La condena de las teor¨ªas de Cop¨¦rnico y las tribulaciones de Galileo
El 19 de febrero de 1616 se pusieron las bases del proceso contra el astr¨®nomo italiano por sus ideas helioc¨¦ntricas
Ciertas fechas deber¨ªan ser borradas del calendario, son merecedoras del oprobio y la verg¨¹enza. Una de ellas es el 24 de febrero, cuando una comisi¨®n de te¨®logos consultores de la Inquisici¨®n, en el a?o 1616, censur¨® la teor¨ªa helioc¨¦ntrica de Cop¨¦rnico reafirmando la inmovilidad de la Tierra.
En realidad el proceso fue algo m¨¢s complicado. Comenz¨® el 19 de febrero con la propuesta de censura de una comisi¨®n de expertos, entre los cuales no hab¨ªa ning¨²n astr¨®nomo. Continu¨® con una reuni¨®n de la Congregaci¨®n del Santo Oficio en la que se inici¨® la amonestaci¨®n a Galileo por orden del papa Paulo V, realizada al d¨ªa siguiente por el cardenal Bellarmino, cuando se le prescribe que abandone la opini¨®n de que la Tierra se mueve. El primero de marzo, la Congregaci¨®n del ?ndice proh¨ªbe una serie de libros relacionados con el heliocentrismo y su validez desde un punto teol¨®gico, y se suspende la obra copernicana De Revolutionibus Orbium Coelestium (Sobre el movimiento de las esferas celestiales), publicada p¨®stumamente en 1543, hasta su "correcci¨®n". La obra maestra de Cop¨¦rnico permanecer¨ªa en el ¨ªndice de libros prohibidos (Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum) hasta 1835. Recordemos que la teor¨ªa helioc¨¦ntrica, y el modelo matem¨¢tico que la acompa?a, era esencial para calcular con precisi¨®n y sencillez los movimientos de los planetas y estaba relacionada con la reforma del calendario, por lo que era extremadamente dif¨ªcil prohibirla completamente. El decreto se publicar¨ªa varios d¨ªas m¨¢s tarde, el 5 de marzo de 1616.
El instrumento maravilloso
La historia de las tribulaciones de Galileo y sus encuentros y desencuentros con la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, por supuesto, no comienza ni termina ah¨ª. El inicio hay que buscarlo probablemente en 1609, cuando recibe noticias de la existencia de un instrumento maravilloso, compuesto de lentes, capaz "acercar" los objetos. Con esta limitada informaci¨®n, Galileo construye su primer telescopio durante el verano de aquel a?o. Ya en diciembre se encontraba observando el firmamento con telescopios de calidad adecuada. Y es entonces cuando un nuevo universo se abri¨® para ¨¦l, y tambi¨¦n para nosotros, herederos intelectuales de la obra galileana. Entre sus m¨²ltiples descubrimientos est¨¢n: las manchas del Sol, las monta?as de la Luna, las fases de Venus, los cuatro sat¨¦lites principales de J¨²piter, los anillos de Saturno (sin darse cuenta de su naturaleza), la explicaci¨®n de las mareas, la gran densidad de estrellas de la V¨ªa L¨¢ctea, el propio uso del telescopio y del p¨¦ndulo como instrumentos cient¨ªficos, leyes de la din¨¢mica, estudios sobre la ca¨ªda de los graves, entre otros. Es precisamente el descubrimiento de las manchas solares lo que le puso en colisi¨®n directa con los jesuitas, debido a la disputa que inici¨® por la prioridad y el significado de las mismas con el padre Christopher Scheiner, quien insist¨ªa en la incorruptibilidad del cielo.
Otra disputa con un miembro de esa orden, en este caso Horazio Grassi, fue por la naturaleza de los cometas. Diversos intelectuales ligados a varias ¨®rdenes religiosas (aunque tambi¨¦n encontrar¨ªa aliados dentro de alguna de ellas) asediar¨¢n a Galileo de manera implacable.
A?os m¨¢s tarde, el 22 de junio de 1633, a pesar de la protecci¨®n de los duques de Toscana, la poderosa familia Medici, Galileo ser¨¢ formalmente condenado por la Inquisici¨®n y forzado a abjurar, de rodillas y bajo amenaza de torturas, de la teor¨ªa de Cop¨¦rnico, calificada de her¨¦tica. Y lo es a instancias de su supuesto amigo, el pont¨ªfice Urbano VIII, elevado al trono papal en 1623.
