El m¨¦todo Jacinda Ardern: por qu¨¦ abandonar el supuesto trabajo de tu vida puede ser la mejor decisi¨®n
Seg¨²n los ¨²ltimos estudios, m¨¢s mujeres que hombres dejaron el trabajo durante la Gran Dimisi¨®n estadounidense. Ahora la renuncia de Jacinda Ardern realza un nuevo tipo de liderazgo y subraya la importancia de saber dejar las cosas en el momento adecuado.

Nueva Zelanda es uno de los primeros lugares en el mundo en ver la luz del sol todos los d¨ªas. Tambi¨¦n es uno de los primeros pa¨ªses en tener a una primera ministra y uno de los pocos en escuchar la renuncia al cargo de un l¨ªder del gobierno porque no le queda m¨¢s ¡°gasolina¡± en el dep¨®sito. El 7 de febrero Jacinda Ardern dej¨® su puesto al frente del ejecutivo neozeland¨¦s y as¨ª lo explic¨® al anunciarlo a la prensa: ¡°El ¨²nico ¨¢ngulo interesante que encontrar¨¦is es que, despu¨¦s de seis a?os de grandes desaf¨ªos, soy humana. Los pol¨ªticos son humanos. Damos todo lo que podemos, durante el tiempo que podemos, y hasta que llega el momento. Y para m¨ª, es el momento¡±.
La noticia de la partida de Ardern ha recibido una respuesta mixta, con algunas voces que recuerdan su descenso en popularidad. La mayor¨ªa, sin embargo, ha elogiado la agudeza y valent¨ªa de saber cu¨¢ndo retirarse y su renuncia ¨Ccomunicada de una manera tan cercana¨C tan desprovista de drama y tan asertiva, se est¨¢ entendiendo como un recordatorio de que, a veces, lo mejor es dejarlo y tomar otro camino.
La elecci¨®n de Ardern en 2017 a la edad de 37 a?os la convirti¨® en la jefa de gobierno m¨¢s joven del mundo en ese momento, con un mandato de cinco a?os y medio en el que ha tenido que lidiar con los ataques de Christchurch, la pandemia de la Covid-19 y la erupci¨®n del Whakaari. Tambi¨¦n se convirti¨® en la segunda l¨ªder mundial en dar a luz mientras ocupaba el cargo, despu¨¦s de la asesinada Benazir Bhutto de Pakist¨¢n en 1990, al dar la bienvenida a su hija, Neve Te Aroha, en 2018. Poco despu¨¦s protagoniz¨® otro momento hist¨®rico al llevar a su beb¨¦ de tres meses a una Asamblea General de las Naciones Unidas, lo que puso en la conversaci¨®n la conciliaci¨®n por la maternidad y c¨®mo esta afecta a la vida laboral de las mujeres. Ahora, la manera en que se ha percibido su renuncia al cargo pone de manifiesto que algo est¨¢ cambiando. Est¨¢ en nuestra cultura entender la dimisi¨®n de un pol¨ªtico o un alto cargo como un fracaso o un acto de derrota, y en algunos casos, puede serlo (v¨¦ase a Boris Johnson o Liz Truss). Pero la decisi¨®n de Ardern parece un movimiento bien pensado y razonado, que necesariamente implica una evaluaci¨®n de su papel y de si se siente con la capacidad para seguir cumpli¨¦ndolo.
¡°He conocido a muchos profesionales con cargos de alta direcci¨®n, tanto en el mundo de la pol¨ªtica como fuera de ella, que en alg¨²n momento de su carrera profesional han tenido que enfrentarse con este gran dilema: ?Deber¨ªa dimitir?¡±, cuenta a SModa Mar¨ªa Luz Pomares, psic¨®loga organizacional con amplia experiencia en personas en situaci¨®n de tr¨¢nsito de la carrera profesional. Todos ellos, explica, buscan la respuesta a preguntas como si tienen motivos suficientes para dejarlo, cu¨¢ndo deber¨ªan hacerlo, c¨®mo dar el paso, ad¨®nde ir¨¢n despu¨¦s si lo hacen y c¨®mo impactar¨¢ eso en su trayectoria profesional. Pero, seg¨²n esta experta, la gran pregunta a la que m¨¢s vueltas le dan es: ¡°?Hay otra salida y podr¨ªa no dimitir?¡±
Todas estas cuestiones pueden resultar abrumadoras puesto que tomar la decisi¨®n correcta y salir fortalecidos ¡°es la gran cuesti¨®n y todo va a depender de c¨®mo interpretamos las se?ales de que ha llegado el momento de dimitir y, sobre todo, c¨®mo vamos a afrontar la adversidad¡±, explica Mar¨ªa Luz Pomares desde su experiencia como psic¨®loga organizacional. ¡°Los grandes dilemas de los perfiles directivos y m¨¢s a¨²n en el sector p¨²blico y pol¨ªtico pasan por una tormenta de ideas donde la mayor¨ªa de las veces la actitud de escape o evitaci¨®n no es admisible a los ojos de la imagen p¨²blica.?Para la clase pol¨ªtica renunciar no es generalmente una opci¨®n, pues ser¨ªa sin¨®nimo de dejarse vencer¡±.
