Cuando la mente enferma el cuerpo
Ese eczema que no se va o esa alergia que no es tal. Son patolog¨ªas psicosom¨¢ticas detr¨¢s de las que no hay un problema f¨ªsico, sino una emoci¨®n negativa como la ira o la ansiedad. En los dos ¨²ltimos a?os han aumentado un 30% en Espa?a. Los expertos culpan a la crisis
En la cara de Marta apareci¨® un eczema que ninguna pomada solucionaba. Joel padec¨ªa s¨ªntomas al¨¦rgicos, picores, estornudos y tos sin encontrar qu¨¦ los causaba. Marisa ten¨ªa problemas digestivos y ni la colonoscopia dio con ninguna anomal¨ªa. Son los nombres ficticios de tres pacientes reales que con tratamiento psicol¨®gico han logrado superar una enfermedad a primera vista f¨ªsica. En el origen de las tres hab¨ªa un punto com¨²n: una emoci¨®n negativa. La prueba de que, aunque a veces no nos sinceremos ni con nosotros mismos, nuestro cuerpo acaba hablando. En el caso de Marta, la ira sali¨® por su piel. Ni ella misma quer¨ªa reconocer la mala relaci¨®n con su marido, al que todos consideran un encanto. A Joel se le tradujo en alergia la angustia que siente desde que empezaron a echar a gente de trabajo. Y Marisa no cesa con sus desarreglos digestivos porque se siente triste y perdida desde que su hijo se fue de casa.
La gente competitiva o poco emp¨¢tica es m¨¢s propensa a dar salida a?su?malestar en forma de dolencia
Los expertos estiman que el 25% de todas las patolog¨ªas conocidas tienen una base u origen psicosom¨¢tico. "Son pacientes hiperfrecuentadores", afirma Manuel ?lvarez, m¨¦dico internista y presidente de la Sociedad Andaluza de Medicina Psicosom¨¢tica. Sufren y se sienten incomprendidos. En busca de la causa de su mal, se les hace tantas pruebas y tratamientos que se calcula que al sistema sanitario le cuestan nueve veces m¨¢s que cualquier otro paciente, cuando en realidad la medicina psicosom¨¢tica deber¨ªa ser muy barata. "Cuesta tiempo, consiste en escuchar al enfermo", afirma ?lvarez. "Una cosa es la demanda expresada, y otra la situaci¨®n que vive y que puede ser el origen de la dolencia. De ah¨ª que las visitas al paciente no puedan ser de 10 minutos, como ocurre ahora", puntualiza.
El origen
Las enfermedades psicosom¨¢ticas aparecen por emociones como la ansiedad, la ira o la angustia. "Las emociones positivas nos generan sensaci¨®n de alegr¨ªa y de refuerzo, nos hacen fuertes. Las negativas nos debilitan", explica Josep Maria Farr¨¦, jefe del servicio de psiquiatr¨ªa, psicolog¨ªa y medicina psicosom¨¢tica de USP Institut Universitari Dexeus. Existe una som¨¢tica positiva, con una respuesta org¨¢nica que mejora nuestra salud general, explica Farr¨¦. Enamorarse, sentirse motivado por un trabajo o disfrutar de una buena comida estimulan la misma zona del cerebro, el circuito placer-recompensa. Hacen que liberemos un neurotransmisor, la dopamina, que genera esa sensaci¨®n positiva que se traduce en un bienestar general. Tambi¨¦n ocurre cuando somos amables, aunque la situaci¨®n que vivimos sea en principio negativa y estresante. Ante la adversidad, con una actitud positiva tambi¨¦n se obtiene una respuesta social positiva, precisa Farr¨¦.
Pero cuando lo que ocurre en el entorno provoca emociones negativas, la activaci¨®n de nuestro cerebro cambia. Se liberan otro tipo de neurotransmisores, como la noradrenalina o la serotonina. El cerebro los necesita para muchas de sus funciones, pero en su cantidad adecuada. Cuando se liberan en exceso, pueden acabar alterando el equilibrio de nuestro cuerpo y provocar respuestas negativas. "Si no se resuelve la situaci¨®n de emergencia o la forma de afrontarla, la dolencia se cronifica", explica Farr¨¦.
La forma en que se viven las situaciones y las emociones que las desencadenan depende, en buena parte, de la personalidad de cada uno. Por eso, pasar por un mal momento o que el entorno no acompa?e no es suficiente para que todo el proceso de somatizaci¨®n se desencadene. Las personas extremadamente competitivas, con poca empat¨ªa, los hipocondr¨ªacos o quienes no exteriorizan sus sentimientos tienen m¨¢s posibilidades de acabar dando salida a su malestar a trav¨¦s de alguna dolencia. "La persona que sabe expresar sus sentimientos tiene mucho ganado. Saber reconocer el origen de esa emoci¨®n es clave para la salud", afirma ?lvarez. "El 10% de los somatizadores niegan que el origen de su dolencia sea psicol¨®gico, y eso es un problema", observa Farr¨¦.
Tambi¨¦n influye la gen¨¦tica. Quienes tienen el coraz¨®n m¨¢s d¨¦bil pueden acabar padeciendo un infarto. Lo mismo ocurre con el sistema digestivo, o con el dolor de espalda. Sin olvidar las disfunciones sexuales. A¨²n no se sabe bien hasta qu¨¦ punto el ¨®rgano a trav¨¦s del que se somatiza depende de la gen¨¦tica o de otros factores. Algunos estudios apuntan, por ejemplo, a una conexi¨®n entre el desequilibrio en la producci¨®n de neurotransmisores y el sistema inmune. Otros indican una estrecha ligaz¨®n entre la piel y el cerebro, incluso desde el vientre materno, seg¨²n explica Farr¨¦. En sus or¨ªgenes, el embri¨®n est¨¢ formado por tres capas: endodermo, mesodermo y ectodermo. De esta ¨²ltima se originan la piel y el sistema nervioso. Algunas teor¨ªas atribuyen a esta relaci¨®n que lo que ocurra en el cerebro pueda acabar manifest¨¢ndose en la piel, dice Farr¨¦.
