Unos agentes muy especiales

La Unidad Canina de la Ertzaintza emplea un m¨¦todo de ense?anza poco com¨²n en Espa?a P Los agentes conviven con los perros

Juan Pablo y Tula, su perra, son inseparables. Exigencias del gui¨®n. Trabajan y viven juntos. Este agente de la Unidad Canina de la Ertzaintza, ha formado parte del grupo del cuerpo que ha intervenido en las labores de rescate tras la cat¨¢strofe de Hait¨ª. Su trabajo en el pa¨ªs caribe?o, junto a otro compa?ero de su unidad, ha tenido un sabor agridulce. Consiguieron rescatar a un beb¨¦ de pocos d¨ªas de entre los escombros, pero, sobre todo, vieron la tragedia de cerca. Ellos y sus animales, a los que adiestran con un m¨¦todo muy poco com¨²n en Espa?a.

"Los perros viven en casa con el agente, da igual la raza y la especialidad que tengan. Todos viven con el agente", explica el responsable de la unidad. "Esto provoca que tengas un contacto continuo con el perro, se crea un v¨ªnculo muy especial, de amistad". Y as¨ª, en situaciones l¨ªmite, la confianza que el perro tiene con su agente se convierte en informaci¨®n muy ¨²til. "Cualquier gesto raro que haga indica al ertzaina que algo pasa y eso s¨®lo lo puedes saber si le conoces a la perfecci¨®n", a?ade. La idea fue importada de Alemania.

La confianza que el perro tiene con su gu¨ªa se convierte en informaci¨®n ¨²til

Los animales llegan a Arkaute con un a?o de vida y sin ning¨²n adiestramiento

La unidad est¨¢ integrada por m¨¢s de una treintena de perros y otros tantos agentes. M¨¢s de 20 animales est¨¢n especializados en explosivos, ocho en detecci¨®n de drogas, cinco en rescate y otros tres en seguridad. El m¨¦todo de adiestramiento es el juego y la motivaci¨®n. "Es falso eso de que drogas al perro para que aprenda a reconocer ese tipo de sustancias", subrayan con insistencia los agentes.

Los perros llegan a la unidad con apenas un a?o de vida y sin ning¨²n tipo de adiestramiento. Durante un mes, los ertzainas ponen a prueba al animal fuera de su entorno y, tras un reconocimiento veterinario, pasan a realizar un cursillo de cuatro meses, que supone la educaci¨®n b¨¢sica. Las razas determinan la especializaci¨®n: pastores belgas y malinois para rescate, pastores alemanes para explosivos, seguridad y drogas, tambi¨¦n para la localizaci¨®n de sustancias estupefacientes, labradores y springels.

Los agentes ense?an a los perros a que cada vez que alcancen un objetivo, ya sea encontrar a una persona extraviada, detectar drogas o explosivos, van a tener una recompensa: su juguete. El siguiente paso consiste en educar el olfato de los animales: en el caso de los de rescate, emplean ampollas qu¨ªmicas que simulan el olor de los cad¨¢veres en descomposici¨®n. Adem¨¢s, deben aprender a se?alizar el objetivo encontrado. Los perros de rescate alertan a su gu¨ªa ladrando; los de drogas rascando en el punto exacto en el que descubren una sustancia y los de explosivos se sientan cuando encuentran algo raro, eso s¨ª, sin tocarlo.

Juan Pablo y Tula nunca se separar¨¢n. Cuando un perro se jubila sigue viviendo con el agente o con cualquier otro compa?ero. "No se les abandona", recalcan los miembros de la unidad. "Son los perros de la familia. Nuestros hijos son los que les ponen nombre".