Ah¨ª radica el impacto de la decisi¨®n de Ardern: a pesar de concebir la renuncia como un fallo, su movimiento parece bien pensado, razonado y consciente. La psic¨®loga Mar¨ªa Luz Pomares advierte de que ¡°estamos condicionados a ver una renuncia laboral como un fallo, y no como una posible soluci¨®n a un gran dilema. Se comenta con mucha frecuencia que dejar el puesto de trabajo ser¨ªa una huida. No obstante, seg¨²n mi experiencia, si se analizan las causas y queremos vivir felices,?podremos llegar a otro destino donde no nos sintamos vulnerables y podamos afrontar la adversidad de modo que no tenga un coste tan elevado para nosotros como perder la salud, la familia y destruir nuestro entorno. Saber cu¨¢ndo es el momento de dejarlo forma parte de la responsabilidad de cada profesional y hay que anticiparse a las se?ales para no llegar al s¨ªndrome del trabajador quemado¡±.
¡°Es responsabilidad de cada uno el poder plantearse nuevas metas para seguir siendo feliz. Todos necesitamos fuerza para cambiar el mundo, pero no hasta el punto de desfallecer¡±, a?ade Pomares. De ah¨ª que ser honestos y afrontar lo que nos est¨¢ sucediendo de forma realista (cuando la necesidad de renunciar es ya evidente) ¡°es un acto de coraje, valent¨ªa y responsabilidad para uno mismo y para los dem¨¢s¡±.
Aquellos que no consiguen dar el paso comparten temores. ¡°La incertidumbre juega un papel importante y es la causa principal para no conseguir ceder el testigo. Dejar ir supone eliminar muchos obst¨¢culos. Aparecen resistencias al cambio, miedo a lo que nos deparar¨¢ el futuro, aparecen los sentimientos y emociones negativas, aparecen emociones como el sufrimiento que requiere gestionar una p¨¦rdida, aparecen nuevos escenarios que debemos afrontar como perder la compa?¨ªa de las personas que nos rodean en el entorno del actual trabajo. Dejar ir requiere de mucho coraje, asumir la situaci¨®n y ser conscientes de los dem¨¢s¡±, observa esta experta. Y reconoce que todo proceso de ¡°dejar ir lleva asociadas unas p¨¦rdidas, pero tambi¨¦n nuevas ganancias y el papel fundamental de las personas que acompa?amos a estos profesionales es trabajar los sentimientos positivos y el proceso de toma de decisiones para realizar una correcta transici¨®n lo m¨¢s favorable posibles para todos.¡±
White Water Group es una organizaci¨®n estadounidense formada por psic¨®logos y analistas de mercado que ha detectado en algunas de sus investigaciones (como se puede leer en este art¨ªculo) que las mujeres se quedan en algunos puestos de trabajo m¨¢s tiempo del que deber¨ªan debido a una lealtad equivocada, cuando su razonamiento deber¨ªa ser si ese trabajo les compensa o no, sopesar la respuesta, y en algunos casos, dejar su cargo y cambiar. Sin embargo, algo parece estar cambiando. Algunos estudios han detectado que la Gran Dimisi¨®n estadounidense (esa que en pocos meses hizo que desde 2020 hasta ahora m¨¢s de 46 millones de personas dejaran su empleo voluntariamente en el pa¨ªs) fue femenina: fueron las mujeres las que dijeron ¡°dimito¡± seg¨²n McKinsey & Company y LeanIn.org en su informe 2020 Women in the Workplace, por encima de los hombres, algo que confirmaron tambi¨¦n los datos del proveedor de n¨®minas Gusto, que atiende a peque?as y medianas empresas. El pico de esta brecha de g¨¦nero lleg¨® en el mes de agosto de 2020, con una tasa de abandono de las mujeres 1,1 puntos porcentuales m¨¢s alta que la de los hombres. Los motivos se reflejan en m¨¢s estudios: las mujeres han soportado la peor parte de esas responsabilidades durante la pandemia de la Covid-19, pasando 20 horas a la semana en el cuidado y las tareas dom¨¦sticas, seg¨²n concluyeron McKinsey & Company y LeanIn.org en su informe.