La crisis
La vida de numerosas personas ha sufrido cambios importantes e indeseados debido a la crisis. Mucha gente no ha tenido m¨¢s remedio que asumir una nueva vida. De hecho, en los ¨²ltimos dos a?os, las enfermedades psicosom¨¢ticas han aumentado entre un 30% y un 40%, seg¨²n estima ?lvarez. "Son personas que tienen que adaptarse a una nueva situaci¨®n: a las que se ha despedido del trabajo, o que trabajan bajo presi¨®n para no ser el siguiente en las reducciones de plantilla, o que tienen que dar m¨¢s horas para suplir la falta de otros", explica el especialista.
Las personas que toleran mal los cambios sufren m¨¢s el estr¨¦s y la frustraci¨®n, y por tanto pueden acabar traduci¨¦ndolos con mayor facilidad en problemas de salud. Como un pez que se muerde la cola, la personalidad de cada uno hace que el modo de afrontar una nueva situaci¨®n difiera. Las enfermedades psicosom¨¢ticas se forjan dentro de un cuadril¨¢tero, formado por "el sistema nervioso, el sistema hormonal, el sistema inmunol¨®gico y la personalidad del propio individuo", explica Antoni Bulbena, jefe del servicio de psiquiatr¨ªa del hospital del Mar de Barcelona y vicepresidente de la Asociaci¨®n Europea de Psiquiatr¨ªa de Enlace y Psicosom¨¢tica.
Hay estudios comparativos que demuestran que personas que han padecido un infarto y que f¨ªsicamente se recuperan de forma excelente vuelven a padecer otro si su personalidad no propicia una respuesta adaptativa ante la nueva situaci¨®n. En definitiva, los especialistas creen que el binomio cuerpo-mente deber¨ªa aplicarse a toda patolog¨ªa, ya que la somatizaci¨®n tambi¨¦n puede hacer que el curso de algunos pacientes ya enfermos empeore.
La dificultad para adaptarse a lo nuevo explicar¨ªa por qu¨¦ a algunas personas el inicio de las esperadas vacaciones no les sienta bien. Son un cambio de ritmo que modifica nuestros referentes de orientaci¨®n. "Nuestra vida artificial y agendada cambia, no a todo el mundo le sienta bien el desconectar. Hay quien se queda desprogramado y su cuerpo responde qued¨¢ndose entonces demasiado desconectado", explica Bulbena.
?C¨®mo lo somatiza? "Con agotamiento, fatiga y falta de motivaci¨®n. Hay quien se queda en hibernaci¨®n, pasando dos d¨ªas en la cama", a?ade. ?La soluci¨®n? "Esta desconexi¨®n del medio laboral deber¨ªa cambiarse por una conexi¨®n con uno mismo. Estamos muy programados para responder a un entorno concreto, pero no para conectar contigo mismo", afirma Bulbena.
Aunque no existen estudios concluyentes, algunos especialistas apuntan a que la percepci¨®n popular de que al empezar las vacaciones se enferma m¨¢s podr¨ªa ser cierta. Los cambios de ritmo tambi¨¦n afectan al sistema inmune. Por ejemplo, se sabe que las personas que en su trabajo cambian de turno tienen una mayor tendencia a padecer enfermedades del sistema inmune, apunta Bulbena. No solo se altera su reloj biol¨®gico, sino que el estr¨¦s que genera contribuye al desequilibrio de las defensas.
?lvarez augura que, desde el punto de vista de la medicina psicosom¨¢tica, la crisis tambi¨¦n puede hacer que las "no vacaciones" de muchas personas acaben en somatizaciones. Se refiere a ellas como "las vacaciones de la frustraci¨®n". La ira que provoca el tener que quedarse en casa cuando no se necesita descanso es el caldo de cultivo para las enfermedades psicosom¨¢ticas.
A ello hay que sumar el malestar acumulado por la precariedad laboral. Las personas que pierden su trabajo pueden manifestar somatizaciones. Pero tener la espada de Damocles sobre la cabeza tambi¨¦n. Algunos estudios indican que quienes se preocupan demasiado por la posibilidad de perder su puesto de trabajo tienen un peor estado de salud y m¨¢s s¨ªntomas de depresi¨®n que los que est¨¢n en paro.
Las m¨¢s frecuentes
La enfermedad psicosom¨¢tica m¨¢s t¨ªpica y abundante es el colon irritable, afirma Bulbena. Otras son la hipertensi¨®n y las enfermedades cardiovasculares, sobre todo el infarto y el asma.
Del mismo modo, la mayor¨ªa de enfermos empeoran cuando sus emociones son negativas. En la fibromialgia, el estado de ¨¢nimo resulta fundamental. Las personas con VIH deprimidas y ansiosas tienen un peor pron¨®stico. "Somos una m¨¢quina que interacciona. Si a un enfermo que padece alguna enfermedad como un c¨¢ncer lo tratas con antidepresivos, vive m¨¢s tiempo. La propia depresi¨®n tiene efectos inflamatorios, una depresi¨®n mal tratada desemboca en otros problemas fisiol¨®gicos", observa Bulbena. Los especialistas coinciden en que la medicina psicosom¨¢tica, pese a ser minoritaria, deber¨ªa tenerse m¨¢s en cuenta en la pr¨¢ctica m¨¦dica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.