Dinamita y muerte de la ciencia en Espa?a
Como es tradici¨®n cada a?o y desde 1901, en estos d¨ªas de octubre, la Fundaci¨®n Nobel anuncia los ganadores de los Premios Nobel en Medicina o Fisiolog¨ªa, F¨ªsica, Qu¨ªmica y de la Paz por sus grandes contribuciones en beneficio de la Humanidad en esas disciplinas. El d¨ªa 12 se anunciar¨¢ el ganador del premio en Econom¨ªa y d¨ªas m¨¢s tarde el de Literatura. El premio incluye una medalla de oro, un diploma y 10 millones de coronas suecas (m¨¢s de un mill¨®n de euros) por categor¨ªa, cantidad que se reparte por igual entre los laureados. Los premios se entregan en Estocolmo cada 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel. El Nobel de la Paz se entrega en Oslo. Las bases de los Premios Nobel datan de 1895, cuando Alfred Nobel escribi¨® en su testamento que dejaba la mayor¨ªa de su fortuna para establecer estos premios.
Alfred Nobel fue cient¨ªfico, inventor y hombre de negocios. Naci¨® en 1833 en Estocolmo y muri¨® en 1896 en San Remo. Nunca se cas¨® y vivi¨® la mayor parte de su vida en Italia y Francia. Hijo de una familia de ingenieros, pas¨® gran parte de su juventud en la ciudad rusa de San Petersburgo, donde su padre instal¨® una f¨¢brica de armamento. A la edad de 17 a?os hablaba cinco idiomas. Con 355 patentes, su invento m¨¢s famoso es la dinamita (patentada en 1867), un explosivo pl¨¢stico resultante de absorber la nitroglicerina en un material s¨®lido poroso de silicio. Los beneficios de la patente de la dinamita, unido a los beneficios de explotaci¨®n de numerosas compa?¨ªas por todo el mundo, incluidos los pozos petrol¨ªferos de Bak¨² en Azerbay¨¢n (una de las rep¨²blicas de la antigua URSS), le hizo ganar una enorme fortuna, base del Premio Nobel. En Bak¨² nacieron el Nobel de F¨ªsica Landau, el violonchelista Rostrop¨®vich y el ajedrecista Kasp¨¢rov.
Santiago Ram¨®n y Cajal ha sido el ¨²nico espa?ol laureado con el Nobel de Medicina. Fue en 1906. Severo Ochoa lo obtuvo en 1959 como ciudadano de EE UU. Con el proyecto de los Presupuestos del Estado para 2010 se entierran las posibilidades de que en los pr¨®ximos cincuenta a?os otro espa?ol vuelva a obtener un Nobel en Medicina: el presupuesto de los grandes organismos p¨²blicos de investigaci¨®n se reduce un 15% y el de las estructuras estables de investigaci¨®n sanitaria se reduce un 25%. ?Qu¨¦ modelo econ¨®mico puede ser productivo en un pa¨ªs que no potencia la ciencia? Solo las naciones que inviertan en ciencia formar¨¢n parte del siglo XXI. No hacer de la ciencia una prioridad en medio de la crisis que padecemos es matar el futuro de nuestros hijos, de nuestros j¨®venes, de nuestras escuelas y universidades, de nuestros hospitales, de nuestros talentos, de las siguientes generaciones.
Una reciente declaraci¨®n dirigida al Gobierno de Espa?a y firmada por 50 investigadores biom¨¦dicos denunciaba con perplejidad y desconcierto este recorte presupuestario. En esa carta se recordaba lo dicho, hace m¨¢s de 100 a?os, por Ram¨®n y Cajal, el ¨²nico Robin Hood de la ciencia que hemos tenido en Espa?a: "lo que el pa¨ªs necesita es plantar ¨¢rboles y sembrar mentes". Sin embargo, tiramos lo que ten¨ªamos ya sembrado y malgastamos el dinero en ministerios inservibles y en desenterrar fosas de abuelos y bisabuelos muertos en contiendas b¨¦licas de un pasado que no queremos repetir. Se dinamitan y torpedean los presupuestos de I+D+i, que en algunas Comunidades Aut¨®nomas es verdaderamente escandaloso, al contrario de lo que hacen los pa¨ªses de nuestro entorno.
No es de esperar que se produzca una respuesta contundente de cient¨ªficos e intelectuales que haga rectificar al Gobierno por esta decisi¨®n. Vargas Llosa ha dicho que la sociedad se ha eclipsado por culpa de los intelectuales de nuestros d¨ªas que est¨¢n domados por poderes pol¨ªticos que ningunean y silencian a los diferentes. La propia ministra de Ciencia e Innovaci¨®n tambi¨¦n ha sido ninguneada, a pesar de sus declaraciones de que "para salir de la crisis hay que invertir m¨¢s en I+D+i". A falta de pol¨ªticos e intelectuales comprometidos, si los padres y madres, estudiantes, profesores de institutos y de universidades, empresarios, organizaciones cient¨ªficas, profesionales sanitarios, instituciones e individuos influyentes no se movilizan, seremos c¨®mplices de un asesinato de la ciencia en masa por el que nos recordar¨¢n las pr¨®ximas generaciones. No queremos un pa¨ªs medieval en el que solo caben los funcionarios, las artes y los oficios. Nos ha costado mucho llegar hasta aqu¨ª. Nos jugamos el futuro de la naci¨®n.
Jes¨²s Villar es jefe de grupo del CIBER de Enfermedades Respiratorias. Hospital Universitario Dr. Negr¨ªn (Las Palmas)
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