Hablar solo no es de locos

Si a alguien le pillan hablando solo, lo m¨¢s normal es que se invente una excusa. Por ejemplo, "estaba pensando en voz alta". Es raro que alguna persona reconozca que mantiene encendidos di¨¢logos con el espejo del ba?o o que consigue resolver importantes cuestiones despu¨¦s de explicarse a s¨ª mismo en voz alta una y otra vez el asunto en cuesti¨®n. Socialmente no est¨¢ aceptado hablar solo. Todav¨ªa se asocia con algunos trastornos mentales como la esquizofrenia, patolog¨ªas en las que los enfermos oyen voces en su cabeza y entablan hipot¨¦ticos di¨¢logos con ellas.

Pero la gente sana que habla sola est¨¢ muy cuerda. Al menos eso dice el psiquiatra Luis Rojas Marcos. En su ¨²ltimo libro, Superar la adversidad. El poder de la resiliencia (Espasa Libros, 2010), apunta que "hablar con amigos, con una planta, con un gato o con uno mismo es uno de los factores que ayudan a superar una situaci¨®n de crisis". Hablar con uno mismo en voz alta tambi¨¦n es ¨²til para pensar mejor y tomar decisiones. "Para mucha gente es una forma de rebajar la intensidad emocional, un desahogo. ?Est¨¢n locos? No creo, las ventajas son enormes", comenta el psiquiatra.

Los extravertidos son los que m¨¢s soliloquios en voz alta mantienen

En foros protegidos por el anonimato como son los grupos de fans que se crean en la red social Facebook, el grupo Hablar Solo consigui¨® 5.999 seguidores en tiempo r¨¦cord; el 70% eran mujeres. "?Es que los hombres no hablan solos?", se preguntaba su creador. La raz¨®n m¨¢s frecuente que aduc¨ªan los miembros del grupo para juntarse desbordaba sentido com¨²n: "Soy la ¨²nica que me entiendo perfectamente a m¨ª misma". La versi¨®n en ingl¨¦s de este grupo, Just Because I Talk to Myself doesn't Mean I Am Mad" (hablar solo no significa que est¨¦ loco), ten¨ªa una cantidad similar de seguidores con argumentos de la misma naturaleza.

Rojas Marcos afirma que "es bueno antropomorfizar a los animales y a las plantas, los efectos son similares a comunicarte con un ser humano". Para el psiquiatra, la gran ventaja de hablar, solo o con p¨²blico, es que "al poner palabras a los sentimientos, los sacas de tu cabeza, haces tu versi¨®n de los hechos y cuentas tu historia". Este experto en estr¨¦s postraum¨¢tico cree que es importante "teorizar" sobre lo que nos pasa. "Los sentimientos que no tienen palabras se acumulan en la memoria emocional. Por ejemplo, las im¨¢genes y los olores de una situaci¨®n de terror se quedan en la memoria emocional y s¨®lo convirti¨¦ndolas en palabras pasan a la memoria verbal. Lo m¨¢s sano es pasar lo que se acumula de la memoria emocional a la verbal".

Hablar solo tampoco es un s¨ªntoma de soledad o de no tener amigos. Para mucha gente es una manera de organizar o aclarar las ideas. Cuanta m¨¢s extravertida es la personalidad, los di¨¢logos internos en voz alta son m¨¢s frecuentes. En opini¨®n de la psic¨®loga Isabel Larraburu, las personas que exteriorizan mucho sus ideas y estados de ¨¢nimo necesitan mayor cantidad de est¨ªmulos sensoriales para conseguir el equilibrio personal. "Si se ven forzados al aislamiento o la soledad, pueden llegar a construirse un ambiente a su medida hablando solos, con los animales o con las plantas". Todo lo contrario les pasa a los t¨ªmidos. "Un exceso de est¨ªmulos externos puede llegar a descompensarles. Est¨¢n m¨¢s a gusto con el silencio", explica la psic¨®loga.

La otra cara del di¨¢logo sin fin con uno mismo es menos amable. "Es beneficioso hablar de cosas que han ocurrido en el presente, pero hablar compulsivamente y sin control de algo pasado no ayuda a pasar p¨¢gina", dice Rojas Marcos, que cuenta que a su consulta llegan pacientes con problemas de ansiedad cuyo origen est¨¢ en un trauma de la infancia. Estos casos lo ponen en la disyuntiva de si es conveniente o no hablar del pasado para ayudar al paciente. "Remover o no remover, esa es la cuesti¨®n", ilustra el psiquiatra, y a?ade que hay que hablar del pasado s¨®lo cuando es ¨²til.

El psiquiatra Jes¨²s de la G¨¢ndara tambi¨¦n opina que no parar de hablar de algo pasado "aumenta la permanencia de los problemas en la conciencia, causa fatiga emocional e impide avanzar". La ch¨¢chara compulsiva sobre un tema contribuye al fen¨®meno que los psiquiatras llaman mood amplification, es decir, la amplificaci¨®n de los estados de ¨¢nimo negativos. Una de las terapias psicol¨®gicas m¨¢s de moda en Occidente, el mindfulness, que consiste en eliminar la dispersi¨®n mental y concentrarse en disfrutar el presente, aboga por poner en pr¨¢ctica "el olvido voluntario". Isabel Larraburu dice c¨®mo hacerlo en su libro Atenci¨®n plena (Temas de Hoy, 2009). Para conseguirlo conviene "dejar de recrear los malos recuerdos mediante conversaciones (...) de modo que vayan cayendo en desuso, y no rememorar los detalles para que no se fijen en la memoria a largo plazo". Esta terapeuta opina que "hablar no es terap¨¦utico, reivindico el silencio para utilizar las palabras de forma m¨¢s sabia. Esto implica equivocarse menos, y no soltar la palabrer¨ªa para esconder sentimientos u ocupar los momentos de incomodidad".

Sin embargo, la gente sigue con necesidad de contar su vida. "Probablemente se hable mucho, pero no lo suficiente, de las cosas importantes", opina Rojas Marcos. En su web (www.luisrojasmarcos.com), personas desconocidas le dejan testimonios "desgarradores", le piden opini¨®n sobre "intimidades y cosas serias". "Me sorprende que la gente tenga tanta necesidad de desahogo a trav¨¦s de un medio por el que s¨®lo puedo dar consejos muy generales. Es como llamar al tel¨¦fono de la esperanza".

De ni?os o de adultos, todos tenemos soliloquios. Se estima que estas reflexiones en voz alta sin interlocutor suponen entre el 20% y el 60% de los comentarios que hacen los ni?os entre los cuatro y los 10 a?os. Cuando nos hacemos mayores, seguimos cont¨¢ndonos una receta mientras cocinamos, repetimos un n¨²mero de tel¨¦fono para memorizarlo o nos animamos frente al espejo con esa conversaci¨®n/discusi¨®n que tenemos que tener de una vez con el jefe.