"Cuando vi mi nueva cara, supe que era yo"

"Cuando vi mi nueva cara, supe de una vez que era yo". Estas son las palabras de la primera mujer, una francesa de 38 a?os, que se ha sometido a un trasplante facial. La paciente, cuya identidad no ha sido divulgada, se someti¨® a esta pionera intervenci¨®n para intentar reconstruir su rostro desfigurado por el ataque de un perro.

Los cirujanos que realizaron la operaci¨®n el mes pasado le trasplantaron la nariz, barbilla y labios de una donante que estaba en estado vegetativo, informa el diario brit¨¢nico Daily Mail.

Las declaraciones de esta mujer muestran su asombro ante el resultado logrado: "Fue incre¨ªble ver una nariz y una barbilla en mi cara una vez m¨¢s". Ahora se recupera de la operaci¨®n en un hospital de Ly¨®n, en Francia.

Sin embargo, a¨²n no puede sentir su cara porque los nervios no est¨¢n funcionando adecuadamente. Pese a este contratiempo los m¨¦dicos esperan que tenga sensibilidad en todo el rostro en un per¨ªodo de entre seis meses y un a?o.

Antes tendr¨¢ que salir del hospital, lo que le provoca "mucho miedo" y ser reconocida como la mujer que se someti¨® a un transplante de rostro, seg¨²n el rotativo.

"No me arrepiento de nada"

"S¨®lo quiero vivir una vida normal, sin que me est¨¦n mirando todo el tiempo", a?ade. "Todav¨ªa es demasiado pronto para pensar en el futuro. Pero no me arrepiento de nada. Si me preguntaran de nuevo, lo har¨ªa otra vez".

Este caso ha suscitado, no s¨®lo en Francia, un debate ¨¦tico sobre la idoneidad de la operaci¨®n, sobre todo por el estado mental de la mujer anterior a la intervenci¨®n. Al respecto, el peri¨®dico Sunday Times inform¨® de que la mujer hab¨ªa tratado de suicidarse antes de que el perro la atacara. Sin embargo, el cirujano que hizo el trasplante, el doctor Jean-Michel Dubernard, ha reiterado que eso no es cierto. Dubernard se hizo mundialmente famoso al trasplantar una mano en 1998 en Ly¨®n.

Equipos de pa¨ªses como Reino Unido y Estados Unidos llevan meses intentando intervenciones similares, pero las autoridades sanitarias las han frenado alegando los posibles problemas psicol¨®gicos que pueda sufrir el paciente.