La cumbre de Barcelona evapora la posibilidad de alcanzar un acuerdo completo en Copenhague
"Si el clima fuera un banco, ya estar¨ªa salvado", denuncian los ecologistas.- El exceso de derechos de emisi¨®n en Rusia y los pa¨ªses del Este de Europa amenaza con minar cualquier pacto
La posibilidad de que dentro de un mes haya en Copenhague un acuerdo completo y legalmente vinculante sobre el r¨¦gimen de reducci¨®n de emisiones entre 2012 y 2020 que sustituya al de Kioto est¨¢ cada vez m¨¢s lejos. La UE ha admitido este mi¨¦rcoles por primera vez que puede no dar tiempo para ello, aunque oficialmente insiste en que ese es su objetivo. Sin cifras de reducci¨®n de emisiones ni de financiaci¨®n de EE UU, con los pa¨ªses africanos alzando la voz y con las voces en la UE que ya abiertamente hablan de retrasar el acuerdo, Copenhague huele a humo. En lugar de un acuerdo vinculante, con sanciones para quien incumpla, quedar¨ªa reducido a un acuerdo pol¨ªtico de alto nivel con compromisos concretos de reducci¨®n de emisiones. La negociaci¨®n se retomar¨ªa en enero para conseguir ese acuerdo "lo antes posible", en palabras del negociador jefe de la Comisi¨®n Europea, Artur Runge-Metzger.
La UE ha insistido en rueda de prensa en que "quiere un acuerdo completo y vinculante" de reducci¨®n de emisiones, como ha recalcado Alicia Montalvo, la directora de la Oficina Espa?ola de Cambio Clim¨¢tico y una de las portavoces de la UE como representante del pa¨ªs que presidir¨¢ la UE el pr¨®ximo semestre. Sin embargo, a preguntas de EL PA?S sobre si queda tiempo para alcanzar ese acuerdo, Runge-Metzger ha admitido: "Cada vez escuchamos m¨¢s voces que dicen que el tiempo se ha acabado, incluyendo a algunos de nuestros l¨ªderes, que consideran que la negociaci¨®n deber¨ªa retomarse el a?o que viene. Eso se est¨¢ discutiendo".
La UE rompe as¨ª el tab¨² y admite que no haya un acuerdo completo en Copenhague, como se pact¨® en Bali hace dos a?os. Eso dar¨ªa una salida a EE UU, que afirma que no aceptar¨¢ ning¨²n acuerdo hasta que el Senado apruebe la ley de recorte de emisiones, algo que muy probablemente se prolongar¨¢ hasta el a?o que viene.
Los pa¨ªses en desarrollo insisten en que s¨ª hay tiempo. La negociadora de Kenia, Grace Akumu, ha resumido su postura: "La UE va lanzando mensajes de que no hay tiempo y de que bastar¨¢ un acuerdo pol¨ªtico. Pero si los pa¨ªses ricos ponen reducciones sobre la mesa hoy, ?qui¨¦n dice que en un mes no hay tiempo?". Sin embargo, el secretario de la Convenci¨®n de Naciones Unidas para el Cambio Clim¨¢tico, Yvo de Boer, ha dejado claro que EE UU no anunciar¨¢ ninguna cifra en Barcelona.
La negociaci¨®n est¨¢ tan verde que ni se ha entrado a ver qu¨¦ pasar¨¢ con el exceso de derechos de emisi¨®n de Rusia y los pa¨ªses del Este de Europa. ?stos recibieron, como compensaci¨®n por la firma de Kioto, la posibilidad de vender los derechos derivados del cierre de las contaminantes y poco productivas f¨¢bricas sovi¨¦ticas. Como EE UU no ha comprado derechos -Espa?a, s¨ª- el mercado se ha quedado corto y a¨²n acumulan entre siete y diez gigatoneladas de CO2, el doble de lo que emite la UE en un a?o", seg¨²n Runge-Metzger. Estos pa¨ªses exigen mantener la venta de derechos hasta 2020, pero hacerlo "minar¨ªa completamente un tratado con unos objetivos d¨¦biles". Supondr¨ªa que buena parte de la reducci¨®n de emisiones se har¨ªa sobre el papel, sin efectos reales sobre el clima. Para recortarlas habr¨¢ que compensar a estos pa¨ªses (algunos de ellos, como Polonia o la Rep¨²blica Checa, en la UE) o endurecer los objetivos de emisiones para que la rebaja sea real.
El ritmo de las conversaciones va tan lento que los ecologistas comienzan a verlo negro. "Si el clima fuera un banco, ya estar¨ªa salvado", resum¨ªan unas octavillas repartidas a la entrada de la cumbre, donde un grupo de activistas ha bloqueado simb¨®licamente (no imped¨ªa el acceso de los delegados, pues hay otras puertas) algunas de las puertas de la Feria de Barcelona. El presidente del G77 (grupo de 130 pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo), el sudan¨¦s Lumumba Stanislaus, ha incidido en la misma idea: "No podemos aceptar la destrucci¨®n total del planeta como opci¨®n. ?Cu¨¢nto han puesto los pa¨ªses ricos contra la crisis financiera? En un par de meses pusieron 1,1 billones y ahora dicen que no hay tiempo".
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