Elisabeth planeaba marcharse de casa cuando su padre la encerr¨® en el s¨®tano

Cuando Josef Fritzl encerr¨® a su hija en el s¨®tano de su vivienda en la localidad autriaca de Amstetten, Elisabeth, que ten¨ªa entonces 18 a?os, planeaba abandonar el hogar paterno y buscar un trabajo que le diera independencia econ¨®mica. Es lo que revelan tres cartas que Elisabeth envi¨® a un amigo en 1984, a?o en el que fue secuestrada, publicadas hoy por el diario sensacionalista austriaco ?sterreich. El semanario austriaco News cuenta, por su parte, que Fritzl ten¨ªa "adicci¨®n" al incesto, seg¨²n lo que el acusado, de 73 a?os, habr¨ªa reconocido a su abogado, Rudolf Mayer. "Mi deseo de mantener relaciones con Elisabeth era cada vez m¨¢s fuerte", habr¨ªa admitido Fritzl. "Yo sab¨ªa que ella no quer¨ªa que le hiciera esto. Sab¨ªa que le estaba haciendo da?o. Pero era como una adicc¨ª¨®n. Quer¨ªa tener hijos con Elisabeth", relat¨®.

"Despu¨¦s del examen (..) me voy a vivir con mi hermana y su amigo. (..) Ellos no pueden pagar solos el apartamento. Yo me lo puedo permitir. Tengo dos habitaciones para mi sola y s¨®lo pago 1.200 (chelines; unos 87 euros)", escribi¨® Elisabeth el 9 de mayo de 1984.

Unas semanas m¨¢s tarde, cuenta sus planes de ir a buscar trabajo a la localidad de Traun, tras haber visto varios anuncios en prensa. "El lunes voy a Traun. Cog¨ª del diario todas las ofertas y ahora tengo que verlas una a una. Ojal¨¢ encuentre lo adecuado. ?Des¨¦ame suerte!", le dice a su amigo en una segunda carta, donde le comenta que "podr¨ªa trabajar como asistente de dentista" o tambi¨¦n como "ayudante de cocina" en un restaurante.

Las misivas muestran a Elisabeth como una chica normal, a la que le gustaba salir con sus amigos y hermanos. "Yo tengo seis hermanos, cuatro chicas y dos varones. Mi hermano Harald, de 21 a?os, es a quien m¨¢s quiero. Siempre estoy con ¨¦l. S¨®lo que ahora est¨¢ en el servicio militar hasta octubre", escribe en la segunda carta.

"Me gusta so?ar sin hacer nada"

Tambi¨¦n en la tercera misiva, escrita el 3 de agosto de 1984 -s¨®lo tres semanas antes de que empezara su penoso cautiverio de 24 a?os impuesto por su padre- vuelve a expresar su cari?o por su hermano Harald. "De mi hermano, que tiene 21 a?os, estoy muy orgullosa. Conozco sus problemas y ¨¦l los m¨ªos. Nunca permitir¨ªa que le pasara nada. ?T¨² tambi¨¦n te entiendes con tus hermanos? Espero que s¨ª", dice Elisabeth en esos escritos que firmaba como Sisi, el apodo que tambi¨¦n ten¨ªa la famosa emperatriz austriaca de igual nombre, esposa del emperador Francisco Jos¨¦.

"En realidad estoy bien. A veces tengo todav¨ªa alg¨²n que otro dolor", cuenta al referirse, al parecer, a su estado de salud tras una enfermedad.

Las cartas est¨¢n plagadas de menciones a sus salidas de fin de semana con sus amigos y hermanos y a otras diversiones en su tiempo libre. "Voy a nadar, a jugar al tenis y tambi¨¦n al f¨²tbol. Me gusta escuchar m¨²sica y so?ar sin hacer nada. Aunque si la vida s¨®lo fueran sue?os, no s¨¦... Y luego no debo olvidar salir por ah¨ª. En realidad, es lo que m¨¢s me gusta", se?ala una joven Elisabeth ignorante del infierno que se le ven¨ªa encima y del que no saldr¨ªa hasta cumplir 42 a?os.

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