La perfecci¨®n gen¨¦tica, un mito literario fecundo (?y factible?)
De la novela 'Un mundo feliz' a las pel¨ªculas 'Blade Runner' y 'Gattaca', la ciencia ficci¨®n ha abordado los riesgos del dise?o gen¨¦tico de los seres humanos
Es un viejo sue?o con el que la ficci¨®n ha fantaseado desde siempre: crear seres humanos perfectos. Y, por quim¨¦rico que pueda parecer, el camino hacia la alta ingenier¨ªa de organismos vivos ha quedado abierto, seg¨²n los expertos, gracias al logro del cient¨ªfico estadounidense Craig Venter, que ha conseguido la primera c¨¦lula artificial mediante la copia del genoma de bacterias. Podr¨ªa ser el primer paso hacia el futuro control del genoma humano. Los cient¨ªficos advierten de que es necesario plantear cuanto antes un amplio debate ¨¦tico sobre el corte y confecci¨®n de organismos. Porque podr¨ªa contribuir a reducir la posibilidad de padecer c¨¢ncer o diabetes, pero tambi¨¦n podr¨ªa instaurar un nuevo tipo de diferencia social: la diferencia gen¨®mica. La ficci¨®n lleva debatiendo el asunto, con m¨¢s o menos fortuna, desde hace a?os.
Quiz¨¢ el autor que haya abordado con mayor ambici¨®n las posibilidades y riesgos de la ingenier¨ªa gen¨¦tica sea el brit¨¢nico Aldous Huxley con su novela Un mundo feliz (1932). En ella prefigura c¨®mo los prodigios de la eugenesia consiguen crear una sociedad formada por individuos pr¨¢cticamente perfectos. Conservan la salud y el vigor hasta los 60 a?os, edad a la que fallecen. El sexo se ha desvinculado de la reproducci¨®n y es ¨²nicamente recreativo. La especie se reproduce en el laboratorio. Las personas son dise?adas desde antes de nacer para integrar una estratificaci¨®n social inamovible: en la c¨²spide, los ciudadanos Alfa, destinados a ser l¨ªderes pol¨ªticos o consejeros delegados, apuestos e inteligentes; a continuaci¨®n, el resto, y finalmente los obreros no cualificados, f¨ªsica y mentalmente tullidos. Todos resultan id¨®neos para su trabajo e incluso est¨¢n preparados para estar contentos por ello. Es una sociedad de clases abominablemente perfecta.
De la gen¨¦tica inmaculada a la creaci¨®n de vida
El esp¨ªritu de la obra de Huxley late en la pel¨ªcula Gattaca (1997), de Andrew Niccol, que recrea unos Estados Unidos sometidos a la segregaci¨®n gen¨¦tica. Los mejores espec¨ªmenes son desarrollados en el laboratorio para desarrollar las mejores prestaciones humanamente posibles. Ante ellos, el protagonista (el actor Ethan Hawke), un individuo com¨²n, intenta suplantar la identidad de un ciudadano perfecto (Jude Law) para poder ser astronauta, profesi¨®n restringida a los gen¨¦ticamente superiores. No le resulta f¨¢cil, porque cualquier resto corporal, un cabello o una pesta?a, puede delatar su genoma deficiente.
En la novela ?Sue?an los androides con ovejas el¨¦ctricas? (1968), de Philip K. Dick, una raza de sofisticados androides experimentaban los problemas que conlleva la conciencia, y planteaban la pregunta de qu¨¦ es ser humano. Al saltar a la gran pantalla, en Blade Runner (1982), del cineasta brit¨¢nico Ridley Scott, los androides de Dick pasaron a ser obreros y esclavas sexuales dise?ados gen¨¦ticamente pero conservaron las mismas inquietudes existenciales. La cinta iba m¨¢s all¨¢ de los riesgos de la mejora de la especie humana y se adentraba directamente en las implicaciones de crear vida artificial, un anhelo a¨²n cient¨ªficamente lejano -seg¨²n los expertos- aunque con larga tradici¨®n literaria y cinematogr¨¢fica.
Ha sido un leit motiv de la ciencia-ficci¨®n desde la precursora novela Frankenstein (1818), de la brit¨¢nica Mary Shelley, a la pel¨ªcula Inteligencia Artificial, del estadounidense Steven Spielberg, que recrea una sociedad futura poblada por mecha, robots de tecnolog¨ªa punta que facilitan la vida a los seres humanos en todos los sentidos. Entre estos ingenios mec¨¢nicos, un ni?o-robot se convierte en el ¨²ltimo testimonio de la Humanidad en un futuro devastado en el que los seres humanos se han extinguido. Un panorama que afortunadamente parece muy remoto.
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