La ¨²ltima misi¨®n de Smart-1
Astr¨®nomos de todo el mundo observan c¨®mo se estrella en la Luna la sonda europea tras el fin de su cometido
Agotado su combustible, la sonda Smart-1 ha terminado hoy sus d¨ªas estrell¨¢ndose contra la superficie del sat¨¦lite que estudiaba desde hace tres a?os, la Luna. No ha sido un fallo sino de un impacto final controlado con el que la Agencia Espacial Europea (ESA) ha concluido su primera misi¨®n al cuerpo celeste. Y el final resultado, igual que la misi¨®n, todo un ¨¦xito. La colisi¨®n, que s¨®lo ha sido visible en EE UU y en el Pac¨ªfico, ha dejado como recuerdo un cr¨¢ter de entre cinco y diez metros de di¨¢metro y un metro de profundidad. Con esta misi¨®n, que ha costado 110 millones de euros (140 millones de d¨®lares), la ESA ha indagado en el desconocido origen de este sat¨¦lite y ha probado nuevas tecnolog¨ªas.
El sat¨¦lite espacial ha comenzado a caer a una altitud de menos de 300 kil¨®metros de la Luna y a una velocidad de dos kil¨®metros por segundo. Seg¨²n ha informado la ESA en el centro de control de operaciones en Darmstadt, al oeste de Alemania, la peque?a nave de un metro c¨²bico se ha estrellado en la Luna, tal y como estaba programado, a las 7.41 horas hora peninsular espa?ola, poco despu¨¦s de haber tomado las ¨²ltimas im¨¢genes de la superficie del sat¨¦lite. El impacto se ha producido a dos kil¨®metros por segundo en una planicie volc¨¢nica llamada Lago de la Excelencia, en el hemisferio sur de la cara visible del sat¨¦lite -coordenadas lunares de 36,44 grados sur y 46,25 grados oeste-.
En una acci¨®n cient¨ªfica ¨²nica, numerosos observatorios, entre ellos los espa?oles de Calar Alto (Almer¨ªa) y el Optical Ground Station de la ESA en Tenerife, han captado desde la Tierra de forma coordinada las im¨¢genes del impacto y la nube de polvo y escombros resultante. Analizar la reflexi¨®n del polvo con el sol permitir¨¢ determinar qu¨¦ materiales y minerales hay en la regi¨®n del sat¨¦lite de la Tierra elegida para el suicidio de la nave y as¨ª poder descifrar su origen y formaci¨®n. Los expertos de la ESA han retrasado el impacto, previsto inicialmente para el 17 de agosto en la parte no visible de la Luna, y han ejecutado varias maniobras para permitir que se produjera en la cara visible y que los astr¨®nomos pudieran ver el choque.
Con 50 litros de carburante
Antes de que concluyera la misi¨®n, la ESA festejaba ya el logro de la meta principal: recabar datos sobre la superficie lunar y probar un nuevo motor dise?ado para impulsar naves espaciales. Se trata de un motor de iones que espera emplear en misiones interplanetarias del futuro, como la misi¨®n Beppi Colombo a Mercurio, conjunta con la agencia espacial japonesa y cuyo lanzamiento est¨¢ programado para 2013. En lugar de quemar combustible para cohetes, el motor PPS-1350, de la firma aeroespacial francesa Snecma, genera un flujo de ¨¢tomos cargados el¨¦ctricamente llamados iones.
Esto crea cantidades min¨²sculas de propulsi¨®n, apenas lo suficiente como para sostener una tarjeta postal en el aire. Con ese impulso peque?o y constante, Smart-1(siglas de Small Missions for Advanced Research in Technology - Misiones Peque?as para la Investigaci¨®n Avanzada de Tecnolog¨ªa) fue lanzada en septiembre de 2003, lleg¨® a la Luna en 14 meses, acelerando gradualmente y elevando su ¨®rbita alrededor de la Tierra hasta que fue lo suficientemente alta como para ser atra¨ªda por la gravedad lunar.
Smart-1 fue puesta en ¨®rbita empleando un cohete Ariane-5 lanzado desde Kourou (Guyana Francesa), el 27 de septiembre de 2003. En comparaci¨®n, la primera misi¨®n tripulada a la Luna, el Apolo XI, tard¨® 76 horas en alcanzar la ¨®rbita lunar en 1969. La nave ha recorrido cien millones de kil¨®metros consumiendo s¨®lo 50 litros de carburante, gracias al ahorro que permite este motor de propulsi¨®n i¨®nica.
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