?Y si no tuvi¨¦ramos que planchar?
Tejidos inarrugables, poli¨¦ster que imita la seda y hasta cremalleras magn¨¦ticas hacen que seguir la moda sea mucho m¨¢s sencillo.
Es el gran anhelo de la sociedad civilizada: una victoria definitiva en la guerra contra las arrugas de la ropa. Bien es cierto que en los 80 Adolfo Dom¨ªnguez nos la intent¨® colar con aquello de que ¡°la arruga es bella¡± y desde entonces cada temporada hay alguna firma que reivindica los tejidos arrugados o de planchado relajado, sobre todo para el verano. Pero las arrugas siguen ah¨ª y eliminarlas suponen un enorme esfuerzo en tiempo de planchado y energ¨ªa el¨¦ctrica consumida.
Los laboratorios de ingenier¨ªa textil afilan sus investigaciones para lograr fibras indeformables o, al menos, tan el¨¢sticas que retornan a su forma original en? cuanto secan. Las marcas deportivas suelen ser las primeras en aplicar estas t¨¦cnicas ya que sus productos se confeccionan en materiales sint¨¦ticos de secado r¨¢pido, evaporaci¨®n del sudor (el Dri-Fit de Nike o el Clima Cool de Adidas), adaptabilidad al cuerpo humano¡ Un paso m¨¢s all¨¢ es lograr estas cualidades en tejidos naturales como algod¨®n o lino y con acabados elegantes listos para ser vestidos en la calle.
Prototipo de cremallera magn¨¦tica elaborada en un taller del centro interdisciplinar V2 de Rotterdam.
D.R.
En Espa?a el pionero en estos estudios es el AITEX (Textile Industry Research Association), una de cuyas l¨ªneas de trabajo son los acabados antiarrugas. Tienen claro el enemigo a derribar: los pol¨ªmeros de celulosa, la materia natural que conforma las fibras del lino o el algod¨®n y que posee una irreductible man¨ªa por deformarse y ¡°una defectuosa recuperaci¨®n del arrugado a causa de su hinchado en presencia de humedad¡±. Para atenuar estos desmanes que obligan casi siempre a dar un planchado a las prendas sus ingenieros investigan en la utilizaci¨®n de diversos tratamientos de resinas resistentes a las arrugas as¨ª como ¡°otros productos de acabado textil que afectan a las propiedades est¨¦ticas, el tacto y el uso de esos tejidos como hacerlos inencogibles, el wash and wear, easy care, planchado f¨¢cil o antipilling¡±. Pero al ser qu¨ªmicos desatan las alarmas sobre su salubridad. ¡°Por supuesto estos productos de acabado¡±, aseguran desde el AITEX, ¡±deben cumplir con los m¨¢s estrictos est¨¢ndares de calidad y seguridad sobre todo en cuanto al contenido de formaldeh¨ªdo libre¡±. Algunos de esos acabados son tendencia este invierno, como los pantalones o cazadoras con efecto engomado o encerado.
Otro de los grandes centros de investigaci¨®n textil es el IFTH (Instituf Fran?ais de Techniques de l¡¯ Habillement et du Textile) de Lyon, una de cuyas l¨ªneas de trabajo son los textiles a prueba de rasgaduras, vital para los uniformes de trabajadores de alto riesgo como bomberos pero que aplicados a la moda de calle nos evitar¨ªa m¨¢s de un sofoc¨®n al ver c¨®mo le sale un siete a nuestra camisa favorita.
En el CenTexBel (Belgian Textile Research Centre) se trabaja en fibras que puedan alojar micropart¨ªculas de perfume que despliegue fragancias regularmente por toda la prenda y no solo donde el escote (adi¨®s a esa m¨¢xima que dice que una mujer debe aplicarse perfume all¨¢ donde desea ser besada). Otros laboratorios o, simplemente, investigadores individuales se centran en los materiales con memoria de forma (SMP, siglas de su denominaci¨®n en ingl¨¦s shape memory polymers): tejidos que se pliegan o abren seg¨²n var¨ªa la temperatura), una t¨¦cnica que Parajumpers ya aplica en sus abrigos. O en los textiles donde una nanotecnolog¨ªa hace que las fibras se dispongan de tal manera que repelen la suciedad o el agua de lluvia. La casa Aspesi lleva a?os aplicando acabados repelentes al agua a algunos de sus abrigos as¨ª el Thermore, un tejido muy ligero pero capaz de mantener el calor del cuerpo que convierte sus blazers de nylon en el perfecto aliado de quienes buscan mantener el fr¨ªo a raya pero odian la ropa pesada.
Hay hasta cremalleras magn¨¦ticas para olvidarse del terror a que un diente d¨ªscolo arruine una cremallera justo cuando vamos a cerr¨¢rnosla. Si la cremallera de aquel c¨¦lebre alta costura de Dior que Pen¨¦lope Cruz deb¨ªa haber lucido en los Oscars de 2007 no hubiera fallado la de Alcobendas no se habr¨ªa decantado por el m¨ªtico Versace que la encumbr¨® a la cima de las mejor vestidas. Aunque si hab¨ªa cremallera o no es ya otra leyenda¡
La tecnolog¨ªa est¨¢ ah¨ª. Solo hace falta que los dise?adores est¨¦n dispuestos a aplicar algo que nos facilitar¨ªa mucho la vida a las usuarias pero que tambi¨¦n prologar¨ªa la vida ¨²til de la ropa (menos lavados y menos planchados suponen menos deterioro a la larga). Y ropa m¨¢s duradera puede implicar comprar menos. Aunque vista la vor¨¢gine de la maquinaria de la moda es dudoso que una fashion victim est¨¦ dispuesta a pasear varias temporadas con la misma blusa aunque est¨¦ intacta, no haya que plancharla y le haga la cobra a las manchas.
Juanjo G¨®mez Garc¨ªa, director creativo de Yono Taola, profesor en el Istituto Europeo di Design de Madrid (IED) reconoce su fascinaci¨®n por estos textiles t¨¦cnicos. ¡°Existen casas como la suiza Sch?ller especializada en tejidos propiamente t¨¦cnicos que repelen el agua, la suciedad o desplazan el sudor al exterior pero hay empresas japonesas como Komatsu Seiren que pisan fuerte a la hora de crear tejidos de poli¨¦ster con un incre¨ªble tacto de seda pero sin las limitaciones del tejido natural que se puede aplicar tanto al pr¨ºt-¨¤-porter como a la alta costura. Sin ir m¨¢s lejos Lanvin es una de las firmas que suele recurrir a este tipo de tejidos¡±. El dise?ador Mois¨¦s Nieto confiesa incluir habitualmente tejidos t¨¦cnicos en sus colecciones para crear vol¨²menes. ¡°En la colecci¨®n de este invierno hay looks que combinan tops de organza con tul de seda con faldas que llevan neopreno. El neopreno lo usamos mucho para forrar tejidos. Por ejemplo, una seda estampada que de esa manera adquiere un cuerpo y una ca¨ªda imposible de conseguir de otra manera. Adem¨¢s permite cortar los bajos sin que se deshilachen¡±. Una ventaja adicional para las mujeres bajitas que necesitan obligatoriamente subirse el bajo.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.