Cat¨®licos y anglicanos firman una precaria tregua en Roma
El Papa y el arzobispo de Canterbury se re¨²nen por primera vez tras la apertura de puertas de la Iglesia Cat¨®lica a los angilicanos descontentos
El papa Benedicto XVI ha recibido este s¨¢bado en audiencia privada al arzobispo de Canterbury, Rowan Williams. Ambos han firmado aparentemente una tregua, y ha declarado que la Iglesia Cat¨®lica y la Iglesia de Inglaterra seguir¨¢n "colaborando y consolidando las relaciones ecum¨¦nicas".
El encuentro "cordial", dice una nota de la Santa Sede, ha durado apenas 20 minutos. El Papa y el arzobispo han hablado de los ¨²ltimos acontecimientos "que interesan a las relaciones entre la Iglesia Cat¨®lica y la Comunidad Anglicana".
La reuni¨®n entre ambas jerarqu¨ªas es la primera tras el pol¨¦mico anuncio del Vaticano , el 20 de octubre pasado, de abrir las puertas de la Iglesia Cat¨®lica a todos los anglicanos que lo deseen, sacerdotes casados incluidos, un movimiento que ha sido juzgado por te¨®logos progresistas como una especie de OPA de almas, hostil y ventajista, que amenaza con convertir al Vaticano en un bunker ultraconservador y con ahondar la divisi¨®n de la Comunidad anglicana.
Como contrapartida, dicen algunos analistas, el Vaticano deber¨¢ ser cuidadoso: el ¨¦xodo masivo de sacerdotes casados hacia Roma podr¨ªa alentar las reprimidas reivindicaciones de los cat¨®licos partidarios de suprimir el celibato.
Seg¨²n dijeron a la BBC fuentes cercanas a Williams, ¨¦ste habr¨ªa aceptado las explicaciones del Papa, que se?al¨® que la invitaci¨®n a los tradicionalistas se hizo a petici¨®n de estos, y no con la intenci¨®n de atraer sacerdotes ni de minar las relaciones interreligiosas.
La Iglesia de Inglaterra fue fundada en 1534 por Enrique VIII despu¨¦s de que el Papa Clemente VII se negara a anular su matrimonio con Catalina de Arag¨®n.
A 475 a?os de la ruptura, la comunidad anglicana anda muy dividida, casi al borde del cisma. El arzobispo Rowan Williams, de 59 a?os, es considerado un liberal, casi un revolucionario: favorable al sacerdocio de las mujeres, admite la celebraci¨®n de bodas gays, y es demasiado tolerante con el paganismo.
Tras las ordenaciones de obispos homosexuales en la Iglesia Episcopal estadounidense, y la rebeli¨®n de muchos sacerdotes rebelados contra las ¨®rdenes de las mujeres obispos, los tradicionalistas le declararon la guerra, y pidieron ayuda a Ratzinger. Este no tuvo reparos en abrirles la puerta sin avisar a Canterbury.
La reuni¨®n de Williams con el Papa estaba programada antes de que la Santa Sede anunciase la aprobaci¨®n de una Constituci¨®n Apost¨®lica (norma de m¨¢ximo rango) para permitir la entrada de los anglicanos. Desde entonces, entre 30 y 50 obispos y un centenar de parroquias han mostrado su deseo de incorporarse a la Iglesia de Roma. El Vaticano ha filtrado que calcula que medio mill¨®n de fieles anglicanos podr¨ªan volver a los brazos de Roma, una cifra que har¨ªa temblar los cimientos de las 16 iglesias hermanas de los anglicanos mantienen en los cinco continentes.
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