Crick pone a prueba su teor¨ªa del alma humana
El cient¨ªfico Francis Crick, codescubridor de la estructura del ADN, muere a los 88 a?os en San Diego
Francis Crick, que pasar¨¢ a la historia de la ciencia por descubrir, junto a James D. Watson, la doble h¨¦lice del ADN, ha muerto con 88 a?os a causa de un c¨¢ncer de col¨®n en el hospital Thornton de San Diego, seg¨²n ha informado hoy su familia. El cient¨ªfico brit¨¢nico, premio Nobel por desvelar la estructura de la mol¨¦cula de la vida, se hab¨ªa centrado en los ¨²ltimos a?os en el estudio de la mente: quer¨ªa descubrir los mecanismos biol¨®gicos de la conciencia. Crick estaba seguro de que, de conseguirlo, acabar¨ªa con la creencia en el m¨¢s all¨¢, y atar¨ªa para siempre el alma al cuerpo.
Watson y Crick descubrieron hace medio siglo que el ADN tiene la forma de una escalera de mano, en la que cada pelda?o est¨¢ formado por dos compuestos qu¨ªmicos denominados bases. Existen cuatro tipos de base, que se conocen como A, T, G y C. Consciente de que estaba al borde de un descubrimiento que cambiar¨ªa el conocimiento humano para siempre, y que de paso le reportar¨ªa sin duda el Premio Nobel —como as¨ª fue, en 1962—, Watson trasteaba una ma?ana de s¨¢bado —en concreto, el 28 de febrero de 1953— en su laboratorio de Cambridge con un modelo de cart¨®n formado por esas cuatro piezas cuando de pronto lo vio: A siempre se junta con T, y G lo hace siempre con C. As¨ª, cuando la escalera se separa en dos, cada mitad puede reconstruir la otra. Esta estructura, la denominada doble h¨¦lice, permite a los genes sacar copias de s¨ª mismos, a las c¨¦lulas duplicarse, y a las personas reproducirse.
"Pens¨¦ inmediatamente que aquello era demasiado bueno para no ser cierto. La doble h¨¦lice era algo tan importante, tan simple y tan... tan bonito que no merec¨ªa ser un error. Francis [Crick] fue a casa esa noche y le dijo a su mujer, Odile, que hab¨ªamos hecho un descubrimiento capital, pero ella no le hizo ni caso porque ¨¦l ya hab¨ªa llegado diciendo lo mismo muchas otras noches", declar¨® Watson el a?o pasado en una entrevista concedida a EL PA?S.
Luego Crick deducir¨ªa la naturaleza del c¨®digo gen¨¦tico (la clave que permite el salto del ADN, formado por bases, a las prote¨ªnas, formadas por amino¨¢cidos), y cerrar¨ªa para siempre esta etapa de su carrera cient¨ªfica. ?Qu¨¦ reto pod¨ªa estar a la altura del que fue posiblemente uno de los grandes descubrimientos del siglo XX? El funcionamiento —biol¨®gico— de la mente. As¨ª que ya en los a?os setenta se volc¨® en la neurobiolog¨ªa, campo en el que, por desgracia, no lleg¨® a descubrir la doble h¨¦lice, seg¨²n lo ha descrito el propio Watson —entregado al Proyecto Genoma Humano—.
Crick (1916, Northampton, Reino Unido) se mud¨® a California en 1976; all¨ª dirig¨ªa el Centro Kieckhefer de Biolog¨ªa Te¨®rica, perteneciente al prestigioso Salk Institute, y comenz¨® a buscar el mecanismo biol¨®gico de la conciencia humana. En su libro La b¨²squeda cient¨ªfica del alma (1994), Crick asegura: "Usted, sus placeres y sus penas, sus recuerdos y sus ambiciones, su sentimiento de identidad personal y de libre voluntad, no son de hecho m¨¢s que el comportamiento de un enorme conjunto de c¨¦lulas nerviosas y de las mol¨¦culas que ¨¦stas llevan asociadas".
Crick dedic¨® los ¨²ltimos 30 a?os de su vida a hallar "los correlatos neuronales de la conciencia", es decir, los procesos que tienen lugar en el cerebro y que nos hacen humanos. Tras la incredulidad inicial de la comunidad cient¨ªfica, "ahora todo el mundo acepta que en el cerebro se dan procesos sistem¨¢ticos que deben de estar relacionados con la conciencia", se?ala Crick. El cient¨ªfico brit¨¢nico estaba convencido de que la conciencia no es un trabajo colectivo del cerebro, sino la misi¨®n de unas cuantas neuronas, apenas unas decenas de miles, o incluso unos millares entre los 50.000 millones que tiene cada persona.
"La idea que tenemos de nosotros como personas es tan err¨®nea como la idea de que el Sol gira alrededor de la Tierra", se?al¨®, y por tanto esta concepci¨®n "desaparecer¨¢ dentro de pocos cientos de a?os". As¨ª, "los instruidos creer¨¢n que no hay un alma independiente del cuerpo, y por consiguiente, que no hay vida despu¨¦s de la muerte". Ahora Crick ya tiene la prueba definitiva de que esta ¨²ltima afirmaci¨®n es cierta. O de que no lo es, qui¨¦n sabe.
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