Bush presenta un nuevo plan sobre bosques que equipara la rentabilidad econ¨®mica a la ecolog¨ªa
Los ecologistas denuncian que el proyecto solo protege los intereses de las empresas madereras
La Administraci¨®n Bush ha revelado hoy un plan para "simplificar" la normativa sobre bosques que equiparar¨¢ el objetivo de "sostenibilidad ecol¨®gica", prioritario seg¨²n la anterior legislaci¨®n aprobada por Bill Clinton en 2000, al de rentabilidad econ¨®mica. Los grupos ecologistas han asegurado ya que el proyecto solo favorece la tala de ¨¢rboles y protege los intereses de las empresas madereras.
El plan, seg¨²n el documento preparado por el Servicio Forestal del Departamento de Agricultura, da m¨¢s control a los administradores locales sobre el uso comercial y recreativo de los 78 millones de hect¨¢reas de bosques nacionales, una extensi¨®n que es vez y media la superficie de Espa?a.
Ahorro del 30%
Los administradores locales no tendr¨¢n ahora que incluir estudios de impacto ambiental cuando elaboran los planes forestales. Esta medida y otros cambios introducidos por las nuevas normas ahorrar¨¢n un 30% de los gastos previstos si se aplicase la normativa de 2000, seg¨²n el Servicio Forestal.
Seg¨²n Sally Collins, Directora Adjunta del Servicio Forestal, ese dinero puede ser usado para "prevenci¨®n contra incendios, recuperaci¨®n de cuencas acu¨ªferas y mantenimiento de instalaciones recreativas".
Sin embargo, los defensores del medio ambiente denuncian que el nuevo plan s¨®lo reduce la influencia de los bi¨®logos y del p¨²blico en los planes forestales. Las nuevas normas "dejan al p¨²blico fuera del proceso de decidir c¨®mo se usan los bosques", ha afirmado Allen Mattison, portavoz del grupo de medio ambiente Sierra Club.
La excusa de los incendios
Este verano el presidente de EE UU ya desat¨® las iras de parte de la oposici¨®n dem¨®crata y de los grupos ecologistas cuando anunci¨® que pretend¨ªa flexibilizar las leyes de 1970 sobre Protecci¨®n del Medio Ambiente que limitan la tala de ¨¢rboles a lo estrictamente necesario.
El curioso argumento esgrimido entonces por Bush fue que facilitar la tala y la comercializaci¨®n de la madera cortada podr¨ªa evitar incendios tan desvastadores como los que este verano han asolado el pa¨ªs.
Entonces, como ahora, sus detractores se?alaron r¨¢pidamente a la que para ellos ser¨ªa la ¨²nica beneficiaria de tan dr¨¢stica medida: la industria maderera.
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