Simone Veil, el aborto y el manifiesto de las ¡®343 zorras¡¯
Francia revive con una pel¨ªcula los tres d¨ªas intensos de 1974 en los que su gobierno debati¨® la legalizaci¨®n del aborto.
¡°No podemos seguir cerrando los ojos sobre los 300.000 abortos que cada a?o mutilan a las mujeres de nuestro pa¨ªs¡±. Con estas palabras, Simone Veil, la ministra de Sanidad del gobierno de Jacques Chirac denunciaba el drama de los abortos clandestinos en Francia ante los diputados de la Asamblea francesa. Abogada, pol¨ªtica y superviviente del campo de concentraci¨®n de Auschwitz, Veil fue la encargada de defender ley de la interrupci¨®n del embarazo, una cuesti¨®n que levant¨® un duro y agrio debate en la sociedad francesa desde el anuncio de su elaboraci¨®n. Como la propia Veil recordar¨ªa m¨¢s tarde en su autobiograf¨ªa, Une vie, ¡°frente a un estamento conservador -el m¨¦dico- yo ofrec¨ªa tres significativos defectos: Ser mujer, estar a favor de la interrupci¨®n del embarazo y por ¨²ltimo, ser jud¨ªa¡±.
La batalla por el derecho al aborto ya contaba con algunos pronunciamientos notables. El 5 de abril de 1971 un manifiesto firmado por 343 mujeres reclamaba el derecho a la interrupci¨®n del embarazo en la revista Le Nouvel Observateur. El texto redactado por la escritora y fil¨®sofa Simone de Beauvoir lo suscribieron escritoras, actrices, directoras de cine, etc. Entre las firmas que aparec¨ªan se encontraban nombres conocidos como Catherine Deneuve, Fran?oise Sagan, Jeanne Moreau, Delphine Seyrig, Marguerite Duras, etc. Todas ellas se autoinculpaban, declarando haber abortado mientras reclamaban el derecho a un aborto libre. A ra¨ªz de un chiste de la revista sat¨ªrica Charlie Hebdo aquella proclama acabar¨¢ conoci¨¦ndose como la de las "343 salopes" (¡°Las 343 zorras¡±).
Reportaje de ¡®Le nouvel observateur¡¯ sobre las 343 firmantes del documento proaborto en los 70.
Le Nouvel Observateur
El manifiesto supuso una importante plataforma medi¨¢tica para el movimiento feminista y los derechos de la mujer en la Francia de la d¨¦cada de los setenta. Otro tanto ocurre con el llamado Proceso de Bobigny por el que se juzg¨® a una joven de 16 a?os que abort¨® despu¨¦s de haber sufrido una violaci¨®n. El caso suscit¨® una gran movilizaci¨®n social. El contexto y perfil humano de las implicadas, una familia de extracci¨®n humilde que se vio abocada a una soluci¨®n dram¨¢tica, sac¨® a la luz la tragedia de los abortos clandestinos en la Francia del bienestar. La joven fue finalmente absuelta y la despenalizaci¨®n del aborto se convirti¨® en una cuesti¨®n de primer orden para el gobierno del presidente Valery Giscard d¡¯Estaing, que culmin¨® con la elecci¨®n de una mujer (la ¨²nica de su gabinete) como Simone Veil al frente del ministerio de Sanidad. La nueva ministra, despu¨¦s del fracaso de su antecesor, Michel Poniatowski, abog¨® por una ley seg¨²n ella ¡°necesaria ante la injusticia y la ineficiencia de una legislaci¨®n caduca sobre el aborto¡±, poniendo ¨¦nfasis en ¡°la desigualdad social de las mujeres ante un embarazo no deseado¡±.
Simone Veil VS. la caracterizaci¨®n de los tensos d¨ªas que se vivieron en la Asamblea francesa.
