La pugna por la tierra amenaza a los africanos
La ONU llama a una mayor regulaci¨®n de la compra de fincas
Las adquisiciones de tierra en ?frica, Asia y Latinoam¨¦rica, tal y como se hacen en la actualidad, suponen condenar a los m¨¢s pobres a ser desalojados de sus fincas o a perder acceso a la tierra, al agua y a otros recursos, seg¨²n el primer estudio sobre la nueva tendencia de grandes corporaciones y gobiernos de invertir en tierras en pa¨ªses pobres, encargado por las agencias de las Naciones Unidas de la Agricultura y Alimentaci¨®n y del Desarrollo (FAO y UNDP). El informe, realizado por el Instituto Internacional para el Medioambiente y el Desarrollo, concluye que las adquisiciones podr¨ªan ser beneficiosas para los pa¨ªses pobres en creaci¨®n de empleo, garant¨ªa de producci¨®n, inversi¨®n en infraestructuras. Pero pueden ser tambi¨¦n altamente da?inas si de excluye a la poblaci¨®n local en decisiones referentes y si sus derechos sobre la tierra no est¨¢n protegidos.
El estudio se ha centrado en Etiop¨ªa, Ghana, Kenia, Madagascar, Mozambique, Sud¨¢n, Tanzania y Zambia. En estos pa¨ªses se han aprobado desde 2004 acuerdos con compa?¨ªas privadas y gobiernos for¨¢neos para el uso de m¨¢s de dos millones y medio de hect¨¢reas. Los autores recuerdan que la tendencia a la compra de tierra for¨¢nea se ha originado bien como un medio de inversi¨®n alejado de los mercados vol¨¢tiles con la crisis financiera por parte de grandes corporaciones o bien por el miedo a no disponer de suficiente comida por los pa¨ªses que no son productores, lo que puede estar relacionado con la escasez de tierra (Corea del Sur), o con que la tierra no es cultivable, como ocurre en los pa¨ªses del Golfo.
Los autores del estudio consideran que existe una percepci¨®n de que en el continente africano la tierra es un bien abundante pero que dicha percepci¨®n es err¨®nea, puesto que la tierra o bien est¨¢ siendo ya utilizada, reclamada por agricultores locales, usada de forma ocasional por pastoralistas o por cazadores-recolectores, que pueden ser m¨¢s marginados de lo que ya lo son por carecer de t¨ªtulos de propiedad. Los autores recuerdan que en el continente la adquisici¨®n de tierra no se hace ¨²nicamente por grandes corporaciones, sino que tambi¨¦n hay demanda interna (agricultores surafricanos comprando tierras en Mozambique o Kenia) y reclaman un proceso regulatorio ¨²nico que proteja los derechos de los m¨¢s pobres. La adquisici¨®n de tierras como nuevo m¨¦todo de inversi¨®n por corporaciones y gobiernos salt¨® a la luz p¨²blica despu¨¦s de que una empresa surcoreana, Daewoo Logistics, anunciara su intenci¨®n de alquilar por cien a?os la mitad de la tierra cultivable en Madagascar. El acuerdo no se materializ¨® y se apunta a que la oposici¨®n que suscit¨® pudo ser una de las causas del golpe de Estado en el pa¨ªs el pasado mes de marzo.
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