Es una cuesti¨®n de Estado

El Estado debe garantizar la asistencia a la mujer que tenga que recurrir a la pr¨¢ctica de un aborto en las condiciones que en su d¨ªa determine la ley. Si no se garantiza la financiaci¨®n p¨²blica, bien dentro de la red p¨²blica o con cl¨ªnicas concertadas, seguiremos manteniendo una legislaci¨®n que pudiera ser buena pero una pr¨¢ctica que va permitir -como hasta ahora- que haya mujeres con capacidad econ¨®mica para realizarl el aborto y mujeres a las que les sea pr¨¢cticamente imposible llevarlo a cabo.

Este Estado que se define como laico debe elaborar leyes de acuerdo con la realidad social, y debe tratar de que el desarrollo de las normas no se vea entorpecido por el mayor o menor poder econ¨®mico de los ciudadanos o por la desidia de sus gobernantes.

No se puede dejar al libre albedr¨ªo de los Ejecutivos de cada comunidad aut¨®noma el desarrollo de una legislaci¨®n como la del aborto, pues podemos encontrarnos con comunidades -como ocurre actualmente- en las que ning¨²n centro p¨²blico asume la realizaci¨®n de los abortos ni tampoco se concierta con cl¨ªnicas privadas, lo que obliga a las mujeres a peregrinar a otras regiones. O, lo m¨¢s grave, que incluso dentro de una misma comunidad se tenga m¨¢s o menos derecho a una prestaci¨®n p¨²blica dependiendo del ¨¢rea sanitaria.

La legislaci¨®n sobre el aborto debe ir acompa?ada por un desarrollo que garantice que en cada ¨¢rea sanitaria exista como m¨ªnimo un equipo p¨²blico para hacer al menos los abortos que pasen de las 12 semanas y los abortos qu¨ªmicos, y que adem¨¢s se pueda concertar con cl¨ªnicas privadas aquellas interrupciones de embarazos que no necesiten excesiva tecnolog¨ªa.

Adem¨¢s, ante la posibilidad de un cambio en la legislaci¨®n vigente sobre el aborto se plantean otras reflexiones en materia sanitaria. Es necesario que el Estado, a trav¨¦s de acuerdos en el Consejo Interterritorial, favorezca el acceso a los m¨¦todos anticonceptivos y que estos m¨¦todos pasen a estar cofinanciados como cualquier otro medicamento. Y es imprescindible tambi¨¦n que la educaci¨®n sexual sea una realidad en nuestro pa¨ªs, entendiendo por tal el crear actitudes positivas respecto al sexo y a las relaciones.

Jos¨¦ Luis Doval Conde es ginec¨®logo del Hospital de Ourense