Otro estudio realizado por el Instituto Europeo para la Igualdad de G¨¦nero cuenta una historia similar con respecto a la flexibilidad en las horas de trabajo, el equilibrio entre la vida laboral y personal, y el impacto que esto tiene en mantener a las mujeres en la fuerza laboral: descubri¨® que durante la pandemia las mujeres de toda la UE realizaban 36 horas de trabajo de cuidados no remunerado cada semana, lo que equivale a casi 2000 horas al a?o. Esto, sumado a la evidencia acumulada en los ¨²ltimos a?os sobre c¨®mo se percibe el potencial femenino frente al masculino en el ¨¢mbito del trabajo (la conclusi¨®n es que a ellas se les impon¨ªan est¨¢ndares mucho m¨¢s altos y, en general, se pasaba por alto su potencial de liderazgo, dio pie a tanta insatisfacci¨®n y dimisiones.
Los expertos apuntan a que el hecho de que puedas quedarte en tu puesto no significa que debas hacerlo. Dejarlo antes de acabar quemado t¨² mismo, o de quemar posibles puentes a otras oportunidades, m¨¢s a¨²n mientras todav¨ªa queda una larga vida laboral por delante, puede permitir un mejor crecimiento tanto en la carrera como en lo personal. Para muchos profesionales ¡°la pandemia ha provocado un cambio en sus prioridades y han realizado una nueva evaluaci¨®n y enfoque de los valores priorizando la salud y familia por encima del trabajo¡±, observa Mar¨ªa Luz Pomares. Para muchos, dice, el trabajo ya no est¨¢ en primera posici¨®n: ¡°existe un nuevo enfoque sobre la felicidad y eval¨²an de forma diferente lo que realmente importa¡±.
Las diferentes Gu¨ªas del Mercado Laboral de 2022 en Espa?a se?alan que m¨¢s del 50% de las personas empleadas cambiar¨ªa de trabajo si tuviera opciones interesantes y apunta que m¨¢s de un 50% est¨¢ buscando un cambio de forma activa. Teniendo en cuenta que el mercado laboral no es lo suficientemente bueno como para cambiar de trabajo a la ligera, la versi¨®n espa?ola de La Gran Dimisi¨®n podr¨ªamos llamarla ¡°La Gran Decepci¨®n¡±: quiz¨¢ detectar¨ªamos mejor el momento de dimitir pero de momento nos vemos atrapados en la situaci¨®n de tener que desarrollar herramientas para sobrevivir a un trabajo que no nos gusta. Seg¨²n Mar¨ªa Luz Pomares, ¡°los profesionales buscan su bienestar emocional. Si no lo encuentran se marchan [o al menos lo desean], generalmente motivados por mal ambiente de trabajo, falta de posibilidad de crecimiento, no ofrecer suficiente autonom¨ªa, falta de reconocimiento y por ello se genera falta de compromiso y no sentir que la compa?¨ªa se preocupa por ellos¡±. En definitiva, por estar en una posici¨®n que no es motivadora. Hay ¡°un cambio de mentalidad y existe una voluntad de hacer las cosas de otra manera. Humanizar las organizaciones es clave y objetivo principal para muchas empresas tanto p¨²blicas como privadas¡±, asegura, y aquellas empresas que deseen fidelizar el talento deben emplear nuevas f¨®rmulas: ¡°Jornadas de cuatro d¨ªas, flexibilidad y conciliaci¨®n, teletrabajo, estilo de liderazgo que favorezca el crecimiento profesional y bienestar de los profesionales y proporcionar un buen ambiente de trabajo¡±.
Suele decirse que los grandes l¨ªderes saben cu¨¢ndo es hora de pasar la batuta pero si Ardern renuncia es, tambi¨¦n, porque puede. Como beneficiaria de las s¨®lidas pol¨ªticas de Nueva Zelanda en torno al cuidado de los ni?os, el paro y la igualdad de g¨¦nero, cuenta con un apoyo estructural que le ayuda a poder ceder su cargo cuando ella lo decide. Arden ha hecho, adem¨¢s algo que muy pocas profesionales que son madres tienen oportunidad de hacer: abogar por su bienestar. El discurso de Ardern ven¨ªa a decir que alejarse de un cargo de responsabilidad no es ninguna tragedia y que, de hecho, a veces puede ser una necesidad. El paso de dejarlo puede ser empoderador y puede permitirnos recuperar control, evaluar nuestras vidas de una manera m¨¢s completa y hacer un cambio positivo, ya sea pasando m¨¢s tiempo con la familia (como planea hacer ella), centr¨¢ndonos en nuestro propio bienestar o aprendiendo a ponernos a nosotros mismos en primer lugar. Si una primera ministra puede decir abiertamente (sin disculparse, sin verg¨¹enza y sin dramas) que no tiene ¡°ning¨²n plan¡± ni ¡°pr¨®ximos pasos¡± hace pensar que el salto podr¨ªa no ser tan aterrador. Y muestra algo m¨¢s: que puedes ser el tipo de jefe que quieras ser, incluido uno que sabe cu¨¢ndo es el momento de irse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.