Una influencia silenciada
Una exposici¨®n en Belgrado saca del olvido a la primera esposa de Einstein y trata de establecer su verdadera contribuci¨®n a la obra del f¨ªsico alem¨¢n
"Somos Einstein" ("Somos una piedra", en alem¨¢n) es lo que sol¨ªa responder la f¨ªsica serbia Mileva Maric (1875-1948), la primera esposa de Albert Einstein, cuando se le preguntaba por qu¨¦ no firmaba art¨ªculos cient¨ªficos junto a su esposo. Y Somos Einstein es el t¨ªtulo de una exposici¨®n que puede verse en Belgrado con motivo del 60 aniversario de la muerte de Maric y que busca arrojar algo m¨¢s de luz sobre el aut¨¦ntico papel de esta mujer en el legado del genio, que alumbr¨® sus teor¨ªas m¨¢s c¨¦lebres junto a ella.
Un documental presentado en la muestra, que se prolongar¨¢ hasta finales de mes, cuenta la vida de Maric, que conoci¨® a Einsten en la Polit¨¦cnica de Z¨²rich, donde era la ¨²nica mujer estudiante y una de las pocas del mundo a finales del siglo XIX.
La exposici¨®n se centra en su vida en com¨²n y usa el material del libro Mileva y Albert Einstein, de Djordje Krstic, autor que desde hace varias d¨¦cadas trata de establecer la verdadera contribuci¨®n de la mujer del cient¨ªfico a las cruciales teor¨ªas del siglo pasado.
Los visitantes de la muestra pueden ver el documental en un banquito para dos, similar a uno en el que sol¨ªan sentarse Mileva y Albert en sus a?os de juventud para hablar de amor, de los estudios y de los asuntos que despu¨¦s cambiar¨ªan la ciencia.
En dos paneles de cristal pueden verse fotograf¨ªas y fragmentos de las cartas que muestran el inicio, el desarrollo y el fin de su amor, en una larga relaci¨®n que comenz¨® en 1896.
Ya durante su etapa estudiantil, cuando en tiempos de vacaciones ambos se ausentaban de Z¨²rich para estar con sus familias, intercambiaban cartas cari?osas, en las que Einstein hablaba abiertamente de su trabajo en com¨²n. "?Cu¨¢nta felicidad y orgullo sentir¨¦ cuando juntos terminemos exitosamente nuestro trabajo sobre el movimiento relativo!", dec¨ªa.
Mujeres en la sombra para no competir con sus maridos
En 1905 fueron publicados en la revista especializada Annalen der Physik cinco obras de Einstein, entre ellas la teor¨ªa de la relatividad, que en 1921 le dieron el Premio Nobel de F¨ªsica. Fue en los a?os de su vida conjunta, hasta 1913, cuando nacieron las obras m¨¢s importantes de Einstein, por lo que algunos creen que el papel de su mujer fue significativo, sobre todo en matem¨¢ticas, materia en que brillaba en la facultad. Otros, sin embargo, sostienen que Maric no contribuy¨® en el sentido cient¨ªfico a la obra de Einstein, pero que su importancia fue incontestable en la misma al participar en su desarrollo intelectual y emotivo y por ser la primera persona que comprendi¨® y apoy¨® su genialidad.
Maric vivi¨® a la sombra de su esposo, entregada sin reserva a ¨¦l y la familia, y nunca lleg¨® a terminar los estudios. "Su retirada del mundo de la ciencia es el s¨ªmbolo de aquellas mujeres en las que influyeron una serie de circunstancias sociol¨®gicas, culturales, tradicionales y psicol¨®gicas en la Europa de ese tiempo para que no compitiesen con sus maridos", ha dicho Vedrana Savic, del Ministerio de la Di¨¢spora, organizador de la muestra en Belgrado.
Antes de casarse, en 1903, la pareja tuvo una hija, cuyo destino permaneci¨® en secreto, ya que inmediatamente la dieron en adopci¨®n, y luego tuvieron dos hijos varones, uno de los cuales padec¨ªa una grave enfermedad mental.
Poco a poco, Einstein se fue alejando de su familia. "Mi gran Albert ha llegado a ser un c¨¦lebre f¨ªsico respetado por los expertos que se entusiasman con ¨¦l. Trabaja incansablemente en sus problemas. Puedo decir que s¨®lo vive para eso. Tengo que admitir, no sin verg¨¹enza, que para ¨¦l somos secundarios y poco importantes", escrib¨ªa Mileva a unos amigos. Einstein a su vez admit¨ªa: "Nuestra vida en com¨²n se ha vuelto imposible, hasta deprimente, aunque no s¨¦ decir por qu¨¦".
Su separaci¨®n de Einstein y el matrimonio de ¨¦ste con su segunda esposa, Elsa, afectaron mucho a Maric, que nunca se recuper¨® de ese golpe. Vivi¨® con sus hijos en la pobreza, con el dinero del Nobel que Einstein le dio en cumplimiento del acuerdo de divorcio. Permaneci¨® hasta el ¨²ltimo d¨ªa en Z¨²rich, en un apartamento con vistas a la facultad en la que estudiaron juntos.
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