La Masoner¨ªa liberal reivindica el principio constitucional de aconfesionalidad

Cuatro obediencias de la masoner¨ªa liberal espa?ola reunidas este jueves en el Ateneo de Madrid dieron a conocer, por primera vez, un Manifiesto por la Laicidad en el que preconizan un replanteamiento de las relaciones entre la Iglesia cat¨®lica y el Estado espa?ol. En el manifiesto reivindican un marco igualitario y libre, sin prevalencias en cuanto al cumplimiento por el Estado del mandato constitucional sobre la aconfesionalidad. Las cuatro obediencias mas¨®nicas consideran menoscabado este principio por la preeminencia de la Iglesia cat¨®lica en la vida institucional, en detrimento de otras confesiones religiosas. Asimismo, la masoner¨ªa liberal propone plantear a las organizaciones sociales, civiles y progresistas una campa?a destinada a suprimir la casilla de la declaraci¨®n de la renta reservada a la financiaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica por los contribuyentes, as¨ª como un cambio de denominaci¨®n que se refiera a Ley de Libertad de Conciencia, en vez del enunciado Ley de Libertad Religiosa ahora en boga, donde esta pueda ser integrada en aquella.

En la reuni¨®n auspiciada por el foro de di¨¢logo ?gora, cuya presidenta Carmen Serrano moder¨® el encuentro, intervinieron tambi¨¦n Ana Mar¨ªa Lorente, Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de Espa?a; Paloma Mart¨ªnez Sierra, Presidenta de la Federaci¨®n Espa?ola del Derecho Humano; Jordi Farrerons, Gran Maestre de la Gran Logia Simb¨®lica de Espa?a, as¨ª como Aim¨¦ Bataglia, del Gran Oriente de Francia.

Las participantes resaltaron que el principio de aconfesionalidad del Estado que recoge la Constituci¨®n de diciembre de 1978 en su art¨ªculo 16?, "qued¨® sin efecto en la pr¨¢ctica tras la suscripci¨®n de un Convenio Iglesia-Estado emitido apenas seis d¨ªas despu¨¦s de la entrada en vigor de la Constituci¨®n espa?ola, en enero de 1979". A juicio de Carmen Serrano, "la democracia incluye la laicidad como requisito imprescindible de respeto a la diversidad".

Ana Mar¨ªa Lorente, por su parte, resalt¨® las "inercias mentales a¨²n vigentes imprimieron un troquel patriarcal a las sociedades ya desde hace 4.000 a?os, as¨ª como una concepci¨®n solar y masculina de la divinidad; durante todo este tiempo", a?adi¨® la Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de Espa?a, "por el hecho de ser mujer, la mitad de la sociedad ha vivido bajo un sistema de creencias que le ha impedido desarrollarse libremente". Por ello, abog¨® por la laicidad "como garant¨ªa de una sociedad sin discriminaciones, donde poder ser educada en la tolerancia y en el pensamiento cr¨ªtico, capaz de poner en cuesti¨®n todo tipo de dogma. Asimismo, propuso una "complicidad fraternal de los dos polos de la Humanidad, hombres y mujeres", y preconiz¨® despu¨¦s una sociedad "donde los derechos humanos no sean un mero enunciado".

Seg¨²n Jordi Farrerons, "la laicidad es un espacio de convivencia respetuoso con todo tipo de creencias e ideolog¨ªas". Para Farrerons y pese al principio constitucional, "pervive una confesionalidad sociol¨®gica del Estado a¨²n despu¨¦s de transcurridas tres d¨¦cadas de vida democr¨¢tica en Espa?a y a cuyo amparo se produjo la legalizaci¨®n de la Masoner¨ªa, el 28 de enero de 1980, que desde entonces se ha desarrollado". Igualmente, critic¨® la identificaci¨®n de anticlericalismo y laicidad, ya que considera a esta como un factor de integraci¨®n social. Por su parte Paloma Mart¨ªnez Sierra subray¨® que Espa?a sigue siendo de facto un Estado confesional, y reivindic¨® una espiritualidad no confesional que la laicidad ampara. Mart¨ªnez Sierra propuso una convocatoria abierta a las organizaciones progresistas para participar en una campa?a que elimine de la declaraci¨®n de la renta el apartado destinado a la financiaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica. Tambi¨¦n se mostr¨® partidaria de denominar Ley de Libertad de Conciencia al proyecto de legislar sobre libertad religiosa, por estimar que su ¨¢mbito ser¨ªa m¨¢s amplio y que la incluir¨ªa.

Aim¨¦ Bataglia, del Gran Oriente de Francia, hizo una descripci¨®n del laicismo al que consider¨® complementario de la tolerancia. A?adi¨® que "no cabe confundir el espacio p¨²blico, en el que se mueven los Estados, y el privado, donde tienen lugar las distintas creencias", confusi¨®n en la que, a su juicio, "se encuentran los fundamentalismos religiosos y estatales". Reivindic¨® las creencias como expresiones de los anhelos y deseos del esp¨ªritu humano en la esfera de la conciencia y propugn¨® "luchar contra la pereza mental que crea inercias capaces de adormecer la inteligencia y la vitalidad del esp¨ªritu cr¨ªtico", al que atribuy¨® el progreso humano.