de 23.000 mil millones de visitas en todo el mundo.
Este porno de masas sigue siendo la norma, pero nombres como el Erika Lust y su plataforma X-Confessions (referente mundial con base en Barcelona), la productora australiana Poison Apple, dirigida por Anna Brownfield, o Pink Label, a cargo de Shine Louise Houston, que a¨²na contenido al que denomina como ¡°queer, independiente y feminista¡±, son referencias cada vez m¨¢s reconocibles al hablar del nuevo porno que quiere ser ¨¦tico y justo tambi¨¦n con sus trabajadores. ¡°Como sociedad, vamos siendo conscientes de que estamos saturados de desnudos, genitales, im¨¢genes expl¨ªcitas y actos mec¨¢nicos que no nos aportan mucho m¨¢s que una repetici¨®n de algo que hemos visto un mill¨®n de veces y que quiz¨¢s nos sirve para un momento concreto pero despu¨¦s nos aburre y nos genera rechazo. Que la gente tenga y busque otras formas peculiares de vivir su er¨®tica, es un soplo de aire fresco¡±, se?ala Elena Requena.
De este mismo esp¨ªritu surgen nuevos (y recuperados) formatos. Los podcasts tambi¨¦n viven su momento en la er¨®tica, as¨ª como la literatura, y cada vez son m¨¢s las p¨¢ginas webs que se anuncian como ¡°porno¡± en las cuales no hay ni rastro de im¨¢genes expl¨ªcitas de sexo. Dipsea, una p¨¢gina de audio er¨®tica que empodera la masturbaci¨®n haciendo hincapi¨¦ en la necesidad de generar confianza propia y explorarse en la sexualidad y las relaciones a partir del mood en el que te encuentres en el momento (en la cama, volviendo del trabajo, en pareja o antes de una cita). La? p¨¢gina recopilatoria de Tumblr Sounds of Pleasure o el ¨²ltimo ejemplo, que lo deja la reci¨¦n estrenada Quinn.
Quinn es un proyecto desarrollado en California por Caroline Spiegel (hermana de Evan Spiegel, CEO de Snapchat) en forma de plataforma contributiva donde los usuarios y, sobre todo, usuarias -est¨¢ enfocado a mujeres principalmente- pueden escribir sus propios relatos, leer los de otras personas y hacer lo propio con los podcasts. Audios de orgasmos, masturbaciones guiadas, peque?as ficciones y categor¨ªas que huyen de calificativos sobre el f¨ªsico y se decantan por aspectos circunstanciales como ¡®viaje¡¯, ¡®sexo escuchado a terceros¡¯ o ¡®pareja¡¯. ¡°Un Pornhub mucho menos bruto para mujeres¡±, explicaba la empresaria de 22 a?os a Techcrunch. ?La mayor¨ªa de los medios visuales perpet¨²an la mirada masculina, toda la corriente principal de la pornograf¨ªa cuenta una historia. No es necesario establecer una idea de c¨®mo debe ser una mujer¡±. Spiegel defiende que la idea principal de su proyecto es ¡°hacer que la gente sienta que est¨¢ bien experimentar placer, incluso mejor de lo que se da por hecho que lo est¨¢ para los hombres¡±.
¡°Dir¨ªa que estas formas son mucho m¨¢s poderosas que las im¨¢genes habituales de pornograf¨ªa. Dejan al lector u oyente como un integrante activo de la historia, donde puede elegir c¨®mo interpretar lo que escucha o lee, esto hace que se adecue mucho mejor a lo que deseamos¡±, explica la sex¨®loga Elena Requena. ?Podemos imaginarnos a los protagonistas, integrarlos en una escenario que nos interese, con peculiares formas de actuar en el relato. De esta forma el mensaje es mucho m¨¢s poderoso y se integra mucho mejor con cada uno de nosotros y nuestros deseos¡±.
?Por qu¨¦ es importante que se potencien nuevos formatos? La edad a la que los ni?os comienzan a consumir porno se sit¨²a entre los nueve y 11 a?os. El acceso a internet y, con ¨¦l, a contenidos sexuales gratuitos que proliferan en la red es casi inevitable. ?Los j¨®venes pr¨¢cticamente ven pornograf¨ªa antes de dar su primer beso, o de sentir atracci¨®n por alguien. Esto genera una serie de estereotipos y expectativas nada reales sobre nuestra er¨®tica y los encuentros que tenemos a lo largo de nuestra vida con otras personas que nos lleva a una forma completamente irreal de vivir nuestros encuentros?, explica Requena. La educaci¨®n al respecto desde las aulas o en las propias casas ?brilla por su ausencia? pero se empieza a abordar tambi¨¦n desde organizaciones e, incluso, desde las propias productoras de cine porno independiente, como es el caso de Lust Films. Erika y su pareja, Pablo Dobner, crearon ¡®The Porn Conversation¡¯ como respuesta a este problema. Una gu¨ªa gratuita para padres que quieran ense?ar a sus hijos (como fue su caso) que ese contenido que se cruzar¨¢n en internet es ficci¨®n.
El porno convencional, como explica la sex¨®loga, ?no reflexiona sobre el deseo, sino que?busca una imagen concreta acerca de lo que habla, o no habla la gente, de ¡®sexo?. Lo que ocurre con el paso del tiempo es que el consumidor, adem¨¢s de la posible distorsi¨®n en las relaciones a causa de esto, se acaba aburriendo o no se siente representado. Dentro de esas circunstancias, el paso siguiente en el que surgen estas nuevas formas de consumir porno resulta natural ?se busca en los relatos o los audios er¨®ticos una forma m¨¢s especial de est¨ªmulo. Y las corrientes queer, gender-fluid, y gran parte de las personas que practican relaciones no convencionales, van consiguiendo una forma alternativa, lejos de roles machistas?, concluye Elena Requena.
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