Prohibici¨®n de un libro de Galileo
La historia de Galileo y la prohibici¨®n de su libro Di¨¢logo sobre los dos grandes sistemas del mundo, donde expon¨ªa de manera contundente la superioridad de la teor¨ªa copernicana que situaba al Sol en el centro del universo (y por tanto forzando el movimiento de la Tierra, lo que se opon¨ªa a la interpretaci¨®n literal de ciertos pasajes de la Biblia) frente a la visi¨®n geoc¨¦ntrica y geoestacionaria de Claudio Ptolomeo es, verdaderamente, fascinante. Y ello a pesar de las limitaciones impuestas por Urbano VIII durante el proceso de edici¨®n del libro, completamente supervisado por la jerarqu¨ªa romana y que le dio, en un primer momento, el imprim¨¢tur, la declaraci¨®n oficial de estar libre de error moral o doctrinal.
Todo el proceso es, en verdad, de gran complejidad, digno de la mejor novela de conspiraci¨®n renacentista. Desde sus antecedentes hist¨®ricos (el desarrollo de la teor¨ªa helioc¨¦ntrica por parte de Nicol¨¢s Cop¨¦rnico) pr¨¢cticamente un siglo antes, pasando por los m¨¦todos procesales de la Inquisici¨®n (que se soslayaron o incluso contravinieron en el caso Galileo), la guerra ideol¨®gica entre partidarios y enemigos de Galileo en el mundo acad¨¦mico, hasta el papel de la pol¨ªtica internacional, incluyendo la lucha contra el protestantismo y el enfrentamiento entre Espa?a y Francia que forz¨® la reorientaci¨®n de pol¨ªtica de Urbano VIII, lo que bien pudo influir en su cambio de opini¨®n, tan dr¨¢stico, respecto a la obra de Galileo. Y llegando hasta la revisi¨®n del caso por una comisi¨®n de expertos a partir de 1979 por indicaci¨®n de Juan Pablo II. El llamado caso Galileo est¨¢ repleto de m¨²ltiples manipulaciones de inquisidores e historiadores, que llegan hasta el fraude y la tergiversaci¨®n descarada de evidencias.
"Eppur si muove"... Probablemente Galileo, anciano y derrotado, no pronunci¨® est¨¢ frase al salir de la sala donde tuvo que abjurar de la teor¨ªa helioc¨¦ntrica. "Y sin embargo se mueve"... En cualquier caso, algunas pruebas emp¨ªricas del movimiento de rotaci¨®n de la Tierra son:
- La ca¨ªda libre de los cuerpos, ya sugerida por Galileo. Al caer se desplazan hacia el Este. La primera confirmaci¨®n se obtuvo en un experimento realizado en 1791 desde la Torre de los Asinelli, en Bolonia.
- El p¨¦ndulo de Foucault. La primera comunicaci¨®n se realiz¨® 1851.
- La desviaci¨®n de los proyectiles de artiller¨ªa hacia la derecha en el hemisferio Norte.
- La aberraci¨®n de la luz, descubierta por James Bradley en 1728, y que es el resultado de la suma de la velocidad finita de la luz con la de la Tierra en torno al Sol y produce una variaci¨®n de la posici¨®n aparente de las estrellas.
Galileo muere, ciego, el 8 de enero de 1642, a punto de cumplir 78 a?os, despu¨¦s de haber pasado los cinco a?os posteriores a la condena confinado en su casa de Florencia y bajo la sospecha de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica los ¨²ltimos cuatro. A pesar de ello, sigui¨® trabajando en ciencia y en la realizaci¨®n de diversos experimentos hasta pr¨¢cticamente sus ¨²ltimos d¨ªas.
En cualquier caso, Galileo Galilei es uno de los grandes cient¨ªficos de todos los tiempos y el padre de la F¨ªsica moderna. Gracias a ¨¦l, nosotros s¨ª podemos afirmar "eppur si muove".
David Barrado y Navascu¨¦s pertenece al Laboratorio de Astrof¨ªsica Espacial y F¨ªsica Fundamental del Centro de Astrobiolog¨ªa (INTA-CSIC)
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