Un disparador de letras
Enric Hern¨¢ndez, bicampe¨®n del mundo de Scrabble, conoce m¨¢s de 14.000 palabras no empleadas usualmente
Memorizar una palabra sin fijarse en lo que quiere decir. Algo que parece sin sentido es la rutina de los mejores jugadores de Scrabble, el pasatiempo en el que gana quien expone sobre un tablero el mayor l¨¦xico. En castellano, nadie lo hace mejor que el barcelon¨¦s Enric Hern¨¢ndez, de 37 a?os. Ha conquistado su ¨²ltimo t¨ªtulo en septiembre en Argentina y ya es bicampe¨®n mundial. "Tu arsenal es mayor cuantas m¨¢s palabras conozcas", dice Hern¨¢ndez.
Los scrabblistas empiezan a cargar sus metralletas de caracteres a base de memorizar todas las palabras de dos y tres letras en el diccionario. Tambi¨¦n valoran los vocablos que contengan las letras de mayor puntuaci¨®n (x, z, ?...), como za (interjecci¨®n para ahuyentar a los perros) y cuz (interjecci¨®n para llamarlos de vuelta). Se destapan significados curiosos. "Ox, por ejemplo, es una interjecci¨®n para ahuyentar a las gallinas. Se supone que vas diciendo 'ox, ox, ox' y las aves de corral huyen. Es un poco extra?o eso", analiza Hern¨¢ndez, y se r¨ªe.
Sostiene que no es un juego de palabras sino de secuencias
"En seguida me tildan de 'friki"
El campe¨®n mundial estima que una persona normal no utiliza m¨¢s que el 20% de las palabras existentes en su idioma. En su ¨²ltimo plan de estudios constan 14.368 t¨¦rminos no empleados usualmente y que ya almacena en su cabeza. Adem¨¢s de conocer las palabras, es esencial dominar el arte de combinar las letras, especialmente cuando son siete (la cantidad que tiene cada jugador en todo momento), para conseguir 50 puntos de bonificaci¨®n. Esta jugada se llama Scrabble y es el gol del scrabblista. Al igual que en el futbol, el grado de fanatismo de sus aficionados es alto. Se pasan las horas hojeando diccionarios y montando listas que re¨²nen las palabras por criterios varios.
Hern¨¢ndez no parece asumir que es campe¨®n mundial. "Con gente que no conozco no hablo mucho de Scrabble, porque en seguida me ponen una etiqueta de friki. Estudio el diccionario pero soy un t¨ªo muy normal", comenta el ganador de 2.700 d¨®lares (1.929 euros) por el t¨ªtulo mundial.
Durante los partidos, cualquier participante que ponga en duda la validez de una palabra jugada por su rival puede solicitar su verificaci¨®n al jurado ling¨¹¨ªstico. Este grupo est¨¢ compuesto por fil¨®logos y ling¨¹istas conocedores del Reglamento de la Federaci¨®n Internacional de Scrabble en Espa?ol (www.fisescrabble.org).
Aunque los jueces son fil¨®logos, los grandes jugadores normalmente no. "En una primera aproximaci¨®n pensar¨ªas que es un juego de palabras, en el que el lenguaje es fundamental, con lo cual los estudios de letras son m¨¢s ¨²tiles. Pero cuando juegas a un nivel alto no es as¨ª. Yo las palabras las veo como secuencias de letras, de s¨ªmbolos, pero desprovistas de significado", subraya. Hern¨¢ndez, uno de los hombres que m¨¢s estudia el diccionario, no es una excepci¨®n. Ni es poeta, ni ling¨¹ista ni fil¨®logo. Tiene un doctorado en inteligencia artificial y es... cript¨®grafo.
Del juego de mesa al mundial
En 1938, un joven arquitecto neoyorquino llamado Alfred Butts cre¨® el Alph, un juego de mesa que consist¨ªa en combinar letras y cruzar palabras. Sus reglas son la base del Scrabble, un pasatiempo con m¨¢s de 100 millones de unidades vendidas en 29 idiomas. Ya se hab¨ªan celebrado campeonatos mundiales en ingl¨¦s y franc¨¦s cuando, en 1996, el fabricante organiz¨® en Espa?a el primer Campeonato Nacional de Scrabble. En 2003 se cre¨® la Asociaci¨®n de Jugadores de Scrabble, que organiza anualmente el torneo espa?ol. A los grupos establecidos desde hace a?os en Catalu?a se les han sumado otros en Madrid, Sevilla, Canarias, Mallorca, Valencia, Granada, Le¨®n y Bilbao. En el mundial de este a?o, en Argentina, participaron 80 jugadores. El de 2009 ser¨¢ en Venezuela.
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