"Las emisiones deber¨¢n tocar techo en 2020"

Se llamar¨¢ Acuerdo de Copenhague y comienza a tomar forma. Ayer se filtr¨® entre los observadores y la prensa el borrador de acuerdo preparado por la presidencia danesa. El documento, lleno de espacios en blanco donde debe haber cifras, deja el grueso de la negociaci¨®n para los ¨²ltimos d¨ªas pero revela avances y dificultades en busca del pacto.

El texto arranca con una declaraci¨®n solemne: "Las partes subrayan que el cambio clim¨¢tico es uno de los mayores retos de nuestro tiempo y se comprometen a una respuesta fuerte mediante acciones nacionales inmediatas y cooperaci¨®n internacional reforzada para limitar el aumento global de la temperatura a un m¨¢ximo de dos grados sobre los niveles preindustriales". Y deja abierta la posibilidad de que los pa¨ªses en desarrollo no se vean tan obligados: "Las partes son conscientes de que el desarrollo social y econ¨®mico y la erradicaci¨®n de la pobreza son las primeras prioridades en los pa¨ªses en desarrollo".

Las potencias reconocen que "una econom¨ªa baja en emisiones es una oportunidad para promover crecimiento econ¨®mico continuado y desarrollo sostenible".

El acuerdo apoya "el objetivo de que las emisiones toquen techo lo antes posible", pero no despu¨¦s de 2020, para lo que reconoce que "el marco temporal para los pa¨ªses en desarrollo ser¨¢ mayor". Para el largo plazo, apoya el "objetivo de tener una reducci¨®n global en 2050 de al menos un 50% respecto a 1990". El Acuerdo de Copenhague crea un fondo econ¨®mico de urgencia para ayudar entre 2010 y 2012 a los pa¨ªses en desarrollo que sigue sin cuantificar.

Los pa¨ªses desarrollados se comprometen con objetivos nacionales, que a¨²n no est¨¢n cifrados pero que supondr¨¢n lo que cada uno ha dicho hasta el momento (-17% respecto a 2005 en EE UU; el 30% en la UE, 25% en Jap¨®n...), aunque se admite que la "compensaci¨®n internacional" ser¨¢ una herramienta importante. EE UU ha pedido que, si tiene que ampliar su objetivo de recorte de emisiones, lo har¨¢ mediante ayudas a la reforestaci¨®n en pa¨ªses tropicales. Los pa¨ªses en desarrollo estar¨¢n obligados a comunicar a Naciones Unidas la reducci¨®n de emisiones obtenidas mediante ayuda internacional. La que hagan ellos por su cuenta queda para una comunicaci¨®n voluntaria al registro. Este es uno de los escollos. EE UU exige que China deje que la ONU audite sus emisiones pero Pek¨ªn se niega con el argumento de que eso supondr¨ªa una injerencia.

El texto incluye algo que no entr¨® en el Protocolo de Kioto, que "reducir las emisiones de la deforestaci¨®n es un aspecto importante de la respuesta al cambio clim¨¢tico". Las partes "subrayan la importancia de tener recursos y dar incentivos a los pa¨ªses en desarrollo para que lleven a cabo medidas que supongan una reducci¨®n de emisiones medible y verificable". Los pa¨ªses con bosques tropicales han exigido ayudas para mantener uno de los grandes almacenes de CO2 que existen, ya que la deforestaci¨®n causa un 20% de las emisiones mundiales de di¨®xido de carbono.

Los pa¨ªses tambi¨¦n acuerdan atajar las emisiones de la aviaci¨®n y el transporte mar¨ªtimo, que quedaron fuera de Kioto por dificultades metodol¨®gicas.

Las ONG han considerado el texto como falto de ambici¨®n, sobre todo para tratarse de un primer borrador en el que lo previsible es que los cambios vayan a la baja.