Getty/ France 2
Cuarenta a?os despues, una pel¨ªcula La loi, le combat d¡¯une femme pour toutes les femmes (Christian Faure), producida por el canal p¨²blico France 2, ha devuelto a la actualidad aquellas semanas que la sociedad francesa vivi¨®, seguramente desde el famoso Caso Dreyfuss, uno de sus debates m¨¢s ¨¢speros y confrontados en la calle y en los medios de comunicaci¨®n. La actriz Emmanuelle Devos ha sido la encargada de interpretar a Simone Veil, una recreaci¨®n por la que ha recibido el aplauso de la cr¨ªtica por su impecable ejecuci¨®n dram¨¢tica y transformaci¨®n f¨ªsica. La pel¨ªcula, como una obra de suspense, recoge esos tres d¨ªas hist¨®ricos de noviembre de 1974 protagonizados por esta mujer dispuesta a librar su combate en medio de una asamblea compuesta mayoritariamente por hombres, solo 9 diputadas frente a 483 diputados. Su voluntad, poner fin a una inusticia hist¨®rica para las mujeres.
El primer d¨ªa de debate en la Asamblea, un hemiciclo donde el ambiente era tan denso que se pod¨ªa cortar el aire con el filo de un cuchillo, y con una buena parte de los diputados de su propia formaci¨®n pol¨ªtica en su contra, Simone Veil pronunci¨® unas palabras que resonaron en toda la sala: ¡°Me gustar¨ªa hacerles compartir una convicci¨®n de las mujeres. Pido disculpas por hacerlo ante una asamblea formada exclusivamente por hombres: Para ninguna mujer abortar es una cosa placentera¡±.
Emmanuelle Devos, caracterizada como Simone Veil y rodeada de los hombres de la Asamblea.
France 2
A lo largo de m¨¢s de veinticinco horas de debates Veil tendr¨¢ que escuchar los ataques m¨¢s violentos (y hasta personales) desde los sectores m¨¢s radicales de la derecha. La misma Veil ver¨¢ c¨®mo su casa amanece con pintadas injuriosas, cruces gamadas y recibe amenazas de los sectores m¨¢s integristas. Un diputado, Alexandre Bolo, la acusa de ¡°instaurar un nueva forma de eutanasia legal¡±. Las palabras del pol¨ªtico conservador suscitan un gran esc¨¢ndalo en el parlamento cuando se le recuerda que la familia de Simone Veil hab¨ªa muerto en las c¨¢maras de gas de los campos de concentraci¨®n. Veil no abdica en sus convicciones, lo ¨²nico que le preocupa es poder alcanzar esa mayor¨ªa necesaria para aprobar la ley. ¡°Los poderes p¨²blicos no pueden eludir su responsabilidad¡± responde a los opositores mientras defiende su ley como¡± representante p¨²blico y como mujer¡±.
Despues de tres d¨ªas de debates apasionados y enardecidos, la ley de despenalizaci¨®n del aborto es finalmente votada en la noche del 29 de noviembre de 1974: 285 votos a favor y 188 en contra. En los votos a favor se mezclan los de la izquierda, socialistas y comunistas, y de centro. El proyecto de ley recorrer¨¢ despues el senado siendo finalmente el 17 de enero de 1975 promulgada. Una despenalizaci¨®n del aborto, que a pesar de sus limitaciones y provisionalidad, entre otras deficiencias, quedaba fuera de la cobertura de la Seguridad Social y acababa con una legislaci¨®n que a lo largo del siglo XX hab¨ªa penalizado a las mujeres. En algunos casos hasta con la pena de muerte. Como el caso de Marie-Louise Giraud, que morir¨ªa en la guillotina en 1943 acusada de realizar abortos. Una mujer y un discurso de cuarenta y cinco minutos en la Asamblea hab¨ªan conseguido cambiar finalmente el curso de la historia. La valent¨ªa y la firme convicci¨®n de una mujer que, quiz¨¢s sin quererlo, acabar¨ªa convertida en uno de los iconos del combate de la mujer por sus derechos en el siglo XX.
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